Bloomberg Línea — China avanza con una ofensiva comercial en América Latina para consolidarse no como alternativa, sino como el principal socio regional, en un contexto marcado por la guerra comercial impulsada por Donald Trump.
El embajador chino en Colombia, Zhu Jingyang, dijo a Bloomberg Línea que la estrategia de China con Latinoamérica es integral, con dimensiones no solo económicas, sino también tecnológicas, educativas y políticas.
Durante la última década, “Latinoamérica ha sido la región emergente donde las relaciones con China han avanzado con mayor rapidez”, dijo el embajador. La potencia asiática “está dibujando un nuevo plan de desarrollo para China y América Latina al promover una apertura de alto nivel y la globalización económica”.
Como parte del plan integral propuesto, China importará más productos de alta calidad de la parte latinoamericana y alentará a las empresas chinas a expandir sus inversiones en América Latina.
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Además, implementará efectivamente la línea de crédito de US$9.000 millones anunciada por el presidente Xi Jinping en el Foro China-CELAC, celebrado en mayo.
Durante el ‘boom’ de los commodities a comienzos de siglo y en medio de la fuerte expansión de la economía de China, el gigante asiático fue protagonista y se consolidó como un comprador de materias primas estratégicas como el cobre, a medida que avanzaba su proceso de industrialización.
En este proceso completó hitos como la firma del acuerdo de libre comercio (TLC) de 2006 de Chile, el primero de un país latinoamericano con China, al mismo tiempo que extendió su influencia a través de la iniciativa de cooperación de la Franja y la Ruta. Además, se convirtió en un importante motor de financiamiento y en Venezuela inyectó casi unos US$60.000 millones entre 2005 y 2023, apalancando sectores como la energía e infraestructura.
En el ámbito empresarial, con la expansión global de empresas chinas, cada vez más compañías invierten en la región, llevando personal administrativo, técnico y ejecutivo, mientras atrae a empresarios latinoamericanos a China.
Zhu Jingyang, embajador chino en Colombia.
De acuerdo a cifras entregadas por la Embajada, China considera a la región como su segundo destino de inversión en el extranjero.
Hasta finales de 2023, la inversión directa acumulada de China en la región alcanzó los US$600.800 millones y en 2024 el comercio bilateral superó los US$518.400 millones.
El enfoque del gigante asiático “responde al interés estratégico de China en diversificar su cadena de suministro e incluir a la América Latina en esa gran iniciativa de la Franja y la Ruta en los últimos años”, directora ejecutiva de la Cámara Colombo China de Inversión y Comercio Colombiana, Ingrid Chaves.
Del lado de los países de Latinoamérica ve el interés de querer diversificar también su comercio y sus fuentes de inversión. “No solamente irnos alineados tal vez a las fuentes tradicionales”, dijo Chaves.
Hasta la fecha, China ha establecido diversos tipos de asociaciones estratégicas con 16 de los 26 países de la región con los que mantiene relaciones diplomáticas, incluyendo a Brasil, México, Argentina, Chile y Perú.
Actualmente, 24 países latinoamericanos se han unido a la cooperación en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, con más de 200 proyectos de infraestructura implementados, que se suman a diversas iniciativas de cooperación industrial.
La ejecutiva Ingrid Chaves dice que los sectores con mayor atractivo para la inversión china en la región siguen siendo infraestructura (como puertos y ferrocarriles); energía renovable; minería; agroindustria (quinoa, carne o cítricos como el limón); tecnología (incluyendo redes 5G y ciudades inteligentes) y salud y biotecnología.
China parte de la premisa de que, junto a América Latina, forma parte del Sur Global, con aspiraciones de desarrollo y visiones internacionales afines, además de economías y estructuras industriales altamente complementarias.

El capital y la tecnología de China ayudan a los países latinoamericanos a mejorar su infraestructura y capacidad industrial, mientras que los abundantes recursos y el vasto potencial de mercado de la región ofrecen nuevas oportunidades de desarrollo para China.
“Me han llegado varias empresas chinas este año con interés en el sector minero de cobre en la región, de litio y obviamente también de oro”, dijo la presidenta de la Cámara Colombo China.
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China ya es el principal socio comercial de países en la región como Brasil, y en el caso colombiano, en 2025 se convirtió por primera vez en el mayor origen de importaciones, superando a Estados Unidos, de acuerdo a la Cámara Colombo-China.
Chaves cree que Colombia se están consolidando como una puerta de entrada para que más empresas chinas vengan a la región.
Actualmente, hay alrededor de 150 empresas chinas registradas en Colombia, de acuerdo a cifras de la entidad.
China espera que los países de la región que aún no han establecido lazos diplomáticos con ella actúen conforme a sus intereses fundamentales y a largo plazo, adaptándose a la corriente histórica para establecer relaciones con China sobre la base del principio de una sola China.
Zhu Jingyang, embajador chino en Colombia.
Ejemplos de esta estrategia en Latinoamérica se reflejan en el caso del puerto de Chancay en Perú, operado por la empresa china Costco Shipping.
Este desarrollo en infraestructura para el comercio abre posibilidades para puertos colombianos como Buenaventura, lo que reduciría costos y tiempos de exportación hacia China.
Uno de los hitos clave para Colombia fue la primera visita presidencial de Gustavo Petro a China, en la que se elevó el nivel de relaciones diplomáticas a una categoría estratégica.
Un año después, Colombia firmó su adhesión a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, convirtiéndose en el último país de la región en sumarse. “Esto le permite al país atraer inversión y volverse más competitivo en comercio”, explicó.
China acelera el paso

En medio de la guerra comercial, China viene afianzando su relación con las grandes economías de la región a través de mecanismos como los BRICS, el bloque de economías emergentes del cual Brasil forma parte.
Además, Colombia se suscribió formalmente como miembro del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) de los BRICS, que brinda financiación alternativa.
Otras economías de la región como Chile y Perú también tienen en China a su principal socio, principalmente a través de las exportaciones del cobre.
Impulsada por mecanismos como el Foro China-CELAC, la coordinación política y las plataformas de cooperación han madurado, construyendo un modelo de beneficio mutuo. Se espera que más empresas chinas fortalezcan su presencia en América Latina, elevando la relación a una etapa más sólida, pragmática y sostenible.
Zhu Jingyang, embajador chino en Colombia.
El embajador Zhu Jingyang dijo el gigante asiático apoyará el derecho de los países latinoamericanos y caribeños a seguir caminos de desarrollo acordes con sus realidades nacionales, respaldando su soberanía e independencia frente a lo que consideran interferencias externas.
“China definitivamente ve una oportunidad para profundizar su influencia en América Latina en el contexto actual, pero no necesariamente creo que China quiera posicionarse como alternativa a EE.UU.”, dijo a Bloomberg Línea Thedore Kahn, director para la Región Andina de la consultora Control Risks. “Lo anterior porque Pekín no quiere ni puede reemplazar a EE.UU en el ámbito político y de seguridad”.
Explica que si bien China tiene ciertos objetivos políticos y diplomáticos en la región, su principal interés sigue siendo comercial y económico.
De hecho, la coyuntura actual le presentaría varias oportunidades de avanzar en esta agenda, pero “sin llegar a jugar el mismo rol de Washington en las últimas décadas”.
Explica que EE.UU. ha estado muy involucrado en liderar iniciativas regionales en materia de seguridad, lucha contra el narcotráfico, anticorrupción, gobernanza democrática y otros asuntos que “realmente no figuran entre las prioridades de Pekín”, según kahn.
Hemos visto en estos meses cierta intención por parte de los gobiernos de la región de diversificar lazos comerciales, incluyendo con Asia, en respuesta a la guerra comercial de Trump. Pero para que estas iniciativas de integración económica materialicen y prosperen, se requieren varios años. Y por supuesto que Trump va a presionar a los gobiernos de la región de limitar los vínculos económicos con China.
Thedore Kahn, director para la Región Andina de Control Risks.
A su juicio, el factor primordial que explica la influencia que ha logrado China en la región ha sido su capacidad de exportar capital de bajo costo para financiar proyectos estratégicos.
“Este músculo económico ha superado las barreras de la alineación ideológica y geopolítica, lo cual se evidencia en el interés de gobiernos tanto de derecha (y aliados férreos de EE.UU.) como de izquierda en recibir grandes inversiones chinas”, apuntó.
De acuerdo un reciente informe de la Cepal, Estados Unidos se consolidó como el mayor inversionista en América Latina y el Caribe, con el 38% del valor invertido.
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En cuanto a China, su participación fue de apenas el 2%, aunque buena parte de sus inversiones no se reflejan en las estadísticas oficiales, ya que muchas ingresan a través de terceros países o se realizan mediante compras de activos ya existentes o contratos que no califican como IED tradicional.
De acuerdo a la Cepal, las empresas chinas anunciaron 102 proyectos en 2024, el segundo mayor número desde 2005.
Las empresas chinas han anunciado inversiones por un promedio de US$6.800 millones anuales desde 2020, frente a los US$5.700 millones anunciados de 2010 a 2019 (un aumento de aproximadamente el 20%).
Pulso global

El acercamiento de China a Latinoamérica se da en un contexto de mayor hostilidad por cuenta de la guerra comercial, lo que termina marcando la actual dinámica.
Thedore Kahn, de Control Risks, dice que bajo la administración de Trump EE.UU. está ejerciendo una presión mucho más abierta y agresiva para que los gobiernos de la región “rechacen inversiones chinas, al menos en proyectos estratégicos como de infraestructura digital y portuaria”.
“Y China también tiene cada vez menos interés y capacidad de financiar y ejecutar estos megaproyectos, por lo complejo y costoso que son”, dijo el analista Kahn.
Por lo anterior, explica que su enfoque es cada vez más en sectores de alta tecnología y estratégicos como energía limpia, vehículos eléctricos, y semiconductores.
Y allí las empresas chinas también tienen ventajas competitivas importantes en la región, que va a hacer muy atractivas estas nuevas inversiones.
En muchos sentidos, cree que las políticas de Trump van a incentivar aún más el comercio entre China y la región.
Los aranceles de Trump van a golpear la competitividad de industrias estadounidenses como la automotriz, baterías, energía limpia y alta tecnología.
Esto, a su vez, refuerza la ventaja competitiva de las empresas chinas en la región.
Y, por otro lado, los aranceles bilaterales entre EE.UU. y China pueden incentivar que las empresas chinas exporten aún más a América Latina, y viceversa, ya que exportadores de la región pueden sustituir a competidores estadounidenses en el mercado chino.
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