Bloomberg Línea — El segundo mandato de Donald Trump en Estados Unidos ha tenido impactos significativos en Colombia: las presiones sobre el comercio bilateral aumentan, pero lo más grave es que Washington sopesa descertificar al país en la lucha contra las drogas.
“Aunque Colombia alcanzó un récord de incautaciones en 2024 (14% más que en 2023), EE. UU. ha reiterado que es momento de ver resultados en la erradicación de cultivos”, dice un análisis de la Cámara de Comercio Colombo Americana, o Amcham Colombia.
El gobierno de Trump prioriza la erradicación forzada sobre las estrategias de sustitución, y aunque no se ha emitido aún una orden ejecutiva, sí hay advertencias diplomáticas firmes al respecto.
En abril pasado, la canciller colombiana, Laura Sarabia, dijo que el Gobierno de Petro estaba mostrando a su homólogo estadounidense que “estamos luchando contra las drogas y construyendo un plan estructurado para la disminución de cultivos ilícitos”, durante su intervención sobre el proceso de certificación, en el programa de la Cancillería #ELPuente.
La incertidumbre sobre la posible descertificación, dice la Cámara de Comercio, afecta directamente la cooperación binacional y pone en riesgo la continuidad del dinero para la asistencia antidrogas.
Colombia, dice la Cámara, debe redoblar esfuerzos para demostrar resultados tangibles, tanto en erradicación como en reducción estructural del narcotráfico, si desea evitar una medida que lo catalogaría como una amenaza para la seguridad nacional de EE. UU.
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Desde la juramentación de Trump como presidente, Colombia ha sido mencionada explícitamente por el mandatario en cuatro ocasiones: dos relacionadas con el tema migratorio por un episodio del pasado 26 de enero, cuando el presidente Petro ordenó devolver dos aviones estadounidenses con inmigrantes colombianos y dos más por narcotráfico y crimen organizado, sostiene el análisis.
Eso demuestra, dice el documento, que la lucha contra las drogas es un eje central en la agenda bilateral, con implicaciones concretas para la política exterior y la cooperación internacional.
Las implicaciones en el comercio
Aunque el arancel general del 10% anunciado en abril de 2025 afecta a más de 130 países, el impacto directo sobre la canasta exportadora colombiana es, en el corto plazo, relativamente limitado.
De acuerdo la Cámara, el 82,7% de los productos exportados por Colombia a Estados Unidos tendría un impacto bajo o nulo frente al arancel del 10%.
Esto se explica, en parte, porque el 51% de la canasta exportadora está exenta del impuesto, y porque productos clave como flores (13%), café especial (10%), textiles (2%) banano y plátano (2%) enfrentan un arancel relativamente bajo en comparación con sus competidores.
No obstante, el 3% de la canasta, particularmente aguacate, limón Tahití, cacao y pescado, enfrenta un impacto negativo alto, ya que compite con países como México, que gozan de un arancel de 0%.
Aunque el efecto inicial puede considerarse moderado, es fundamental mantener una vigilancia técnica constante sobre la evolución de la clasificación arancelaria y estar alerta ante posibles retaliaciones comerciales que puedan alterar este equilibrio, dice Cámara.
Estados Unidos y Países Bajos fueron los principales destinos adonde llegó limón Tahití colombiano, que sumó entre enero y abril de 2025, US$47,9 millones en total, un 8,8% más que en ese lapso de 2024, cuando fueron US$44 millones.
Santander, Cundinamarca y Antioquia, lideraron la lista de los departamentos más exportadores del país, de acuerdo con cifras de la Dian y del gremio de los exportadores, o Analdex.
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“Más allá de banano, aguacate y plátano, el limón Tahití contribuye, de gran manera, a que nuestra canasta agroexportadora de frutas se siga posicionando con fuerza en los mercados internacionales”, dijo Javier Díaz, presidente de Analdex.
Díaz agregó que debe haber una estrategia público-privada definida, para que se pueda competir más con los principales orígenes líderes de esta categoría, con el fin de traer más oportunidades y recursos para las regiones del país.
¿Y el acero y el aluminio?
Este 23 de junio de 2025 entraron en vigor nuevos aranceles del 50% ad valorem sobre el contenido de acero en productos clasificados como “derivados”.
Se trata de una medida que aplica a una amplia gama de electrodomésticos como refrigeradores, estufas, lavadoras, secadoras y trituradores de residuos, que, aunque no están fabricados completamente en acero, contienen un porcentaje metálico significativo.
Si bien Colombia no es un exportador relevante de estos productos al mercado estadounidense, el riesgo radica en las distorsiones indirectas.
“La desviación de comercio, es decir, la relocalización de la producción o la triangulación de exportaciones para evitar los aranceles, podría afectar sectores sensibles colombianos como la manufactura, la agroindustria, los textiles o la logística”, explica la Cámara en su investigación.
Así mismo, el informe detalla que la posibilidad de recibir excedentes de producción con precios subsidiados o competencia desleal es un riesgo latente que puede presionar a la industria nacional.
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Sin embargo, la coyuntura también abre una ventana de oportunidad: de la canasta exportadora colombiana, el 40% de los productos tiene un potencial medio-alto o alto de expansión en Estados Unidos.
Entre estos destacan los materiales eléctricos, textiles y confecciones, azúcares y productos de confitería. Esto indica que, más allá del impacto inmediato, Colombia tiene margen para fortalecer su presencia en sectores con demanda creciente o que podrían reemplazar importaciones desde otros países afectados por las políticas arancelarias de EE.UU.