Bogotá — El panorama para el mercado de arroz en Colombia tiene luces y sombras. Por un lado, las cosas están dadas para un 2025 con buenos resultados, pero por el otro, las importaciones están inyectando competencia al mercado local.
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Un reciente estudio sobre el sector realizado por el Grupo Bancolombia detalla que aspectos como el clima le jugarán a favor al cereal.
El informe detalla que los Llanos Orientales están marcando el ritmo de crecimiento del sector arrocero colombiano.
El área sembrada entre 2014 y 2023 en la zona de los Llanos creció 116%, y durante el primer semestre de 2024 creció otro 11%, comparado con el primer semestre de 2023; esta cifra, en el acumulado de largo plazo, sobrepasa de manera importante las otras zonas arroceras.
“Una mayor oferta de tierras, menores costos de arrendamiento y cultivo y una menor variabilidad climática en esta zona podrían explicar este comportamiento”, detalló Bancolombia.
El clima sería un aliado
Para el trimestre que va de febrero a abril del año entrante, las predicciones climáticas apuntan a una mayor probabilidad de condiciones climáticas de neutralidad, es decir, ausencia de fenómeno de El Niño y de La Niña.
Esto podría incentivar las siembras en el primer semestre de 2025 en regiones donde predomina el sistema secano.
“Las siembras suelen empezar en marzo, y los cultivadores podrían contar con una mayor certeza frente al régimen de lluvias”, explican los expertos de Bancolombia.
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Detalla también en su informe que, dependiendo del semestre y el sistema de producción, el total de insumos para nutrición y protección del cultivo puede representar entre el 30% y 50% del total de los costos en campo.
Sin embargo, destaca como una buena noticia que los precios nacionales han seguido cayendo: los fertilizantes y herbicidas han retrocedido alrededor de un 30%, comparado con precios promedio de 2023.
“Esto aumenta el área de siembra para la cual el productor arrocero puede conseguir financiamiento, sea por parte del sistema financiero o de la industria molinera”, dice el equipo de Investigaciones Económicas de la entidad financiera.
Fuerte competencia
Si bien las condiciones están dadas para que la industria arrocera tenga buenos números durante 2025, la competencia internacional le agrega presión al negocio.
Las importaciones totales de arroz a septiembre de este año han aumentado casi 90 mil toneladas, es decir 65% más que el acumulado a septiembre de 2023.
“De eso, tres cuartas partes ha sido arroz blanco, en donde Ecuador participó de manera significativa, lo que significa competencia para ambos: el agricultor y el molino”, dice el informe.
Desde 2023, Colombia eliminó las restricciones a la importación de arroz de Ecuador y Perú, después de varios años de disputa en la Comunidad Andina de Naciones.
Adicionalmente, en los próximos años la competencia aumentará cuando las condiciones de entrada del arroz estadounidense se relajen.
El TLC con Estados Unidos plantea la eliminación de aranceles para 2030, así como las medidas de protección adicionales negociadas.
Desde que iniciaron las subastas del contingente libre de arancel se han hecho inversiones en productividad en campo y en infraestructura para transformación y almacenamiento, que serán clave cuando nos encontremos en libre competencia dentro de unos años.
Estabilidad en precios
El segundo semestre, aunque no siempre, suele tener precios del arroz paddy por debajo del primer semestre, debido a la estacionalidad que genera la salida de la cosecha de los Llanos.
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El precio registrado por Fedearroz para noviembre de este año (COP$1,57 millones/tonelada), aunque 13% inferior al del promedio del primer semestre, es muy similar al del mismo mes de 2023.
Incluso, en el promedio acumulado a noviembre de este año, el precio del arroz paddy solo es 1% inferior al del año pasado.
“Esto es una buena señal, si se tiene en cuenta que las siembras del primer semestre este año habían sido 9,5% superiores a las del primer semestre de 2023″, concluyó el informe.