Bloomberg — La policía brasileña lanzó este martes la operación más mortífera jamás realizada en Río de Janeiro, dejando 64 muertos, mientras las autoridades intentan expulsar a los narcotraficantes de la ciudad antes de una importante cumbre sobre el clima que se celebrará la próxima semana.
Las redadas tuvieron como objetivo a los líderes del tristemente célebre Comando Vermelho, o Comando Rojo, una banda que opera en muchas de las favelas de las laderas de la ciudad, según un comunicado del gobierno del estado de Río.
La próxima semana está previsto que la ciudad costera acoja actos previos a la COP30, antes de que Brasil dé el pistoletazo de salida a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de este año.
Las autoridades llevan mucho tiempo redoblando sus esfuerzos para luchar contra el crimen organizado antes de los megaeventos que se celebran en Río, anteriormente sede de los Juegos Olímpicos y del Mundial de Fútbol. Pero la magnitud y la violencia de la operación de este martes superaron con creces anteriores acciones policiales, incluso en una ciudad con una sangrienta historia.
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Unos 2.500 efectivos de seguridad y 32 vehículos blindados fueron desplegados para ejecutar órdenes de arresto en las favelas de la zona norte de Río, en lo que las autoridades describieron como la mayor operación de la historia de la ciudad. Se produjeron tiroteos y encendidas barricadas en carreteras clave hasta bien entrada la tarde.
“Nos mantenemos firmes, con estrategia y tecnología en el enfrentamiento al narcoterrorismo”, escribió en las redes sociales el gobernador de Río, Claudio Castro.
El gobernador dijo en una entrevista con la CNN que el número de muertos ascendía a 64 y que cuatro policías se encontraban entre los fallecidos.
La operación se ha saldado hasta ahora con más de 80 detenciones y la aprehensión de decenas de armas de fuego, según las autoridades.
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