Bogotá — El gremio de las fintech en Colombia está liderando la batalla que está dando el sector financiero contra la Tasa de Usura en el país, un tema que denuncian está alejando a las personas más vulnerables de los créditos formales.
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Bloomberg Línea habló con Gabriel Santos, presidente de Colombia Fintech, quien explica que “en términos generales el esquema de usura ha estado muy mal planteado en el país”, y recuerda que el 65% de los colombianos no pueden acceder a un crédito, de acuerdo con un reciente estudio que realizó la entidad en alianza con el centro de estudios económicos, ANIF.
Cambios que afectaron la Tasa de Usura
Las cifras de la Superintendencia Financiera muestran que la cartera de créditos viene decreciendo en Colombia, y dentro de esta, los créditos de consumo están siendo afectados por cuenta de cómo se está calculando el interés bancario corriente.
“Entonces, nosotros hemos podido ver distintos cambios que han, de alguna forma, acelerado el descenso de la tasa de usura problemáticamente desde junio del año pasado”, explica Santos.
A mediados del año pasado se hicieron modificaciones que han acelerado el descenso de la Tasa de Usura, de ahí que las entidades estén siendo más rigurosas en el otorgamiento de créditos.
Santos entró en detalle sobre cuáles fueron los cambios que afectaron la tasa: “el primero, pasar de los promedios simples a los ponderados, es decir, cuando se pasa a la ponderación total de los créditos desembolsados, pasamos a tener una representación más importante de los créditos comerciales, los cuales nada tienen que ver con los créditos de consumo”.
Además, señala que otro de los yerros en los que se está incurriendo es el de incluir los redescuentos, “que también son créditos que tienen la percepción del mercado de un riesgo casi imperceptible”, y explica que al considerarlos en el cálculo de usura “se generan unos descensos acelerados y por ende artificiales a la consideración de la Tasa de Usura”.
Dos vías para un objetivo
Para corregir los problemas que está desencadenando la Tasa de Usura se está trabajando en dos frentes, uno, el más rápido y posible, con la Superintendencia Financiera, pero también se articula un proyecto de ley para presentar al Congreso a más tardar en junio, aunque Santos reconoce que “es un proyecto políticamente costoso y más en un año preelectoral”.
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Este jueves comenzarán las reuniones con la Superintendencia Financiera para tratar de comenzar a producir los ajustes que desde el gremio consideran esenciales.
“El trabajo con la superintendencia es mucho más eficiente”, explica Santos y añade que “la misma manera en la que se cambió la fórmula para incluir promedios ponderados o tasas o créditos de redescuento, se puede invertir”.
Para el presidente de Colombia Fintech el primer objetivo es lograr separar los créditos de consumo de los comerciales en el momento de la certificación. “Sólo separar crédito de consumo de los créditos ordinarios genera un toque de crédito de 10 billones de pesos de manera casi que inmediata”, insiste Santos.
Estado reconoce fallos
Santos indica que el superintendente financiero, César Ferrari, ya ha expresado sus inconformismos con la Tasa de Usura, pero, además, asegura que el Estado ha creado mecanismos para excederla porque ha notado la incapacidad de llegar a los más vulnerables.
“Se han creado distintos mecanismos para exceder la usura, microcréditos, crédito popular rural, crédito popular urbano, una larga lista, etcétera, donde el Estado mismo está diciendo, oiga, con los instrumentos que tenemos hoy en día en el mercado somos incapaces de llegar a los colombianos más vulnerables ofrezcamos otros mecanismos”, sostiene.
Pese a ello es optimista en alcanzar acuerdo en el corto plazo con la SuperFinanciera para “comenzar a dar pasos para corregir este mercado tan imperfecto y poco profundo que tenemos hoy”.
Escenario ideal se ve lejano
Santos asegura que la Tasa de Usura es un instrumento de control de precios que no debería existir, pero también reconoce que su eliminación absoluta no es un escenario fácil de alcanzar en Colombia.
“Yo creo que la Tasa de Usura no debería existir en ninguna de sus concepciones, si uno se va a mercados más sofisticados, uno se da cuenta pues que es un mecanismo de control de precios que no existe”, y agrega que “en un año electoral no va a haber nadie que dé esa pelea. Ningún congresista va a abanderar el tema y no puedo quedarme con el discurso y sin el resultado”.
Advierte que se requiere corregir el tema porque “hay compañías y colombianos que necesitan acceder al crédito hoy en día y mal haría yo en quedarme como con la versión más maximalista y ambiciosa sin poder trabajar para poder ofrecerles el acceso a crédito”.
El modelo chileno
Santos explica que Colombia tiene el peor esquema de la región, y aunque considera que lo ideal sería avanzar hacia mercados sin Tasa de Usura, como en México o Brasil, cree que un escenario realista sería replicar el modelo chileno.
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Si bien insiste en la necesidad de separar créditos comerciales de los de consumo, otra de las alternativas que se plantean es “certificar más tasas de usura las que tenemos ahorita, por segmentos de mercado”.
Explica que en ese modelo se tendría una tasa de usura para tarjetas de crédito, una para créditos de consumo, una para créditos de automóviles, otra para los de libre inversión, etc.
“Operativamente no es fácil, pero hacia allá es hacia donde deberían ir. Quien decida tener todavía este mecanismo de control de precios debería inclinarse porque esos mecanismos estén segmentados”, explica Santos.
Finalmente, Santos enfatiza en que la tasa de usura a impulsado a los colombianos con menor capacidad de acceder al sistema financiero formal a endeudarse por mecanismos ilegales en los que pueden llegar a pagar tasas “inmorales” de ente 382% y 666%, “entre más rápido dejemos de romantizar el discurso y seamos pragmáticos con las soluciones más rápido les vamos a cambiar la vida a estos colombianos”.
Concluyó diciendo que la lucha contra la Tasa de Usura no es de las fintech, sino que se ha convertido en un objetivo común del sistema financiero, incluyendo banca tradicional y, en general, todos los establecimientos de crédito. “Hay un consenso de que la tasa de absurdo es un mecanismo perverso”, sentenció Santos.
