Bogotá — Aunque las mipymes en Colombia representan el 99% del tejido empresarial del país, la brecha de género en ellas es evidente y los retos para romper el techo de cristal cada vez se hacen más visibles: solo el 27% de las medianas y pequeñas empresas son lideradas por mujeres, mientras que el 73% son comandadas por hombres.
De acuerdo con ANIF, las empresas de subsistencia son las únicas que registran mayor participación de liderazgo de mujeres (23%) frente al de los hombres (16%); mientras que en el resto de tamaños de compañías (micro, pequeña y mediana), hay mayor participación de liderazgo de hombres.
Esto podría explicarse, dice el centro de pensamiento, porque las mujeres tienen mayor tasa de desempleo (15,8%) que los hombres (8,6%) y porque el 45,4% de los hogares tienen a una mujer como cabeza del hogar, lo que aumenta la necesidad de autoemplearse en negocios de subsistencia.
Si se observa el comportamiento regional, en las zonas más alejadas del centro del país y de la capital colombiana, como el departamento del Atlántico, cuya capital es Barranquilla, hay mayor participación de liderazgo de mujeres. “Estos resultados nos indican que los departamentos que concentran mayor actividad productiva y que aportan más al PIB total, tienen mayor liderazgo empresarial de hombres, contrario a regiones donde la informalidad es alta y la productividad y la educación son bajas”.
Lo anterior tiene implicaciones importantes frente al acceso al crédito para las mujeres, pues una empresa de subsistencia enfrenta aún más limitaciones para acceder a un crédito formal.
Ver más: ¿Cómo romper el techo de cristal? Cinco ejecutivas colombianas responden
Acceder al crédito es más difícil las mujeres
De acuerdo con la encuesta de ANIF, las compañías lideradas por hombres tienen mayor proporción de solicitud de crédito (25%) frente a las lideradas por mujeres (22%). Un problema que se agudiza en las empresas de menor tamaño.
Por ejemplo, en las microempresas la tasa de solicitud es dispar entre géneros (26% hombres versus 22% de mujeres). Esa brecha no solo se presenta en la solicitud de créditos, sino que una vez solicitado, las tasas de aprobación también evidencian una diferencia.
Para las empresas lideradas por mujeres que solicitaron un crédito, al 66% les fue aprobado, mientras que las empresas lideradas por hombres tienen una tasa de aprobación de 76%.
Bajo este contexto, ANIF concluye que se puede evidenciar que el liderazgo de las mujeres en el entorno empresarial enfrenta desafíos importantes derivados de la alta informalidad, baja productividad, brecha salarial, entre otros. “Esto les da relevancia a programas enfocados en conocer mejor las dinámicas de las medianas y pequeñas empresas e implementar programas que brinden soluciones innovadoras que propicien un ambiente empresarial inclusivo”.