Bogotá — Tras la decisión del presidente de Gustavo Petro de convocar a una consulta popular “para que sea el pueblo quien apruebe las reformas laboral y de salud”, las opiniones entre expertos y congresistas están divididas: mientras unos apoyan la iniciativa ante la imposibilidad de aprobar los proyectos en el legislativo, otros consideran que será un innecesario despilfarro de recursos.
Para el exministro de Hacienda y rector de la Universidad EIA, José Manuel Restrepo, ni alcanzan los tiempos ni tiene sentido hacer una consulta popular sobre el tema porque es un articulado técnico “donde no cabe una pregunta única o una pregunta que no dé lugar a dudas en la respuesta y, francamente, es mejor destinar ese dinero a programa sociales efectivos”.
A lo que agregó que ese mecanismo no es ni para crear, modificar o derogar leyes. “Un referendo puede ratificar o rechazar leyes, pero según el artículo 150 de la Constitución Política, el Congreso es el único actor que hace las leyes”.
Sin embargo, para la senadora del Pacto Histórico, María José Pizarro, es distinto desconocer a un puñado de congresistas o al presidente de la República, que a la voluntad popular de millones de colombianos. “Aquí se le ha negado a los colombianos el derecho al reconocimiento en los festivos, al reconocimiento a la jornada nocturna, a los trabajadores y a los repartidores la posibilidad de acceder a una ARL, a los hombres la licencia de paternidad”, enfatizó.
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La congresista señaló que la reforma laboral, además, ya había sido “tijereteada” en la Cámara de Representantes, donde salieron todos los derechos colectivos y quedaron los derechos individuales de los trabajadores y de las trabajadoras.
El jefe de Estado manifestó que la ley determinará cómo se convocará y qué tiempos existen para llevar a cabo esa consulta, “vuelve a pasar por el Senado de la República, pero ya en una comisión no de ocho congresistas, sino de su Plenaria”.
Asimismo, dijo que los congresistas no querían que este proyecto pasara a la Plenaria, “pues ahora pasa, pero no para definir el contenido de las iniciativas, sino para decidir si se convoca al pueblo o no”.
El mandatario colombiano enfatizó que el Gobierno Nacional no cree que la Plenaria del Senado de la República le negará esa convocatoria al pueblo colombiano, “porque es necesaria la democracia en Colombia y la libertad, así que el Gobierno convoca al pueblo colombiano, todo, a decidir y convocar una consulta popular para definir la reforma laboral y la reforma a la salud”.
Fernando Posada, consultor político, le dijo a Bloomberg Línea que la reforma laboral, en su aprobación en la primera discusión en la Cámara de Representantes, había sido uno de los logros más importantes de los meses recientes para el Gobierno Nacional y que, si se compara con el apoyo que tiene la reforma a la salud, que ha sido mucho más controvertida por los partidos políticos, se esperaba que la laboral tuviera más favorabilidad.
En ese sentido, dijo que recibió una votación muy similar a la que hundió la primera versión de la reforma a la salud, ocho de 14 senadores en el caso de la laboral y nueve de 14 senadores de la misma Comisión Séptima. “La conclusión es que el Senado sigue siendo un espacio mucho más difícil para el Gobierno y para sus proyectos de reforma si se compara con la Cámara de Representantes, donde todas sus iniciativas han tenido un curso mucho más fácil y de menos dificultades para la agenda legislativa del Ejecutivo”.
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Por otro lado, Carlos Arias, doctor en Psicología Política de la Universidad Católica de Colombia y gerente de la firma Estrategia & Poder, manifestó que el hundimiento de la reforma laboral es la consecuencia del mal manejo que ha tenido el gobierno de Gustavo Petro con el Congreso de la República.
Explicó que esta reforma, que quizás era una de las menos malas, porque traía aspectos positivos como la ampliación de la jornada laboral nocturna (a partir de las 7:00pm y no las 9:00pm como ocurre actualmente), la remuneración del 100% del trabajo en días festivos, la jornada flexible para cuidadores, la licencia de paternidad de cuatro semanas, la formalización de madres comunitarias y contratos de aprendizaje para los jóvenes del Sena, se cae en el Congreso porque no fue negociada correctamente desde el Ejecutivo, partiendo desde el presidente Gustavo Petro.
“Las amenazas constantes al poder Legislativo hoy se ven evidenciadas en el hundimiento de la reforma laboral, que era quizás la menos mala de las reformas del cambio. Y seguramente era también el presagio de lo que iba a suceder en la Comisión Séptima con la reforma a la salud, que, a diferencia de la reforma laboral, no ha tenido el proceso de concertación con diferentes actores. Además de eso es muy similar a la que ya se cayó en la legislación pasada”, agregó Arias.
