Colombia busca reinicio de diplomacia con EE.UU. tras disputa Petro-Trump

La condición de Colombia como el mayor productor y exportador de cocaína del mundo siempre ha sido central en su relación con Estados Unidos

Laura Sarabia, Colombia's foreign minister, in Bogota, Colombia, on Wednesday, March 5, 2025. Colombia’s foreign minister still sees the US as a strategic partner under Donald Trump, saying she wants to reset diplomacy a month after President Gustavo Petro triggered a brief tariff war with a post on social media. Photographer: Nathalia Angarita/Bloomberg
Por Oscar Medina - Patricia Laya - Andreína Itriago
07 de marzo, 2025 | 11:51 AM

Bloomberg — La canciller de Colombia sigue viendo a Estados Unidos como un socio estratégico bajo el gobierno de Donald Trump, y dice que quiere reiniciar la diplomacia, un mes después de que el presidente Gustavo Petro desencadenara una breve guerra arancelaria con una publicación en redes sociales.

Laura Sarabia, a quien Petro nombró como jefa de diplomacia la semana anterior a su enfrentamiento con Trump, buscó en una entrevista enmendar las relaciones con el principal socio comercial y aliado de la nación andina en la región.

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“Debemos apostarle a la diplomacia por los canales establecidos, a la diplomacia de los acuerdos, y sobre todo poniendo sobre la mesa las relaciones históricas y políticas, y no a la diplomacia de micrófonos”, dijo Sarabia a Bloomberg News durante una conversación de 45 minutos realizada esta semana en su oficina en Bogotá. La relación de Colombia con EE.UU., dijo, está “construida sobre la confianza y el diálogo permanente”.

Para ello, Sarabia dijo que la secretaria de seguridad nacional de Trump está planeando una visita este mes para hablar sobre el narcotráfico y la migración. El presidente estadounidense está utilizando esos temas para justificar la imposición de aranceles del 25% a México y Canadá. Y fue la negativa inicial de Petro a aceptar vuelos de deportación por el trato a los migrantes lo que amenazó con exponer a Colombia a una presión económica similar.

De allí que, aunque “queremos seguirle apostando a Estados Unidos”, Sarabia dijo que el gobierno también está buscando “ampliar a nuevas opciones en otras partes del mundo”. Entre ellas se incluyen los estados del golfo Pérsico, como Catar y los Emiratos Árabes Unidos, que Petro visitó recientemente, pero también las naciones del Indo-Pacífico y potencialmente incluso la expansión de los lazos establecidos de Colombia con China.

Hija de un oficial de la fuerza aérea y con formación militar, esta joven de 30 años realizó una pasantía en el Ministerio de Defensa y luego trabajó con el exsenador Armando Benedetti antes de unirse a la campaña de Petro en 2022. Tras la victoria presidencial, ascendió a puestos clave, incluido el de jefa de gabinete y directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República, donde se convirtió en la mano derecha de Petro.

Si bien su ascenso irritó a un grupo de puristas ideológicos dentro del gobierno, Sarabia se ganó la confianza de Petro, actuando a menudo como el principal conducto entre el presidente izquierdista y el sector empresarial de Colombia. Ahora espera aprovechar esos vínculos en su nuevo rol.

“Hemos conversado con ellos de cuáles son los desafíos y cuáles son las alertas frente, no solo un tema de aranceles, sino a las políticas que ha establecido la administración Trump”, dijo Sarabia el miércoles en sus primeras declaraciones públicas a un medio internacional desde que asumió el cargo. “La diversificación de mercados no significa reemplazar mercados o reemplazar el mercado de Estados Unidos”.

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Sin embargo, las recriminaciones internas del gabinete, provocadas en parte por su ascenso, así como la disputa con Trump y una ofensiva guerrillera en el noreste de Colombia, han afectado el índice de aprobación de Petro. Este cayó a un nuevo mínimo en febrero, con un 64% de los encuestados que desaprueba la forma en que el presidente está dirigiendo el gobierno, según una encuesta realizada por AtlasIntel para Bloomberg News.

La condición de Colombia como el mayor productor y exportador de cocaína del mundo siempre ha sido central en su relación con EE.UU.

El área plantada con hoja de coca, la materia prima utilizada para fabricar la droga, aumentó un 10% en 2023 hasta un récord de 253.000 hectáreas. Eso es suficiente para producir más de 2.600 toneladas del narcótico, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

Sarabia reconoció que este será el tema principal a abordar cuando reciba a la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, este mes. El departamento de Noem no respondió a solicitudes de comentarios que buscaban confirmar la visita.

Cuando se le preguntó si Colombia se está preparando para una posible descertificación por parte del gobierno estadounidense en su lucha contra las drogas ilegales, Sarabia dijo que el Gobierno está trabajando para reducir el cultivo de coca. Petro, quien cambió la táctica del país contra el narcotráfico para centrarse más en confiscar los cargamentos de jefes de cárteles que en obligar a los agricultores a erradicar sus cultivos, planea pagar a los campesinos para que sustituyan la coca por otros productos como el café o el cacao.

No está claro si esa estrategia será suficiente para tranquilizar a la administración Trump sobre el estatus de Colombia como socio confiable en la guerra contra las drogas. Pero Sarabia estuvo de acuerdo en que EE.UU. tiene el derecho de auditar y examinar todo el dinero que gasta en cooperación internacional.

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Drogas, Migración

“La invitación que le hemos hecho a Estados Unidos y a toda la región es que conversemos el problema de las drogas como un problema de la región”, dijo Sarabia, y agregó que la migración debe abordarse de manera similar.

Con respecto al impasse con Trump a fines de enero, cuando anunció aranceles radicales para la nación andina antes de retirar abruptamente la amenaza, Sarabia dijo que ambas partes pudieron alcanzar sus objetivos después de una serie de negociaciones tensas. El presidente estadounidense pudo seguir impulsando su política de deportación masiva, mientras que Petro aseguró que los colombianos serían devueltos de “manera digna”.

La nación andina ha enviado doce aviones para recoger a 2.000 migrantes en lo que va de año y continuará haciéndolo. Pero Sarabia dijo que Colombia está buscando ayuda financiera de EE.UU. mientras el gobierno de Petro lidia con profundos desafíos fiscales.

Las buenas relaciones “no quiere decir que no haya diferencias, desencuentros”, explicó Sarabia. “Pero precisamente para eso está la diplomacia, para poder conversar y llegar a buenos acuerdos”.