Impuestos saludables en Colombia: lo que vino después de su implementación

ANIF revisó cómo han cambiado los hábitos de consumo, el impacto en las finanzas del Estado y alertó la necesidad de medidas adicionales hacia el futuro.

Impuestos saludables en Colombia: lo que vino después de su implementación
26 de julio, 2025 | 05:00 AM

Bloomberg Línea — La imposición de impuestos saludables en 2023 en la legislación tributaria fue considerada, por expertos y organizaciones internacionales, como una medida clave para desincentivar el consumo de bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados y con alto contenido de azúcares añadidos, sodio o grasas saturadas.

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La medida, aplaudida por la Organización Mundial de la Salud, fue establecida en Colombia en el artículo 54 de la reforma tributaria del Gobierno de Gustavo Petro, en un país con un 56,5% de adultos con sobrepeso u obesidad, según cifras de la Encuesta de Seguridad Nutricional y con un consumo habitual de estas bebidas, frituras y productos ultraprocesados del 80% en niños y adolescentes.

Así, por la vía impositiva, se buscaba encarecer el consumo de estos productos para combatir, fuera de la obesidad, enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes y los problemas cardiovasculares.

Sin embargo, el centro de pensamiento ANIF revisó el comportamiento del consumo con base en la Encuesta Nacional de Calidad de Vida (ECV) del Departamento de Estadística de 2024, en la que se reporta que aproximadamente 21 millones de colombianos consumieron alimentos de paquete al menos una vez por semana.

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El consumo de bebidas azucaradas fue aún más alto, con cerca de 28 millones de personas que reportaron ingerirlas al menos una vez a la semana. Estas cifras representan el 41% y 54% de la población del país, respectivamente.

Resultados mixtos

Por grupo de edad se observan patrones heterogéneos en el cambio de la frecuencia de consumo de bebidas azucaradas después de la introducción del impuesto.

Los jóvenes entre los 12 y 28 años reportaron una reducción en el consumo diario de estas bebidas. Mientras en 2022 24,6% de ellos consumía diariamente estos productos, la proporción descendió a 22,6% en 2024.

Entre tanto, el consumo ocasional (una vez o menos a la semana) aumentó de 31,1% a 34,0% de los jóvenes.

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Para el grupo de 29 a 44 años la disminución del consumo diario fue más pronunciada, al caer del 24,9% a 19,2% del total, con un aumento en el consumo esporádico (dos o tres veces a la semana) al pasar de 12,4% a 31,5%.

En los adultos de 45 años o más se encontró que el consumo diario disminuyó de 18,3% a 17,7%.

En el consumo de alimentos fritos de paquete por grupo de edad también se observa una reducción en la frecuencia de consumo, aunque menores a los de bebidas azucaradas.

Los jóvenes de 12-28 años reportaron una leve reducción de su consumo diario, pasando de 18,7% a 17,0% en 2024, con un incremento en el consumo ocasional de 32,1% a 34,0%.

El grupo de 29-44 años experimentó una disminución más leve aun en el consumo diario (de 7,7% a 7,1%) y un aumento notable en el consumo esporádico (de 17,2% a 34,3%).

Los adultos mayores de 45 años mantuvieron relativamente estable su consumo diario (4,6% a 4,5%), pero incrementaron significativamente el consumo ocasional de 25,6% a 29,8%.

VER MÁS: Impuestos saludables regirán desde noviembre y precios de alimentos subirían

Resultados distintos por nivel de ingreso

Por su parte, se observan cambios diferenciados en los patrones de consumo por nivel de ingreso. Entre 2022 y 2024 aumentó la proporción de personas que consumen estas bebidas “una vez o menos a la semana” en la mayoría de los quintiles, lo que puede sugerir una reducción en la frecuencia del consumo.

Destacó ANIF que este cambio es más pronunciado en los quintiles 1 y 5 (los de menores y mayores ingresos, respectivamente). Por ejemplo, en el quintil 1 el consumo poco frecuente pasó de 37,6% a 41,0%, mientras que en el quintil 5 subió de 37,4% a 38,4%.

Al mismo tiempo, disminuyó la proporción de personas que reportan consumir estas bebidas “Todos los días” en casi todos los quintiles, destacándose nuevamente el quintil 1, donde cayó de 22,2% a 19,8%.

De igual manera, se evidencian ajustes en el consumo de alimentos fritos de paquete, con una mayor magnitud en el quintil 1 respecto al caso de las bebidas azucaradas.

Entre 2022 y 2024 aumentó la proporción de personas que consume estos productos “Una vez o menos a la semana” en 4,3 y 2,9 puntos porcentuales en los quintiles 1 y 5, respectivamente.

Así mismo, se observa una disminución significativa en el consumo diario en dichos quintiles: en el quintil 5 cayó de 17,5% a 15,0%, y en el quintil 1 de 18,1% a 14,0%.

Con respecto al comportamiento de los precios, ANIF destaca que la implementación de los impuestos saludables ocurrió tras alcanzar la inflación un pico de 13,3% en marzo de 2023, en un escenario en que la inflación comenzó a ceder tras el choque de la pandemia.

Aun así, la entrada en vigor de los impuestos saludables parece haberse reflejado en algunos incrementos específicos en los precios de los productos gravados.

Por ejemplo, las frituras en empaque registraron una aceleración inflacionaria notable, pasando de 14,6% en octubre de 2023 a 19,5% en noviembre, alcanzando su pico máximo en enero de 2024 con 20,7%, contribuyendo 0,03 puntos porcentuales a la inflación anual total.

Las gaseosas y maltas mostraron un comportamiento similar, con una inflación anual de 13,4% en noviembre de 2023 y alcanzando su pico de 13,7% en diciembre del mismo año. Su contribución fue de 0,02 puntos porcentuales.

Pero estos efectos se han ido diluyendo. Los resultados del IPC de junio de 2025 mostraron que la inflación anual de frituras alcanzó el 0,5% y la de gaseosas y maltas el 7,1%.

Arcas estatales

Sobre el impacto en las finanzas del Estado, ANIF explica que, dado que los impuestos saludables son impuestos al consumo, el periodo gravable es bimestral.

Es decir, si bien las empresas los incorporaron en los precios a partir de noviembre de 2023, cuando entraban en vigor, no fue sino hasta enero que se pagaron esos impuestos a la DIAN.

Así, el recaudo de estos impuestos comenzó a registrarse a partir de enero de 2024.

En 2024, por concepto de impuestos saludables se recaudaron COP$2,9 billones, equivalentes al 1,1% del recaudo total del año. En lo corrido a mayo de 2025 se han recaudado COP$1,6 billones: COP$288 mil millones por las bebidas azucaradas y COP$1,3 billones por los alimentos ultraprocesados.

Esto significa que hasta mayo de 2025 estos impuestos aportaron cerca del 1,3% del recaudo total (COP$127 billones).

Frente al mismo periodo del año anterior esto representó un crecimiento del 24,9% (COP$319 mil millones) en el recaudo por impuestos saludables.

VER MÁS: Reaccionó el cobro de impuestos en Colombia y a junio crece más de 10%

Concluye ANIF que es fundamental que estas medidas se integren con componentes educativos, regulatorios y de promoción de alternativas saludables que proporcionen a los hogares las herramientas necesarias para adoptar hábitos que mejoren su salud y bienestar.

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