Congreso y país dividido: ¿riesgo u oportunidad para el próximo presidente de Ecuador?

La nueva Asamblea Nacional es un reflejo de la polarización que vive el país andino y cualquier proyecto que el nuevo mandatario quiera aprobar tendrá que pasar por la negociación.

Luisa González y Daniel Noboa, estrechan sus manos.
11 de abril, 2025 | 05:00 AM
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Bloomberg Línea — ¿Podrá el próximo presidente o presidenta del Ecuador cumplir sus promesas de campaña? Un factor determinante será el nivel de gobernabilidad y maniobra que el oficialista Daniel Noboa o la opositora Luisa González puedan alcanzar en el Legislativo.

Pero, ¿qué es la gobernabilidad?

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Andrea Endara, coordinadora de la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad Casa Grande, explica que el término se refiere “a la habilidad o necesidad de generar un balance entre los diferentes sectores o instituciones llamados a generar proyectos, programas o normativas dentro de una democracia”.

Como sucede en muchas democracias, el principal foco de la gobernabilidad se encuentra en armonizar la relación entre los poderes Ejecutivo y Legislativo. Y Ecuador no es la excepción porque la nueva Asamblea Nacional, elegida hasta 2029, es un reflejo de la polarización que vive el país en estos momentos.

De los 151 legisladores que la conformarán, 67 pertenecen al partido de la Revolución Ciudadana que apoya a Luisa González; 66, al movimiento Acción Democrática Nacional (ADN) del actual presidente – candidato Daniel Noboa; nueve pertenecen al movimiento indígena Pachakutik; cinco al Partido Social Cristiano, y cuatro a otros partidos más pequeños.

Ver más: Política exterior de Ecuador: ¿cómo se moverían los intereses de la región con cada candidato?

En este escenario, el principal reto para el Legislativo será el equilibrio de fuerzas entre el bipartidismo y las minorías, explica la comunicadora política Andrea Grijalva.

La batalla por el Congreso

Estos pesos y contrapesos se empezarán a medir una vez que se instale la nueva Asamblea el 14 de mayo de 2025 e inicie la conformación de las diferentes comisiones, aunque estas negociaciones ya podrían haber empezado.

Grijalva considera que las claves están en la conformación del Consejo de Administración Legislativa (CAL) que se encarga de calificar los proyectos de ley y enviarlos a una u otra comisión especializada. Y dentro de estas, los más estratégicas son los de Régimen Económico, Desarrollo Económico, Fiscalización y Seguridad.

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Las alianzas también serán relevantes para la aprobación de leyes. Ni el partido oficialista Acción Democrática Nacional, ni el opositor Revolución Ciudadana tienen los 77 votos que se necesitan para tener una mayoría simple que permite aprobar leyes, elegir autoridades o censurar a otras. Y, menos aún los 101 para una mayoría calificada que se requiere para destituir a ministros o jefes de Estado.

La analista Endara ve esta polarización como una oportunidad. Al no poder llegar a esta mayoría calificada, los intentos de juicios políticos o la toma de decisiones muy apegadas a las ideologías políticas pasarían a un segundo plano.

“Es una oportunidad para la democracia porque va a obligar a los legisladores a dejar de lado esos temas que responden a una agenda política o electoral”, dice la académica. “El truco es cómo ambas bancadas logran negociar y generar alianzas con las minorías para marcar la diferencia hacia uno u otro bando”.

Cierre de campaña de Daniel Noboa en Quito. Foto: cuenta de X de Noboa

Sin embargo, en los últimos días de campaña presidencial se ha marcado aún más la polarización del país. Noboa se ha enfocado en señalar el mal uso de los recursos públicos y los casos de corrupción que involucran al expresidente Rafael Correa, padrino político de González, y a otros funcionarios de su administración entre 2007 y 2017. Noboa promete continuar con el combate al crimen organizado de la mano de EE.UU. y ha reiterado la necesidad de una reforma a la Constitución de 2008.

González, por su parte, ha intensificado críticas a la gestión de seguridad, la crisis energética y el manejo económico en general del actual presidente. Ha acusado a Noboa de usar recursos estatales en campaña y habla de un acercamiento con Venezuela para gestionar la migración.

Ver más: El gran reto económico del nuevo presidente de Ecuador: ¿qué urgencia fiscal enfrenta?

Una minoría clave será Pachakutik, que representa al movimiento indígena y que respaldó la candidatura presidencial de Leonidas Iza, quien fue el tercer candidato más votado en la primera vuelta electoral con el 5,26%.

Además, una vez que se defina el presidente de la República este 13 de abril, “habrá que ver a qué bancada se pegan cada una de las minorías”, agrega Grijalva.

En el escenario ideal, las expertas coinciden en que las bancadas deberían enfocarse en sus puntos en común y trabajar bajo una agenda en beneficio del país.

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Entre los temas prioritarios y que son transversales entre sí, estarían la seguridad, tanto como para combatir al crimen organizado como para proteger a los ciudadanos, la reactivación económica y la creación de empleo.

“Se esperaría una madurez política para llegar a un acuerdo de mínimos, pero la dinámica de poder es que para sobrevivir necesita ser oposición”, dice Grijalva. “Entonces, aquí va a depender mucho de la táctica, la inteligencia, la agenda que tenga el gobierno para llegar a lo que se consideraría esos acuerdos por el bien del país”.

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Campaña de Luisa González en Cuenca. Foto: cuenta de X de González

Los indígenas son clave, pero están divididos

Las alianzas con el movimiento indígenas son claves en el Congreso, pero también jugarán un rol importante en las elecciones presidenciales del domingo y en la gobernabilidad del siguiente presidente de la República, entre otras aristas.

Aunque la opositora González, de 47 años, firmó un acuerdo de 25 puntos con Pachakutik para conseguir su apoyo político, las bases se han deslindado de algunas opiniones de sus dirigentes y otros movimientos han manifestado su apoyo al actual presidente y candidato Daniel Noboa, de 37 años.

“Ni un solo voto a la derecha”, dijo Guillermo Churuchumbi, coordinador del movimiento político durante la firma del acuerdo con González el 30 de marzo. “Estamos en contra de las privatizaciones, por eso estamos firmando este acuerdo. Queremos salud, dignidad, empleo, buen trato para las mujeres y los niños”.

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Leonidas Iza, quien también fue parte del acuerdo, advirtió: “Nuestro voto no es un cheque en blanco para nadie” y pidió a González que se pronuncie punto por punto sobre sus solicitudes. Dijo que de no cumplirse, harán manifestaciones permanentes.

Los aspectos más álgidos de este acuerdo giran en torno a evitar la ampliación de la frontera petrolera, restablecer el IVA al 12%, evitar la privatización de sectores estratégicos o empresas públicas, condonar deudas para los sectores pecuario y pesquero más pobres del Ecuador, entre otros.

El apoyo del sector indígena a González dependerá del manejo de este acuerdo. “Se está planteando que se cumpla tal cual ellos lo plantean y no da paso a negociaciones. En esta situación es necesario negociar para el beneficio de todos los ecuatorianos y que no signifique una camisa de fuerza para su gobierno”, dice la analista Endara.

La académica considera que Noboa se ha mantenido cauto con respecto a las alianzas, “pero vemos muchísimo apoyo por parte del sector indígena, no de las cabezas debido a sus tensiones y rupturas, pero sí de las bases”, dice.

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El movimiento indígena del Guayas, que el 8 de abril pasado manifestó su respaldo a Noboa, señaló que su decisión no responde a intereses personales o políticos, sino a una necesidad colectiva de apoyar a quien, según ellos, ha mostrado voluntad de acercarse a los sectores históricamente marginados.

Gobernabilidad y rumbo económico

Una vez en el poder, también será importante que el nuevo mandatario o mandataria se acerque a otros grupos que quieren ser escuchados y que ayudarían a la gobernabilidad del país como los transportistas, los educadores, los trabajadores, los grupos de mujeres y otras minorías.

Otro grupo importante para el próximo gobierno serán los empresarios que podrían ofrecer su apoyo dependiendo de los incentivos o alivios que se les pueda ofrecer, dice Endara.

Ver más: Elecciones en Ecuador 2025: ¿cómo impactaría a la economía un gobierno de Noboa o González?

El rumbo económico que tome el país también está atado al nivel de gobernabilidad de González o Noboa logren una vez en el poder.

Actualmente, a nivel internacional existe incertidumbre sobre el cumplimiento del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y, en consecuencia, en la estabilidad económica del país.

Si gana Noboa, entidades como Citi y Fitch Ratings ven una continuidad del último programa aprobado con el FMI por US$4.000 millones para cuatro años. Si gana González, se abre la posibilidad de una revisión de este programa y una renegociación más amplia de la deuda externa.

“Creemos que si Noboa es reelegido y puede formar una alianza en la Asamblea Nacional, Ecuador puede continuar con su agenda de reforma fiscal para apoyar los compromisos de consolidación en el marco del programa, así como mantener la independencia del banco central, y potencialmente buscar un acuerdo comercial con los EE.UU.”, escribió Fitch Ratings en un reporte del 9 de abril.

Ver más: La economía del Ecuador con Noboa o González: estos escenarios plantea Citi

Debido a la polarización de la nueva Asamblea Nacional y las relaciones entre los partidos políticos, la calificadora de riesgo ve, sin embargo, que, si Noboa logra construir una alianza, “podría implicar cierta dilución de las reformas previstas para fortalecer el sector privado y ajustes en el marco de la política macroeconómica”.

Además del tratado del FMI, Andrea Grijalva añade que los tratados de libre comercio y la política minera del país también dependerán de las alianzas que logren cada uno de los partidos en la Asamblea Nacional.