Bloomberg Línea — Colombia podría tener que hacer frente a un aumento de los costes energéticos en los próximos años debido a una mayor dependencia del gas natural importado, según Fitch Ratings.
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Este cambio ha sido necesario para satisfacer la creciente demanda en un contexto de disminución de la producción nacional de gas.
El marco regulador del país permite a las empresas energéticas repercutir los costos más elevados a los consumidores, pero la presión política puede aumentar a medida que los costos más elevados empiecen a afectar a la economía en general.
Aunque la energía hidroeléctrica lidera la generación de electricidad en Colombia, el país depende de la electricidad generada por gas para el suministro básico, especialmente durante las sequías y los periodos de alta demanda.
Históricamente, Colombia ha sido en gran medida autosuficiente en gas natural, pero las importaciones aumentaron a casi el 20% del consumo en 2024 debido a una generación hidroeléctrica inferior a la habitual, problemas de producción nacional de gas y desequilibrios geográficos.
Las asociaciones del sector prevén que el déficit estructural de gas natural aumente, ya que la capacidad de producción nacional de gas sólo cubrirá el 88% del consumo previsto en 2025 y el 70% en 2026.
Las principales transportadoras de gas de Colombia, Transportadora de Gas Internacional S.A. ESP (TGI; BBB/Negativo) y Promigas S.A. E.S.P. (BBB-/Estable), están invirtiendo fuertemente en infraestructura de transporte de gas natural para apoyar las crecientes importaciones de gas y los nuevos proyectos de gas en tierra, y para mejorar la conectividad dentro del país.
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Los precios al por menor de la gasolina han subido mucho en algunas regiones. En febrero de 2025, Vanti (AAA(col)/Estable) anunció una subida de precios del 36% en Bogotá, mientras que Empresas Públicas de Medellín (EPM; BB+/Negativo) subió los precios un 21% en Medellín.
Otros distribuidores de gas, como Gases del Caribe (Gascaribe; AAA(col)/Estable), Surtidora de Gas del Caribe (Surtigas; AAA(col)/Estable) y Gases de Occidente (GDO; AAA(col)/Estable), que suministran gas a Cartagena, Barranquilla y Cali, respectivamente, han mantenido el suministro interno y moderado los ajustes de precios aprovechando el acceso a yacimientos más pequeños en el norte y el suroeste de Colombia.
Las reservas probadas de gas de Colombia están disminuyendo, y las proyecciones indican que en 2025 sólo quedarán seis años de suministro a la tasa de producción actual de 965 giga unidades térmicas británicas (GBtu) al día.
La producción ascendente de gas está dominada por dos grandes productores, Ecopetrol S.A. (BB+/Negativo), con alrededor del 58% de la cuota de mercado, y Canacol Energy Ltd. (NR), con el 17%. (NR), con un 17%.
Sin embargo, sus índices de producción han disminuido en los últimos años. La producción total de los campos clave de Cusiana, Cupiagua y La Guajira ha descendido a 425 GBTU diarios desde los 550 GBTU diarios del año pasado.
El descenso de la producción nacional de gas, que refleja en parte limitaciones geológicas, se ha visto acelerado por políticas gubernamentales que disuaden de invertir en la industria del petróleo y el gas.
En 2023, Colombia se convirtió en el primer país latinoamericano en firmar el Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles en la COP28 y el gobierno anunció que dejaría de emitir nuevos contratos de perforación y exploración de petróleo.
Los distribuidores de gas en Colombia se benefician de un régimen de tarifas reguladas que permite trasladar los costes de suministro a los usuarios finales.
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Sin embargo, el aumento de los costes energéticos podría incrementar las necesidades de capital circulante y aumentar las presiones políticas para las empresas energéticas a lo largo de la cadena de valor.
Incluso con las medidas reguladoras en vigor para proteger los márgenes, las finanzas de las empresas distribuidoras de electricidad de Colombia se están viendo presionadas por el aumento de los precios de la energía experimentado en el último año y la intervención política.
El sector se ha enfrentado a dificultades financieras debido a las restricciones impuestas por el regulador local a los aumentos de tarifas desde la pandemia y a los problemas fiscales del gobierno, que han provocado retrasos en el pago de las subvenciones.
Es probable que EPM tenga que apoyar financieramente a su filial Afinia (AAA(col)/Estable), que se ha visto especialmente afectada por los retrasos en los pagos.