Bloomberg Línea — Aunque seis de cada diez latinoamericanos están exigiendo acciones contra el desperdicio de alimentos, esta práctica todavía es frecuente y está rodeada de desinformación, según los resultados de una encuesta adelantada por Cheaf.
El sondeo -practicado a más de 5.800 habitantes de México, Chile y Argentina- evidenció que el 70% de los encuestados sabe que el desperdicio de alimentos es responsable del 10% de los gases de efecto invernadero en el mundo.
El 48% de los consultados también opinó que el desperdicio de alimentos “es un problema muy relevante que debería tener mayor atención”. Y el 57,6% consideró que debería existir una ley que obligue a donar o rescatar alimentos.
Pese a ello, solo 13,1% de los participantes aseguró sentirse muy informado sobre el impacto ambiental de los desperdicios y el 65% dijo no saber si en su país existen leyes que sancionan este hábito.
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“Existe una marcada desconexión entre la preocupación ciudadana y el conocimiento sobre el impacto ambiental del desperdicio de alimentos. Transformar esa preocupación en acción requiere campañas claras, educación práctica y alianzas multisectoriales”, dijo Uri Colodro, líder Global de Ciudades de WWF, aliado de Cheaf, durante la presentación del informe.

Elena López, cofundadora de Cheaf, dijo que “es una contradicción que miles de toneladas de comida acaben en la basura todos los días, cuando millones de personas no tienen qué comer”.
El mundo desperdicia 1.000 millones de platos de comida diarios, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), mientras 733 millones de personas pasan hambre, de acuerdo con la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR).
En ese contexto, Cheaf decidió ahondar en la percepción sobre el desperdicio en los hogares, si bien se trata de una problemática que atraviesa toda la cadena, desde la producción hasta la distribución de los alimentos.
Esta startup mexicana surgió en 2020 y, a través de una aplicación móvil, se dedica al rescate de alimentos.
¿Cómo funciona? Restaurantes y supermercados, entre otros negocios, ofertan sus excedentes de alimentos en la app bajo el concepto de “paquetes sorpresa”, para que los usuarios puedan rescatarlos por una fracción de su precio original, generalmente entre el 50% y el 65% menos, reduciendo el desperdicio y ayudando al bolsillo de los consumidores.
La app tiene alrededor de cuatro millones de descargas en la región y más de 2.500 negocios afiliados: Cinépolis, en México, y Cencosud, en Argentina y Chile, por ejemplo.
¿Cómo es el desperdicio en los hogares?
Más de la mitad de los hogares encuestados en Latam (52,5%) afirmó tirar comida solo una vez al mes o menos, pero un 23,1% confesó hacerlo una o dos veces por semana, a la par que un 4,2% admitió hacerlo frecuentemente o siempre.
En México, el 66,38% reconoció que desperdició con más frecuencia comida cocida o sobrantes, seguida de frutas/verduras (53,15%).
Allí, seis de cada diez personas afirmaron que su comida se descomponía antes de usarla.
En Argentina, el desperdicio se repartió casi en partes prácticamente iguales entre frutas/verdura (59,32%) y comida cocida (59,23%).
Entre los tres países, este fue donde más personas reportaron desperdicios porque un platillo no les gustó o quedó mal preparado.
En Chile también lideraron el desperdicio la comida cocida (60,2%) y frutas/verduras (50,65%), pero además destacó el pan y productos de panadería con 29,23%, el porcentaje más alto de este rubro.
El 41,72% de los chilenos dijo que cocina de más y no consume todo lo que prepara.
Frente a este panorama, las personas ya están adoptando ciertas prácticas para reducir el desperdicio en casa. Las más comunes son congelar alimentos para prolongar su conservación (72%), planificar las compras para evitar excesos (54%) y reutilizar sobras o cocinar con excedentes (50%).

A juicio de la ciudadanía, hay tres razones por las que se desperdician alimentos no solo en los hogares, sino en las tiendas y negocios:
- La falta de alianzas que permitan evitar los desperdicios (63,2%).
- Mala gestión del inventario (43,4%).
- Falta de conocimiento sobre soluciones (34,8%).
Por otra parte, cuando se les preguntó a los participantes quién debería asumir la responsabilidad en el desperdicio de alimentos, la mayoría dijo que los supermercados y grandes cadenas. Luego siguieron: pequeños comercios (incluyendo restaurantes), gobiernos, hogares y organizaciones sociales.
¿A quiénes apunta Cheaf en la región?
El CEO de Cheaf, Kim Durand —otrora gerente general de Uber Eats en México—, dijo a Bloomberg Línea que ha identificado dos tipos de usuarios en la región: las personas con conciencia del cambio climático, que suelen concentrarse en las capitales, y las personas que están constantemente preguntándose cómo comprar tanto como su presupuesto se los permita, situadas generalmente en las periferias.
“De un lado, estamos rescatando alimentos que ya no van a generar estos gases de efectos invernaderos y del otro, ayudando a nuestros usuarios a ahorrar de mucho”, dijo Durand. “En cinco años hemos salvado más de 8.500 toneladas de comida en buen estado, vendiendo el 90% y el 95% de todos los alimentos que debemos rescatar”.

Durand sostuvo que para reducir el desperdicio de los alimentos es clave que la industria, y específicamente el sector retail, comience a emprender acciones.
“Cuando existe conciencia ciudadana, una parte de la industria empieza a tomar acciones, a encender las trayectorias del mercado y tomar decisiones. Sin embargo, una gran parte no lo hace y no toma medidas porque espera que las leyes y regulaciones la obliguen hacerlo”, sostuvo el empresario.
En ese sentido, Cheaf apunta al empresariado, ofertando sus excedentes de alimentos y, por ende, dinamizando sus ventas, pero también generando valor agregado y contribuyendo a posicionar sus marcas.
Aunque la app ahora mismo solo está disponible en Argentina, Chile y México, este año será lanzada en Colombia. El siguiente objetivo es arribar a Perú, Ecuador y Brasil en los siguientes años.
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