Bloomberg Línea — Fitch Ratings ha destacado este martes el compromiso de El Salvador con la consolidación fiscal en su presupuesto para 2025, señalando que el proyecto busca reducir los riesgos para la sostenibilidad de la deuda pública.
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El Presupuesto General del Estado sugerido por el Ejecutivo para el próximo año fiscal asciende a US$9.663 millones, es decir, una disminución de US$$970 millones respecto a 2024, y propone un déficit central del gobierno de 0,8% del PIB, lo cual es un punto porcentual menor que la previsión de Fitch de 1,8% para 2024.
La propuesta está diseñada para financiar todos los gastos corrientes con ingresos gubernamentales y restringir el uso de préstamos a los gastos de capital, a través de préstamos de organizaciones multilaterales. También se trata de colmar el déficit de financiación que ha caracterizado a los anteriores ejercicios presupuestarios.
Fitch Ratings prevé en su reporte que el déficit fiscal del sector público disminuirá al 3,1% del PIB en 2025, comparado con el 3,9% en 2024. Esta previsión incluye el déficit de pensiones, que ya no se cuenta en los datos oficiales, y también refleja la reducción del gasto debido a la liquidación de los pagos relacionados con las pensiones.
La consolidación prevista se basa en reducir significativamente el gasto, lo que incluye la congelación de salarios del sector público y la eliminación de puestos vacantes, además de recortar gastos en bienes y servicios. Estos ahorros compensarían el aumento previsto del gasto en intereses debido a las limitaciones de financiamiento y altos costos de endeudamiento, junto con un ligero aumento en el gasto de capital.
El gobierno que preside Nayib Bukele anticipa aumentos significativos de los ingresos a través de la mejora de la administración tributaria, la lucha contra la evasión y la expansión de la base impositiva. “Creemos que estas ambiciosas medidas enfrentan riesgos de ejecución”, advierte la agencia de calificación crediticia.
Fitch dice que si bien el mandatario salvadoreño ha enfatizado la necesidad de difíciles ajustes económicos (medicina amarga) en su segundo mandato, “creemos que permanecerá alerta a las señales de descontento popular”.
Sin emisiones en el mercado extranjero
El proyecto de presupuesto no contempla nuevas emisiones en el mercado exterior. El flujo de noticias favorables de los últimos tres meses, por ejemplo, el aparente progreso hacia un programa del Fondo Monetario Internacional (FMI), ha dado lugar a que los rendimientos de la deuda soberana a 10 años disminuyan alrededor de 300 puntos básicos y caigan por debajo del 10%.
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El éxito de la consolidación fiscal puede seguir reforzando la confianza de los inversores en la sostenibilidad de la deuda de El Salvador, lo que haría posible un mayor endeudamiento en el mercado, dice Fitch.
Un programa del FMI impulsaría la liquidez externa y reduciría los costos de endeudamiento.
El presupuesto de 2025 indica el apetito del gobierno por un ajuste fiscal consistente con el requisito de sostenibilidad de la deuda pública de la multilateral. Si bien el Fondo considera la propuesta presupuestaria como “un paso para fortalecer las finanzas públicas”, también ha dicho que sus preocupaciones en torno a los riesgos relacionados con Bitcoin no se han abordado por completo.
Este mes, el gobierno también anunció otro programa voluntario de recompra de deuda tras la caída de los rendimientos, que implica una oferta pública de adquisición de todos los bonos soberanos externos en circulación, excepto dos. Luego, acordó recomprar US$940 millones en bonos con vencimiento entre 2027 y 2052. La oferta pública no detalló el financiamiento de la operación, pero informes de prensa sugieren que se está considerando un posible canje de deuda por naturaleza.
Al igual que con programas similares ejecutados en 2022 y 2023, este programa de recompra voluntaria de deuda no implica un canje de deuda en dificultades (DDE) bajo el criterio de Fitch. Fitch cree que la recompra no tiene como fin evitar un incumplimiento de pago tradicional. “También esperamos que los no participantes en el intercambio continúen recibiendo el servicio de acuerdo con los términos originales”.
En abril pasado, Fitch afirmó la calificación de ‘CCC+’ de El Salvador, limitada por la alta deuda pública, un historial reciente de incumplimiento tras un intercambio de deuda interna relacionada con las pensiones en 2023, déficits fiscales persistentes y una capacidad de financiamiento limitada.