Bloomberg Línea — En un debate televisado del pasado lunes, los aspirantes a la Presidencia chilena mostraron tener más cosas en común en política internacional y comercio exterior que diferencias. Sin embargo, el manejo diplomático de la situación de Venezuela y la alarmante situación migratoria que tiene a más de 600.000 venezolanos viviendo en Chile los parece dividir de manera irreconciliable.
A los aspirantes les preguntaron si apoyarían o no una eventual invasión de Estados Unidos a Venezuela para sacar a Nicolás Maduro, quien lleva más de una década en el poder.
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Los ultraderechistas José Antonio Kast, del Partido Republicano, y Johannes Kaiser, del Partido Nacional Libertario, dieron un rotundo sí. “Debido a lo que ha sido la acción permanente del régimen venezolano contra toda la estabilidad del hemisferio, apoyaría una intervención en Venezuela”, apuntó Kaiser. Luego Kast remató: “le contestaría a Maduro y le diría: ‘Váyase, deje su dictadura y después le diría al presidente Trump: proceda’”.
Las declaraciones se contraponen a las visiones de los otros precandidatos, quienes reconocieron estar en desacuerdo con el régimen de Nicolás Maduro, pero respetan el derecho internacional y no apoyan la invasión armada a países hermanos.
“Definitivamente, no corresponde que un candidato, cualquiera sea su ideología, apoye una intervención armada contra otro país. Eso no solamente va contra el derecho internacional, sino contra el sentido común de convivencia entre las naciones. No se requiere un argumento demasiado jurídico para sostener esto”, dice Guillermo Holzmann, analista político y académico de la Universidad de Valparaíso.

Para Holzmann, entender la política exterior no radica en mostrar con ímpetu las posturas ideológicas frente a la coyuntura, sino más bien presentar planes estratégicos para que Chile muestre su potencial económico a escala mundial y deje de ser solamente proveedor de materias primas a las grandes potencias mundiales. A su criterio, los aspirantes han tratado a la política exterior en sus programas de gobierno de forma liviana.
Por ejemplo, a Holzmann le llama la atención que no se haga mayor referencia a la importancia geoestratégica que el Estrecho de Magallanes tiene para el comercio internacional porque conecta los océanos Pacífico y Atlántico, así como la importancia de la Antártica por sus recursos minerales.
También menciona que en las propuestas presidenciales no hay un proyecto claro de fortalecer la diplomacia. “Es evidente, por lo menos para mí, que debemos potenciar nuestras embajadas en Estados Unidos, en China y en India”, dice.
“Si tú sacas el PIB de Chile, el mundo no se da cuenta de aquello en términos económicos, pero en el ámbito geoestratégico somos muy importantes porque tenemos el control del estrecho de Magallanes, una costa del Pacífico de más de 3.500 kilómetros con 200 millas de zona económica exclusiva, que ahí está la alimentación del mundo a futuro (...). Chile puede ser un país más industrializado que no solo provea materias primas. Y eso significa negociar la transferencia tecnológica. Aquí está la verdadera discusión”, afirma.
Bloomberg Línea revisó tres puntos de los planes de gobierno de los cuatro precandidatos más opcionados para llegar al Palacio de La Moneda: Jeannette Jara de la centroizquierda Unidad por Chile; los ultraderechistas José Antonio Kast del partido Republicano y Johannes Kaiser del Partido Nacional Libertario, y Evelyn Matthei de la coalición Chile Vamos, que aglutina a los partidos de la derecha tradicional.
Relaciones internacionales
Kast y Kaiser tienen interés en la apertura del comercio exterior, en la profundización de los acuerdos de libre comercio existentes y, además, en una participación activa en organismos internacionales, pero con ciertas excepciones.
Los precandidatos de la ultraderecha aseguran que revisarán la conveniencia de pertenecer actualmente a más de diez organismos regionales o subregionales y, en sus planes de gobierno, consideran cambiar el estatus de miembro a observador en el G-77.
Para Samuel Fernández, exembajador y analista internacional de la Universidad Central de Chile, esto tendría una explicación. “Estos candidatos consideran que muchos de los organismos internacionales actuales están pasando por una etapa de ideología, con unas tendencias políticas muy claras y con una burocracia que ha ido creciendo”.
Mientras que la precandidata por la derecha de Chile Vamos, Evelyn Matthei, ha apostado por una mayor participación de Chile en los organismos internacionales, especialmente para la protección del ambiente y de la economía.
Al otro extremo, en la centroizquierda está Jeannette Jara, quien también concibe una economía abierta para Chile, pero en su plan de trabajo hace énfasis en los tratados, especialmente, con países de América Latina.
“Su acento es más bien en la cooperación sur - sur, y también en los países latinoamericanos sin mayores distinciones de si se trata de gobiernos de una tendencia u otra y si están o no dentro de las democracias. Es algo diferente respecto a los otros tres aspirantes de la derecha, que revisan las coincidencias políticas”, destaca Fernández.
Apertura de mercados
Chile tiene dos socios comerciales principales respecto a la exportación de su principal producto: el cobre. Según datos oficiales, China lidera la participación con el 52,1% (US$26.424 millones), seguido de Estados Unidos con el 11,1% (US$5.634 millones).
Para Fernández, es evidente que los precandidatos de derecha tendrían una aproximación mayor a Estados Unidos “por la coincidencia que existe desde el punto de vista ideológico” con la administración de Donald Trump. Mientras que en el caso de Jara existiría un alejamiento pero esto no impediría las relaciones diplomáticas.
En varias ocasiones, la aspirante Jara, pese a que representa al oficialismo, se ha distanciado de las opiniones ofensivas del presidente de Chile, Gabriel Boric, contra el mandatario estadounidense, Donald Trump, especialmente, la última ocurrida en el marco de la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas por el Cambio Climático (COP30). “No es mi estilo”, dijo Jara.
Respecto a la cercanía de Chile con China, Fernández asegura que no existen diferencias entre los candidatos, porque no hay un interés político sino más bien económico. “China es importante, nos ha favorecido económicamente y se están haciendo inversiones”.
Con esta postura coincide Marcela Vera, economista de la Universidad de Santiago, pero insiste en que el próximo gobierno en Chile debe establecer una relación más estratégica respecto a las negociaciones de los bienes naturales principales como el cobre y el litio y asegurar su provisión a cambio de la transferencia tecnológica.
“Solo así podremos aumentar el valor agregado de nuestra producción, industrializar el litio y el cobre dentro del país, y garantizar que las rentas generadas por estos recursos no renovables se traduzcan en beneficios reales para la población”, amplía.

Vera sostiene que las negociaciones con el gigante asiático deben extenderse al ámbito académico. “Ocho de las 10 universidades más productivas en investigación a nivel mundial son chinas. Ellas lideran innovación científica, desarrollo tecnológico y formación de capital humano avanzado. Chile debe aprovechar esa experiencia”.
Una visión que comparte Holzmann, pero que requiere de determinación para incorporar en la política exterior chilena.
“Creo que los latinoamericanos pecamos de una ingenuidad increíble, porque nos quedamos en nuestro ring ideológico, mientras las potencias buscan cómo adueñarse de la infraestructura, de los minerales y de los recursos. No tenemos esa capacidad de negociación, dada la fragmentación ideológica en la región. Sería ideal la posibilidad de que todos los países nos juntemos para llegar a una negociación con China o Estados Unidos, pero veo difícil”, puntualiza
Crisis migratoria
El exembajador Samuel Fernández tilda como necesaria una evaluación de la crisis de migrantes en Chile, pues dice que se trata de un problema de alta envergadura que se podría “agudizar”. Reconoce que entre los candidatos hay distintas posturas sobre el control migratorio y el cierre total de las fronteras, pero más allá de eso, dice, cree que una de las salidas podría ser “una política más macro con el resto de los países de procedencia”, para atender el tema de la migración irregular que abre las posibilidades de que ingresen personas a Chile para delinquir.
Holzmann concuerda con su par y explica que la migración irregular conlleva al menos dos fenómenos importantes: la economía informal y la trata de personas. “En la práctica, esto va generando un aumento de la criminalidad y por lo tanto hay un control territorial del crimen organizado en sus diferentes expresiones. Es un tema pendiente y de importancia trascendental para el próximo gobierno”.
Si cualquiera de los candidatos supera el 50% de votos ganará en primera vuelta. En caso contrario, la segunda vuelta se llevará a cabo el domingo 14 de diciembre entre los dos candidatos más votados por los electores.
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