Bloomberg — Petrobras anunció el miércoles 9.100 millones de reales (US$1.600 millones) en dividendos que quedaron por debajo de las estimaciones tras una sorpresiva pérdida en el cuarto trimestre.
El pago quedó por debajo de los dividendos esperados de US$2.800 millones, la media de las estimaciones de cinco analistas revisadas por Bloomberg. El productor brasileño de petróleo se ha unido a otros grandes como Exxon Mobil Corp. (XOM) y Chevron Corp. (CVX) que siguieron recompensando a los accionistas a pesar de que el flujo de caja libre se ha tensado con los precios actuales del petróleo.
El productor con sede en Río de Janeiro informó de una pérdida neta de 17.000 millones de reales (US$2.900 millones) en el cuarto trimestre debido a “acontecimientos exclusivos”, entre ellos el impacto contable de una fuerte devaluación de la moneda local, dijo en un comunicado. Sin los acontecimientos exclusivos el beneficio neto habría sido de 17.700 millones de reales, dijo.
Los analistas esperaban un beneficio neto de 18.350 millones de reales, según el consenso de Bloomberg. El real brasileño fue la divisa principal con peor comportamiento en 2024. Las ganancias antes de intereses, impuestos y depreciación y amortización, o Ebitda, fueron de 41.000 millones de reales, por debajo de la estimación de 61.900 millones de reales.
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Petroleo Brasileiro SA (PETR4), como se conoce formalmente, informó a principios de este mes de un descenso en la producción de petróleo y gas y de unas ventas y exportaciones más débiles durante el trimestre. Las paradas relacionadas con el mantenimiento en las plataformas marinas y los descensos naturales en los yacimientos maduros provocaron la caída de la producción.
El éxito de la empresa a la hora de invertir su descenso de producción afectará al suministro mundial de petróleo en un momento en que la OPEP y sus aliados intentan calibrar cuándo pueden empezar a deshacer los recortes de producción. Tras una producción mediocre en Petrobras en 2024 y algunos contratiempos en la perforación durante el primer trimestre, se espera que la producción empiece a crecer de nuevo en 2025 en los gigantescos proyectos de aguas profundas que han convertido a Brasil en una fuente importante de exportaciones fuera de la OPEP. La compañía espera que la producción aumente una media de 100.000 barriles diarios este año.
Los ataques políticos a la política de dividendos de Petrobras durante el inicio del mandato del presidente Luiz Inácio Lula da Silva han remitido en gran medida y Petrobras sigue siendo una vaca lechera para los inversores. Aunque los pagos se han reducido bajo el mandato de Lula, el año pasado superaron a los de muchas grandes petroleras y siguen siendo lo bastante sólidos como para hacer de la empresa una de las principales opciones.
Alrededor del 83% de los analistas recomiendan actualmente comprar Petrobras, frente al 39% cuando la CEO Magda Chambriard comenzó su mandato el pasado mayo, según datos de Bloomberg. Los pagos también han ayudado a apuntalar las finanzas del gobierno federal, accionista mayoritario de Petrobras. Petrobras pagó 103.000 millones de reales en dividendos en 2024.
Los inversores siguen pendientes del ritmo de las inversiones en Petrobras, incluidas las adquisiciones y las inversiones en proyectos de energías renovables menos rentables. Aunque el gasto aún no ha repuntado, existe la preocupación de que las inversiones en renovables puedan erosionar la capacidad de Petrobras para pagar dividendos.
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Un aumento en enero de los precios del gasóleo envió una señal positiva a los inversores que habían estado preocupados por el hecho de que la compañía subvencionara el combustible para ayudar al gobierno a contener la inflación.
Chambriard ha dicho que Petrobras seguirá devolviendo efectivo a los accionistas mientras no perjudique su salud financiera y su capacidad de inversión. Ha prometido “pisar el acelerador” con inversiones en equipos y servicios petrolíferos, como la ampliación de una flota de buques de apoyo y la expansión de la capacidad de refinado.
El presidente ejecutivo ha comparecido junto a Lula para anunciar inversiones en infraestructuras y está claramente comprometido a ayudar al gobierno a hacer crecer la economía. Los analistas han expresado su preocupación por que la empresa pueda verse sometida a presiones políticas de cara a las elecciones presidenciales de 2026, lo que aumentaría la volatilidad de sus acciones.
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