Bloomberg Línea — El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, anunció que 300 personas privadas de la libertad fueron trasladadas a la nueva Cárcel del Encuentro, en Santa Elena, este lunes.
“El crimen quiso desafiar al Ecuador y empezar su campaña. Hoy, el Ecuador le respondió con hechos. Los primeros 300 PPL más peligrosos ya fueron trasladados a la Cárcel del Encuentro”, comunicó Noboa en X.
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La publicación estuvo acompañada de fotografías que rememoran la denominada guerra contra las pandillas emprendida por el presidente Nayib Bukele en El Salvador, de quien Noboa ha buscado desligarse.
En otra publicación, el mandatario de los ecuatorianos escribió: “Ya empezarán con la quejadera…”, haciendo referencia a la manera en que las personas privadas de la libertad están siendo motiladas.
La Cárcel del Encuentro es uno de los dos centros penitenciarios de alta seguridad que Noboa prometió construir; la construcción del otro, en la provincia Amazónica de Pastaza, fue suspendida, al parecer por falta de presupuesto.
“Por el momento el tema de la cárcel está suspendido. Es un tema que requiere aproximadamente US$60 o US$70 millones”, sostuvo el gobernador Pastaza, Rolando Ramos, a finales de 2024.
El traslado de las 300 personas privadas de la libertad a la Cárcel del Encuentro busca desarticular las estructuras delincuenciales que operan desde otras cárceles, adelantó el ministro del Interior, John Reimberg, en conversación con Radio Centro.
“Los principales delincuentes que están en La Roca son los que quieren generar caos, quieren impedir que hagamos este traslado”, sostuvo Reimberg. “Se acabó esa vida que tenían en el pasado, donde hacían lo que querían dentro de las cárceles”.
¿Semejanza con el CECOT en El Salvador?
Más allá de las fotos publicadas por Noboa este 10 de noviembre, la Cárcel del Encuentro hace pensar en el CECOT, la megaprisión que Bukele construyó en El Salvador, puesto que también busca restringir la comunicación y disminuir contacto entre los reclusos.
“Hoy están en una cárcel donde se terminó la comunicación”, añadió Reimberg. “El Presidente me encargó ordenar el sistema penitenciario del país y recuperar el control que por años se perdió dentro de las cárceles”.
La guerra de Bukele contra las pandillas implicó detenciones ilegales, así como casos de tortura, desaparición forzosa y violencia sexual al interior de las prisiones, según la Corte Interamericana de Derechos Humanos, producto de un régimen de excepción que ha sido prorrogado por Bukele desde marzo de 2022, sin mayores contrapesos de los otros dos poderes del Estado.
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