Bloomberg Línea — La decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles del 50% a los productos brasileños “carece por completo de sentido”, declaró el politólogo Carlos Gustavo Poggio en una entrevista con Bloomberg Línea.
Poggio, profesor de ciencias políticas en el Berea College de Estados Unidos, se mostró sorprendido por el anuncio y, especialmente, por el tono de la carta enviada por el presidente estadounidense al gobierno brasileño.
En la carta, Trump cita lo que denomina la “persecución” del expresidente Jair Bolsonaro y se queja de la supuesta injusticia en los impuestos a las importaciones de Brasil. Sin embargo, estos problemas no tienen una conexión real con la relación comercial entre ambos países.
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"¿Por qué impone aranceles del 50%? No tiene sentido desde una perspectiva comercial, ya que Brasil se encuentra entre los diez países con los que Estados Unidos tiene la balanza comercial más favorable. Brasil contribuye al superávit estadounidense, por lo que no está justificado", afirmó.
La política tampoco debería ser la motivación principal, afirmó. “¿Se debe al juicio de Bolsonaro, que menciona al principio de la carta? De ser así, ¿cuál es su objetivo? ¿Cree que cambiará la forma en que el poder judicial maneja el juicio? Esa no sería la mejor manera de influir en eso“, dijo.
Para el profesor, sin embargo, podría haber una tercera justificación, no mencionada en la carta de Trump, para explicar la decisión. Según él, los aranceles del 50% podrían ser tanto una demostración de fuerza como un castigo para Brasil por albergar la cumbre de los BRICS, que en su formación original incluyó a otros países emergentes como China, India, Rusia y Sudáfrica.
"Podría ser un castigo para Lula y Brasil por formar parte de los BRICS y por haber sugerido reemplazar el dólar como moneda internacional. Este es un punto que realmente preocupa a la administración Trump y en el que podría querer usar a Brasil como ejemplo", dijo. Poggio enfatizó que el dólar experimentó su mayor caída desde la década de 1970 con el regreso de Trump al poder y que el gobierno estadounidense está preocupado por evitar que los aranceles y el déficit presupuestario provoquen una pérdida de valor y poder para la moneda estadounidense.
“El problema del tipo de cambio puede ser la única explicación racional, pero aún requiere esfuerzo justificar la decisión de Trump”, dijo. “Parece querer demostrar fuerza, y Brasil es un buen objetivo”.
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La elección del país para este “castigo” puede justificarse por el hecho de que Brasil no tiene mucho que hacer en respuesta, explicó.
En otras disputas arancelarias, como las que enfrenta con China y Canadá, Trump cedió en las tasas más altas anunciadas inicialmente, pero en esos casos, los actores internacionales involucrados eran más fuertes y tenían mayor influencia en la economía estadounidense. “En el caso de Brasil, solo necesita ceder si hay presión interna de empresarios en sectores como el café, la aviación, el petróleo y el hierro, que dependen más de las relaciones con Brasil”, afirmó.
Si los aranceles del 50% sobre los productos brasileños entran en vigor el 1 de agosto, representarán un problema para ciertos sectores de la economía brasileña y obligarán al país a buscar otros mercados.
Esta situación podría distanciar al país de su histórica alianza con Estados Unidos y acercarlo a su principal rival internacional, China.
“En los últimos años, la relación de Brasil con China se estaba estancando, mientras que el comercio con Estados Unidos crecía. Desde una perspectiva comercial, los aranceles cambian esta situación. Brasil tendrá que buscar otros mercados“, afirmó.
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Si bien esto representa un problema, Poggio dejó claro que el país tiene otras opciones para el comercio internacional. "Estamos hablando de entre el 10% y el 12% de nuestro comercio. Brasil no depende de Estados Unidos, e incluso sectores que más lo necesitan, como el del jugo de naranja, pueden buscar otros socios“, concluyó. Más allá del tema comercial en sí, el tono de la carta, el intento de demostrar fuerza y la referencia de Trump a la política interna de Brasil probablemente también tengan un impacto diplomático en las relaciones entre ambos países.
“A corto plazo, nos enfrentamos a una crisis diplomática que pasará a la historia como una de las relaciones entre ambos países. Brasil y Estados Unidos siempre han tenido buenas relaciones, con pequeños tropiezos a lo largo de la historia. Este anuncio será recordado como uno de esos tropiezos“, afirmó.