Bloomberg Línea — Si bien la rentabilidad bancaria presentó una mejoría en febrero de 2025 en Colombia, el indicador está muy por debajo del registrado en México, Perú y Chile. Ello obedece a un menor apalancamiento, una eficiencia operativa más baja, una mayor competencia y unos costos más altos por regulaciones e impuestos.
En febrero de 2025, el rendimiento de los activos (ROA) de los establecimientos de crédito en Colombia se ubicó en 0,92%, y registró una recuperación de aproximadamente 18 puntos básicos frente al mismo mes del año anterior.
Una variación positiva jalonada por reducción del gasto en provisiones (+0,40pb), lo cual sugiere una mejora en la calidad del portafolio de crédito y una menor necesidad de cobertura por pérdidas esperadas.
Además, también hubo una contribución positiva del resultado neto de derivados (+0,27 pb), no por un incremento en los ingresos asociados, sino por una reducción en las pérdidas reconocidas por valoración, así como una leve mejora en el margen neto de intereses.
Sin embargo, esta mejoría fue contrarrestada por la reducción en el rubro de reintegros y recuperaciones de cartera castigada, lo que restó cerca de 21 pb a la rentabilidad frente a febrero de 2024.
Para ANIF, esta disminución refleja una menor reversión de provisiones específicas sobre cartera vigente y una desaceleración en la liberación del componente contracíclico, particularmente en consumo y cartera comercial.
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Este panorama también sugiere una gestión más conservadora del colchón de provisiones acumulado en años anteriores, en respuesta a la lenta recuperación de la cartera de consumo y al incremento del saldo de la cartera vencida comercial.
Colombia versus la región
Laura Clavijo, directora de investigaciones económicas, sectoriales y de mercado de Bancolombia, le dijo a Bloomberg Línea que los establecimientos bancarios han mostrado una resiliencia en medio de lo que fue uno de los ciclos bajistas más importantes de la historia reciente.
Esa situación arrojó indicadores de rentabilidad no sólo inferiores a otros referentes de la región como México, Perú y Chile, sino también respecto a la historia reciente del sistema financiero.
No obstante, resaltó los adecuados índices de solvencia por encima de los mínimos regulatorios, así como los de liquidez, “que denotan un sistema financiero sólido que además ha tenido que enfrentar mayores gastos en provisiones, menor eficiencia operativa para precisamente hacer frente a lo que fue un ciclo económico bajista”.
Habló también de una contracción particularmente fuerte en el segmento de consumo, en menor medida en la parte comercial y unos indicadores de calidad de la cartera que comienzan a recuperarse paulatinamente.
La debilidad en el ROA también se refleja en el nivel del rendimiento sobre el capital (ROE), que en febrero de 2025 se ubicó en 7,44%.
Si bien este indicador estuvo levemente por encima del dato registrado en el mismo mes de 2024 (6,1%), se mantuvo muy por debajo de los niveles observados en México (18,07%), Perú (16,13%) y Chile (15,49%).
Una brecha sustentada en tres razones dice ANIF. La primera, un menor nivel de apalancamiento en Colombia, con una relación de activos sobre patrimonio de 8,05 veces, comparado con ratios de 11,85 en Chile y 8,99 en México.
En Perú, a pesar de que el apalancamiento es menor (7,85), su ROE es mucho más alto.
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Eso nos lleva a la segunda razón, un ROA estructuralmente más bajo en Colombia respecto a la región. En febrero de 2025, las rentabilidades del activo fueron de 2,01% en México, 2,05% en Perú y 1,3% en Chile, frente a 0,92% en Colombia. El ROE de Colombia no sólo refleja menor apalancamiento, sino también una menor eficiencia en la generación de rentabilidad sobre sus activos.
Y la tercera, la rentabilidad bancaria en Colombia enfrenta limitaciones estructurales asociadas a la dinámica competitiva del mercado. Ello hace referencia a que, si bien el sistema opera en un entorno de concentración moderada, el aumento en la competencia tendría efectos negativos sobre las tasas de captación y de colocación.
Lo anterior repercute en la reducción de los márgenes de intermediación, restringiendo la capacidad de los establecimientos de crédito para generar rentabilidad sobre sus activos.
Impacto nacional y externo
En el panorama nacional, los gastos administrativos de los establecimientos de crédito siguen afectando la rentabilidad, el ajuste del salario mínimo y el incremento del precio del gas podrían desacelerar el descenso de la tasa de política monetaria en Colombia, retrasando la recuperación de la cartera bruta e incrementando la gestión conservadora por parte de las entidades.
Sobre ese punto, Corficolombiana anticipa, para la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República, se mantendrá inalterada la tasa de interés en 9,5%, en una decisión por mayoría de cuatro votos contra tres.
El argumento central es que la inflación anual se desaceleró a 5,09% en marzo, desde 5,28% en febrero, lo que significó la reanudación del proceso desinflacionario luego de cuatro meses.
A lo que se suma que el balance fiscal continuó deteriorándose, reforzando las preocupaciones ya advertidas por los miembros más conservadores del Emisor.
La directora de investigaciones económicas, sectoriales y de mercado de Bancolombia, refirió que los riesgos en temas de tasas de interés todavía paulatinamente reduciéndose y la volatilidad financiera internacional también podrían impactar el portafolio de los establecimientos de crédito.
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En el frente externo, los riesgos inflacionarios derivados de la política comercial de Estados Unidos también influyen significativamente.
La mejora reciente del ROA en Colombia es frágil y depende de factores no completamente estructurales, concluye ANIF, mientras que persisten riesgos que podrían limitar su sostenibilidad en el tiempo.