Bloomberg Línea — El mercado financiero y político colombiano coincidió en que la consulta del Pacto Histórico del domingo no alteró las expectativas de fondo. Para los inversionistas, el país sigue encaminado hacia un escenario de mayor peso de la derecha en las elecciones de 2026, aunque los resultados dejaron claro que la izquierda aún conserva una base sólida en varias regiones.
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“Lo que vio la mayoría de la gente fue un resultado que salió más o menos dentro de las expectativas normales”, dijo Alberto Bernal, estratega jefe de la mesa institucional de XP Investments. En su lectura, los mercados no interpretaron los resultados como un cambio en el panorama político general, sino como “un termómetro para las elecciones legislativas”.
Los datos de la jornada respaldan esa percepción de estabilidad relativa. De los 2,7 millones de votos depositados, 2,3 millones fueron válidos, mientras que el 14% fueron nulos o en blanco, un salto significativo frente al 3% registrado en la consulta presidencial del Pacto en 2022.
Además, los hombres postulados concentraron el 72% de los votos, frente al 28% de las mujeres, reflejando un desequilibrio de género en la participación interna del movimiento.
La izquierda resiste
Desde la perspectiva de los analistas, los inversionistas internacionales no encontraron razones para modificar su lectura de Colombia.
Munir Jalil, jefe de Economía para los Andes en BTG Pactual, señaló que el resultado se recibió con calma: “La elección no fue un factor que los estresara ni que los motivara a decir: ‘Uy, ahora sí voy a comprar Colombia’. Pero tampoco fue un factor que los llevara a pensar: ‘Uy, voy a vender lo que ya tengo en Colombia’”.
El balance, según Jalil, es de continuidad. “El caso base no ha cambiado. El caso base significa un cambio o una ruptura con la continuidad de las actuales políticas”, sostuvo.
En otras palabras, el escenario predominante sigue siendo uno en el que el país experimentará una recomposición hacia el centro o la derecha, pero sin un vuelco abrupto, incluso, afuera no se descarta que el próximo gobierno tenga una tendencia de centroizquierda.
El mensaje implícito para los mercados es que la izquierda, si bien no desaparece del mapa, tampoco logra proyectar la fuerza suficiente para mantener el control del poder ejecutivo. “La izquierda tampoco es que esté muerta en Colombia”, es la lectura que Jalil percibe de los inversores foráneos.
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Voto periférico crece
Más allá de la lectura macroeconómica, el análisis territorial revela matices importantes. Carlos Arias, gerente de comunicaciones de Estrategia & Poder, considera que “los resultados del Pacto Histórico el domingo son innegables. Sin embargo, el diablo está en los detalles”.
Arias destaca que el movimiento logró crecer en la periferia, pero perdió terreno en los grandes centros urbanos. “La consulta del Pacto también demuestra que perdieron espacio electoral en las tres capitales de departamento con mayor peso electoral en todo el país: Bogotá, Medellín y Cali”, explicó.
El fenómeno, añadió, se replica parcialmente en la costa Caribe: “En Barranquilla hay un fenómeno singular: en el casco urbano pierden espacio, pero lo ganan en la periferia del área metropolitana, donde el Clan Torres activó una dinámica clientelar en la que participaron mototaxistas, refrigerios y buses para mover a los votantes”.
Estos resultados sugieren que, aunque la izquierda conserva músculo en zonas rurales y periféricas, su atractivo entre el electorado urbano —clave para una elección presidencial— se ha debilitado.
Termómetro legislativo
De cara a las legislativas de 2026, los analistas coinciden en que la consulta fue más un ensayo que un punto de inflexión. Bernal estima que “el Pacto Histórico debería repetir con unos 18 o 20 senadores, lo cual no es muy diferente a lo que hay actualmente”.
Ese dato refuerza la tesis de estabilidad: la izquierda mantiene su base, pero sin señales de expansión. La lectura entre inversionistas, según Bernal, es que el país mantiene una trayectoria predecible, sin sobresaltos que alteren las valoraciones de riesgo o la percepción de gobernabilidad.
Además, el alto número de votos nulos refuerza la idea de desinterés o confusión en el electorado. “La cantidad de votos nulos es, creo yo, evidencia de eso”, añadió Bernal. Para los estrategas, ese desánimo puede anticipar una participación más fragmentada y una representación política más dispersa en el Congreso de 2026.
Una señal de moderación
La jornada del domingo, más que una muestra de fortaleza de la izquierda parece haber sido una advertencia sobre sus límites actuales.
El Pacto Histórico retiene zonas de influencia, pero enfrenta una pérdida de tracción en los espacios donde se decide el poder nacional.
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El consenso entre los tres analistas es que el mercado continúa viendo con mayor probabilidad un giro a la derecha, aunque con una izquierda que conserva capacidad de incidencia y de oposición.
En otras palabras, la consulta reafirmó un escenario de transición gradual, en el que los inversionistas siguen apostando por la estabilidad, pero atentos a cómo la izquierda redefine su estrategia para no quedarse al margen del tablero político en 2026.









