Bloomberg Línea — Con guantes quirúrgicos, gafas oscuras y protegida del sol bajo una sombrilla, Elizabeth recorre hileras de pequeñas plantas de eucalipto. Examina con delicadeza cada brote recién nacido y corta con precisión pequeñas ramas que ya están listas para ser resembradas.
Así comienza el ciclo de vida de estos brotes que, tras pasar por un proceso de adaptación, se convertirán en altos, fuertes y uniformes árboles de eucalipto tropical. Cinco años después, su madera se transformará en productos de exportación y fortalecerá una industria que actualmente representa el 1,25% del Producto Interno Bruto (PIB) y el 13,56% del PIB manufacturero del Ecuador.
Elizabeth es una de las once cosechadoras que trabajan en un vivero de Novopan, una de las empresas ecuatorianas más grandes de la industria forestal. En este vivero, ubicado en la provincia costera de Los Ríos, la compañía ha desarrollado técnicas para mejorar la eficiencia de los cultivos y la calidad de la madera que producen. Luego de casi cinco años de haberlas aplicado, los resultados ya son palpables.

Los tres primeros meses de vida
Elizabeth, y cada una de sus compañeras, puede recolectar hasta 2.800 brotes o varetas cada día. “Hay que hidratarlas y sembrarlas con cuidado”, dice mientras realiza su trabajo.
Cada vareta, una vez sembrada e identificada con un código QR, pasa a un invernadero en el que la temperatura se eleva desde los 30 grados centígrados del exterior a los 38, y con una exposición controlada al sol y agua, las plantas desarrollan sus propias raíces. Gracias al perfeccionamiento de esta técnica, el equipo de Novopan ha logrado que el 94% del total de las varetas cosechadas por cada trabajadora sobrevivan. En países como Chile y Brasil, grandes productores de madera, este porcentaje llega al 70% u 80%, respectivamente.

Cuando las plantas ya han generado sus propias raíces, son trasladadas a un patio de aclimatación, en donde su tallo y hojas ganan suficiente fuerza para “su vida adulta”, es decir, ser plantadas en el campo.
Allí, los pequeños brotes seleccionados por Elizabeth y sus compañeras crecerán durante cinco años hasta convertirse en árboles de eucalipto listos para ser procesados.
Destinos: de Colombia a la India
La madera viaja del vivero de la empresa a la planta de producción de Novopan en Quito, capital del Ecuador. Allí se combina con materiales reciclados y se obtienen tableros y una diversidad de otros productos. El 80% de la producción de tableros de esta empresa se exporta a más de 15 mercados, como Colombia, Perú, Bolivia, Panamá, República Dominicana, México, Estados Unidos y Chile.
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El grueso de las exportaciones de la industria maderera del Ecuador, un 42%, se concentra en tres tipos de tableros (de partículas, contrachapados y de fibras) que combinados sumaron US$279,8 millones en envíos al exterior en 2024.
A esto se suman otros productos, como elaborados de balsa, teca y muebles, y el año pasado se alcanzaron los US$650 millones en exportaciones directas de toda la industria, según cifras de la Asociación Ecuatoriana de la Industria Forestal y de la Madera (AIMA).
Christian Riofrío, director ejecutivo de AIMA, explica que las exportaciones del sector han crecido paulatinamente desde los US$300 millones registrados en 2012 sin detenerse, inclusive durante la pandemia del Covid-19. Para este 2025 se proyecta que las exportaciones alcancen los US$700 millones.
A los US$650 millones exportados en 2024, Riofrío añade US$950 millones por exportaciones indirectas. Estas se refieren a los pallets de madera y cartón que son utilizados para la comercialización de otros productos ecuatorianos como el banano, camarón, flores, etc. “Si no tuviéramos una industria paletera y cartonera, tuviéramos que importar esos materiales”, señala el ejecutivo para ilustrar la importancia del sector y los encadenamientos productivos que genera.
Al juntar todas las exportaciones de la industria forestal y maderera del Ecuador, los seis principales destinos son:
- China (20,64%)
- Colombia (20,02%)
- EE.UU. (17,64%)
- India (13,28%)
- Perú (12,45%)
- Unión Europea (5,41%)
- Otros países (10,57%)
Sin embargo, Riofrío enfatiza en que los destinos varían según cada producto de exportación y allí el panorama se amplía:
Productos | Monto exportado en 2024 | Destinos principales |
---|---|---|
Tableros de partículas | US$200,7 millones | Colombia, Perú, Panamá |
Tableros contrachapados | US$64,4 millones | EE.UU. |
Tableros de fibras | US$14,6 millones | EE.UU., Canadá y Honduras |
Balsa | US$218,5 millones | China, EE.UU., India |
Teca | US$67 millones | India |
Muebles | US$17 millones | EE.UU., República Dominicana, Panamá |
Palitos y cucharitas para helados | US$1 millón | Colombia, Perú, Chile |
Ecuador, con un mercado interno pequeño, se ha expandido en el mercado internacional y compite con grandes productores de América Latina, como Chile, Colombia, Perú, Brasil o México. El país se ha convertido en el mayor exportador de tableros de partículas en Sudamérica y es uno de los principales exportadores de teca a la India.
Riofrío añade que los muebles elaborados en Ecuador han conquistado “el mercado gourmet de EE.UU”.
Innovación en los cultivos
Riofrío atribuye el crecimiento de la industria forestal y maderera en Ecuador a factores como la diversificación de mercados, la inversión en plantaciones y capacidad productiva y el destino de recuros a la investigación para innovar dentro de los procesos productivos.
Además de llegar a nuevos mercados, empresas como Novopan ha invertido en sus plantaciones y en tecnología para seguir creciendo. En los últimos 10 años, esta firma ha ampliado sus plantaciones hasta llegar a las 16.000 hectáreas sembradas en diferentes zonas del Ecuador; 2.000 de ellas están en la provincia de Los Ríos.
En esa localidad, en donde trabajan Elizabeth, sus compañeras y unas 40 personas más, la empresa empezó en 2017 cultivando alrededor de 20.000 plantas de eucalipto de manera artesanal, pero desde 2020 y gracias a la aplicación de nuevos métodos de cultivo, ahora están en la capacidad de producir cinco millones de plantas anualmente.

El primer factor que ha contribuido al aumento de su productividad es el aprovechamiento de las condiciones climáticas de la Costa ecuatoriana. Cristian Durán, gerente forestal de Novopan, explica que en esta región los ciclos de las plantas son de cinco años, mientras que en la Sierra el eucalipto y el pino pueden tardar 15 y 20 años, respectivamente, hasta poder ser procesados. Novopan siembra en ambas regiones.
Además, en el vivero de Los Ríos se ha implementado un programa para cultivar eucalipto tropical con biotecnología forestal para la mejora genética de las especies que permite maximizar la productividad de los bosques comerciales.
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Entre los procesos, a cargo de tres mujeres que trabajan en el laboratorio de la empresa, se encuentran: micropropagación in vitro, hibridación y la polinización.
Yahaira Clavijo, ingeniera del laboratorio, indica que estos procesos permiten multiplicar genéticamente plantas idénticas de alta calidad y desarrollar variedades mejoradas, es decir, de alto rendimiento, libre de enfermedades y con la capacidad de adaptarse a condiciones climáticas específicas.
Durán, chileno de nacimiento, cuenta que desde 2017 estudiaron a más de 300 variedades de eucalipto y se quedaron con nueve, con las mejores características, que ahora son comerciales, y siguen investigando nuevas.
Muchas de las técnicas que implementa Novopan, han sido impartidas por el Instituto de Pesquisas y Estudios Forestales (IPEF) de Brasil y debido a las destrezas de las mujeres, se han enfocado en ellas para capacitarlas en producción y clonación de plantas. “Ellas tienen la delicadeza para hacer magia y reproducir las plantas que son únicas”, afirma Durán.
Una industria sostenible
En términos ambientales, Novopan explica que los bosques plantados cumplen una doble función: ofrecen un suministro renovable de materia prima para la industria de la construcción y brindan servicios ecosistémicos como la fijación de carbono y la liberación de oxígeno. Esto hace que a la madera el único material de construcción renovable.
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“Sin embargo, garantizar un equilibrio entre la creciente demanda de madera y la conservación de los ecosistemas requiere una gestión forestal responsable y soluciones innovadoras”, afirma la empresa.
En esa línea, el gerente forestal de Novopan explica que prácticas sostenibles son aplicadas a lo largo del proceso de producción de la empresa, comenzando en el vivero, donde el sustrato se elabora a partir de materiales reciclados. Más adelante, en la fábrica, los tableros de madera prensada se componen en más de un 50% de residuos industriales reutilizados.
“El ciclo nunca se rompe. Todo lo que se cosecha se vuelve a plantar”, afirma. Además, Durán precisa que las plantaciones de la empresa se desarrollan en terrenos que anteriormente fueron usados para la agricultura o ganadería y que ya estaban en desuso.
Por su parte, el directivo de la AIMA subraya que el sector forestal del país contribuye directamente al cumplimiento de 14 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), al combinar productividad, reforestación, alianzas, educación, políticas de igualdad de género, entre otros factores.