Bloomberg Línea — Pese a que Chile erradicó el sarampión hace más de 30 años, el avance logrado en la lucha contra enfermedades infecciosas podría verse amenazado, y no solo por contagio en niños.
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El aumento reciente de casos en Estados Unidos, México y Canadá, enciende las alertas sanitarias ante el riesgo de reintroducción del virus en países que ya lo habían controlado. Esto ocurre en un contexto de mayor movilidad internacional y debilitamiento de la inmunidad en adultos.
Ante este escenario, el Ministerio de Salud de Chile lanzó una campaña para que quienes aún no tienen su esquema completo se acerquen a su punto de vacunación más cercano y se inmunicen.
“Hay una población en específico que nació entre 1971 y 1981, que no tiene el esquema completo, a la que hacemos el llamado para que se acerque a la red de vacunatorios públicos y privados en convenio y puedan acceder a ella”, dijo Jorge Vilches, jefe del Departamento de Epidemiología.
Este grupo corresponde a personas nacidas en una época en la que las campañas de vacunación masiva aún no estaban completamente implementadas en América Latina.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), antes de 1980 el sarampión causaba la muerte de 2,6 millones de personas al año en todo el mundo, y unas 12.000 de ellas en las Américas. Durante la década de 1970, los países latinoamericanos reportaban unos 220.000 casos anuales.
En la actualidad, el Programa Nacional de Inmunización cuenta con la vacuna contra el sarampión para todos los nacidos en Chile. La vacuna SRP se administra después de los 12 meses de vida.
¿Qué es el sarampión?
El Ministerio de Salud instó a la población no esperar síntomas, debido a que el sarampión es altamente contagioso y puede causar complicaciones graves.
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La Organización Panamericana de la Salud (OPS) explica que el sarampión es una enfermedad vírica muy contagiosa que afecta sobre todo a los niños y se transmite por gotículas procedentes de la nariz, boca y faringe de las personas infectadas.
Los síntomas iniciales, que suelen aparecer entre 8 y 12 días después de la infección, incluyen fiebre alta, rinorrea, inyección conjuntival y pequeñas manchas blancas en la cara interna de la mejilla.
Varios días después aparece un exantema que comienza en la cara y cuello, y se va extendiendo gradualmente al resto del cuerpo. No hay tratamiento específico para el sarampión, y la mayoría de los pacientes se recuperan en dos o tres semanas.
Sin embargo, puede causar complicaciones graves, tales como ceguera, encefalitis, diarrea intensa, infecciones del oído y neumonía, sobre todo en niños malnutridos y pacientes inmunodeprimidos.
El sarampión es una enfermedad prevenible mediante vacunación.