Bloomberg Línea — En medio de la negociación arancelaria que se adelanta entre Colombia y Estados Unidos, el presidente Gustavo Petro se reunirá con el principal rival comercial del país norteamericano: China. Empresarios encendieron las alarmas y calificaron la visita de inoportuna e inconveniente.
“Quiero hablar con los chinos sobre el diálogo entre civilizaciones, sobre que América Latina debe volcarse al mundo y sobre Colombia, obviamente, para firmar varios tratados comerciales”, expresó el jefe de Estado en su más reciente alocución presidencial.
Petro viaja a China como presidente de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe) y estará en el gigante asiático del 10 al 17 de mayo.
Sobre la mesa hay dos cuestionamientos hechos por los empresarios. El primero, que Estados Unidos tome represalias contra Colombia y se perjudique la negociación arancelaria entre ambas naciones; y el segundo, el interés de Petro por adherirse a la Franja y la Ruta de la seda.
Para Javier Díaz, presidente del gremio de comercio exterior, la reunión entre las autoridades colombianas y chinas podría convertirse en un irritante frente a Estados Unidos.
“No vale la pena destapar esta situación en este momento, cuando hay una crisis y estamos buscando una negociación con los Estados Unidos, que nos elimine o nos disminuya radicalmente ese arancel del 10%“, dijo el dirigente gremial.
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Hizo un llamado al Gobierno a reconsiderar su decisión de visitar China o, a por lo menos, analizar la situación debido a que crear este irritante no resulta conveniente en este momento.
La Asociación de Industriales Latinoamericanos y otros gremios de la región (AILA), indicó que reconociendo la enorme importancia que tiene para sus economías la relación con Estados Unidos, “consideramos absolutamente inoportuno que en este momento de gran incertidumbre se envíen señales equivocadas que podrían afectar severamente a los países miembros de la CELAC”.
Lo anterior, teniendo en cuenta que la mayoría de esas naciones están buscando negociaciones con ese país que les permitan bajar los aranceles impuestos y lograr resultados positivos en el menor tiempo posible.
Al respecto, María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana, manifestó que el gobierno colombiano, como todo Estado soberano, tiene el derecho de explorar nuevas oportunidades comerciales con distintos países.
Sin embargo, aseguró que estas decisiones deben estar guiadas por una visión estratégica que genere beneficios reales y sostenibles para los colombianos.
“Es fundamental mantener la diplomacia como el canal legítimo para el diálogo internacional. La gestión de las relaciones exteriores no debe trasladarse a escenarios como las redes sociales, donde se corre el riesgo de politizar o desinformar sobre decisiones sensibles para el país", sostuvo la ejecutiva.
La Franja y la Ruta de la seda
Este año se cumplen 11 años desde que el presidente de CHina, Xi Jinping, pusiera en marcha La Franja y la Ruta de la seda, un proyecto de infraestructura que tiene como objetivo impulsar el comercio y la conectividad en Asia, Europa y África.
De acuerdo con información del Foro Económico Mundial, la iniciativa ha incluido numerosos proyectos de desarrollo físico e inversión financiera que van desde la construcción de vías férreas hasta redes de satélites.
Con lo que se basa en cinco prioridades: coordinación de políticas, conectividad de instalaciones, comercio sin trabas, integración financiera y vínculo entre personas.
En 2017, el Partido Comunista de China incorporó oficialmente el avance de la Franja y la Ruta a su Constitución.
A la fecha se han firmado más de 200 acuerdos de cooperación con más de 150 países y 30 organizaciones internacionales.
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Colombia, en cabeza del Gobierno Petro, ha manifestado su interés de adherirse a la iniciativa. “No podemos perder de vista que, tanto demócratas como republicanos en Estados Unidos, y en particular el expresidente Donald Trump, consideran la expansión de China en América Latina como una amenaza a la seguridad nacional", dijo Lacouture de la Cámara de Comercio Colombo Americana.
Al ser clasificado como un asunto de seguridad, las respuestas institucionales de EE. UU. pueden ampararse en leyes como la IEEPA, que habilitan sanciones, como las que se presentaron el pasado 26 de enero cuando el presidente colombiano ordenó que dos aviones militares estadounidenses se devolvieran porque, supuestamente, a los inmigrantes indocumentados que repatriaban en los vuelos les habían violado sus derechos fundamentales.
A ese pronunciamiento de Lacouture se sumó el del presidente del gremio exportador, que manifestó que esa adhesión es inconveniente porque Colombia no ha analizado los riesgos y oportunidades que esto representa.
“Tenemos muchos riesgos”, dijo. “Primero, China no es una economía de mercado. Ingresar a esta iniciativa nos puede costar el que tengamos que aceptar a China como una economía de mercado, con todas sus consecuencias... subsidios, devaluaciones, lo que hace una economía centralmente planificada nos puede causar mucho daño”.
Adicional a eso, hizo referencia no solamente al relacionamiento en materia exportadora, sino a los mecanismos de defensa comercial. “Podemos terminar afectando fuertemente el aparato productivo nacional”, dijo.