Bloomberg Línea — Un aumento excesivo del salario mínimo para 2026 en Colombia generaría consecuencias fiscales negativas, más aún cuando la inflación y la productividad, indicadores clave a su vez para fijar el incremento, no atraviesan su mejor momento, advierten expertos.
“Un ajuste del salario mínimo que exceda los fundamentos de inflación y productividad podría generar presiones adicionales sobre el déficit, comprometer la estabilidad macroeconómica y frenar la creación de empleo formal”, señala un análisis del centro de pensamiento económico ANIF.
Con lo que indican que la discusión sobre el aumento del salario mínimo debe considerar no solo el objetivo de proteger el poder adquisitivo de los trabajadores, sino también las presiones que enfrenta la economía colombiana.
En ese mismo sentido, Deutsche Bank advirtió que un ajuste elevado del salario mínimo podría consolidar presiones inflacionarias y entorpecer la convergencia hacia la meta del Banco de la República.
“Otro incremento relativamente grande del salario mínimo como el insinuado recientemente por funcionarios del gobierno (…) está entre los principales factores que podrían impedir que la inflación converja a su meta durante otro año”, dice la entidad financiera.
La preocupación se enmarca en un contexto de condiciones laborales que permanecen ajustadas y un consumo de los hogares que se mantiene activo. Estos elementos, combinados con expansiones fiscales, pueden minar los esfuerzos del banco central por controlar los precios y conservar una postura monetaria prudente, refiere el Deutsche Bank.
La estrechez fiscal actual limita la capacidad del Gobierno para absorber incrementos significativos en el gasto público, en un contexto en el que las metas de la regla fiscal exigen prudencia y sostenibilidad en las cuentas del Estado.
“Las políticas que le apuestan al bolsillo hoy, vía crecimiento del gasto y aumentos del salario mínimo, siempre ponen en riesgo el balance de mañana: deuda, riesgo país, tasas e inflación", comentó Felipe Campos, gerente de Inversión y Estrategia de Alianza Valores y Fiduciaria. “El riesgo siempre será el próximo choque, que es ineludible”.
Efectos para las pensiones
Uno de los principales canales de transmisión del salario mínimo se da a través del sistema pensional, dado que una porción significativa de las mesadas, particularmente aquellas correspondientes a pensiones mínimas del régimen de prima media, está directamente indexada al mismo.
Lo que quiere decir que cada incremento del salario mínimo implica un aumento automático en las obligaciones del Estado con los pensionados de este régimen.
Se estima que, por cada punto porcentual adicional en el aumento del salario mínimo por encima del salario real, el gasto en pensiones del régimen de prima media se incrementa en cerca de COP$0,24 billones, generando presiones adicionales sobre las finanzas públicas y reduciendo el margen fiscal disponible para atender otras prioridades sociales.
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El centro de pensamiento económico cita un ejemplo: con una inflación proyectada de 5,34% y un crecimiento de la productividad laboral de 2,2%, el aumento de referencia del salario mínimo, equivalente a 7,54%, implicaría un sobrecosto fiscal cercano a COP$0,5 billones solo en el régimen de prima media.
No obstante, si el incremento del salario mínimo alcanzara el 10%, el impacto fiscal ascendería aproximadamente a COP$1,12 billones de pesos.
Inflación y productividad
Si bien el 2025 arrancó con un descenso en la inflación, los últimos meses no han mostrado un comportamiento favorable. Entre junio y octubre, el IPC acumuló cuatro meses consecutivos al alza, pasando de 4,82% en junio a 5,51% en octubre, reflejando un leve repunte inflacionario.
Asimismo, se registra una desaceleración de la productividad laboral en lo corrido del año. El PIB por ocupado registró una caída de 1,2%, que obedece a que el número de ocupados crece a un ritmo mayor que el del PIB, un fenómeno que solo se había registrado en 2022 y 2023 durante la última década.
Este comportamiento responde en parte al aumento de la fuerza laboral durante el año 2025, y plantea el desafío de mantener la capacidad de absorción del mercado laboral en el mediano plazo.
¿Qué dice el Gobierno, el sector privado y los sindicatos?
El ministro del Interior, Armando Benedetti, señaló recientemente que cuando el presidente Gustavo Petro llegó a la presidencia, el salario mínimo estaba en menos de COP$1 millón y que “este año puede terminar en COP$1.800.000 y un trabajador gana el 100% de sus festivos y domingos".
A lo que añadió que la clase media tiene que entender que elegir candidatos de la clase alta no los beneficia a ellos.
Por su parte, el ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, ha manifestado que en 2025 volverán a defender un aumento significativo del salario mínimo, por encima de la inflación, que se aproxime lo más posible al salario vital recomendado por la OIT (Organización Internacional del Trabajo).
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Para Fabio Arias, presidente de la CUT (Central Unitaria de Trabajadores), expresó que un salario mínimo en COP$1.800.000 “música celestial” para los trabajadores. “Sería el aumento más significativo en toda la historia de las discusiones del salario mínimo en Colombia”.
En Colombia son cerca de 3.700.000 trabajadores los que devengan el salario mínimo y 1.300.000 pensionados. "
Ese salario mínimo, añadió Arias, sería la forma de eliminar esa brecha social que históricamente dejaron los gobiernos neoliberales y proempresariales.
Los empresarios, representados por la ANDI y su presidente Bruce Mac Master, han advertido que podrían no acudir a la mesa tripartita de fin de año si la decisión de aumento ya está tomada por el Ejecutivo.









