Bloomberg Línea — Argentina, Colombia, Uruguay, Ecuador y países centroamericanos podrían captar parte de la demanda estadounidense de materias primas como el café o la carne, pero la sofisticación industrial de Brasil deja poco margen para sustituir bienes como aviones, acero o celulosa, claves en su comercio exterior con EE.UU.
La amenaza arancelaria a Brasil, que serían adoptados a partir del 1 de agosto, podría generar un reacomodo del comercio y el desvío limitado de compras estadounidenses hacia otros mercados latinoamericanos, especialmente en materias primas, aunque será un reto competir con la escala productiva y capacidad logística brasileña.
En cuanto a las materias primas, “hay diferencias de calidad, hay una imagen de marca país, pero son fácilmente sustituibles por competidores latinoamericanos y africanos, que también producen algunos de estos ítems”, dijo a Bloomberg Helena Pinto de Mello, profesora de Economía de la Pontificia Universidad Católica de São Paulo (PUC-SP).
Sin embargo, la economista también reconoció que la capacidad de Brasil para abastecer grandes volúmenes a precios competitivos sigue siendo una ventaja relevante frente a sus pares regionales.
Según cifras de la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio, las exportaciones de bienes y servicios estadounidenses a Brasil totalizaron unos US$78.000 millones el año pasado. Entre tanto, las importaciones de productos y servicios brasileños en EE.UU. representan unos US$49.000 millones anuales.
El Ministerio de Hacienda de Brasil dijo en un informe citado por Reuters que los aranceles tendrán poco impacto en su crecimiento, ya que “los bienes básicos representan la mayor parte de los artículos exportados a Estados Unidos y tienden a ser más fácilmente redirigidos a otros países y regiones que los productos manufacturados”.
Estados Unidos registra un superávit comercial respecto a Brasil, por lo que la imposición de aranceles al gigante sudamericano ha sido analizado más desde su influencia global en el bloque de los BRICS y otras cuestiones geopolíticas.
Entre los productos más exportados al mercado estadounidense se destacan materias primas como el petróleo, el café y la carne de res, pero también bienes industriales como las aeronaves, el acero y la celulosa.
En cambio, Estados Unidos es un importante productor y exportador de productos agrícolas como la soja, el maíz y el algodón “y su dependencia de las exportaciones brasileñas es prácticamente nula”, de acuerdo con un informe de Citi (C).
Según Fábio Pereira de Andrade, profesor de Relaciones Internacionales y Economía de la ESPM en Brasil, los efectos serán inflacionarios, dado que los aranceles en EE.UU. podrían provocar un aumento del costo de vida ante las dificultades para sustituir productos industriales, pero también materias primas como el café o incluso la carne.
“Tanto Argentina como Uruguay ya tienen una parte importante de su producción destinada al Mercosur y una pequeña porción a Europa. Entonces, tal vez no sea tan simple; no tienen carne de sobra para exportar a Estados Unidos. Así que, aunque parezca fácil, no lo es tanto, y habrá costos para EE.UU.: aumento del costo de vida y dificultad para sustituir esos productos”, dijo De Andrade.
Aviones, celulosa y acero: ¿podrá encontrar sustituto para Brasil?

De Andrade explica a Bloomberg Línea que encontrar mercados alternativos para la fabricación de aviones será un dolor de cabeza para EE.UU.
Explica que los aviones que suministra la firma brasileña Embraer (EMBR3) se utilizan en vuelos domésticos, por lo que un arancel del 50% podría generar choques en la industria.
Francisco Gomes Neto, presidente ejecutivo de Embraer, dijo a periodistas que los gravámenes de Trump podrían generar un costo adicional estimado de US$9 millones por avión exportado.
Estados Unidos es el principal mercado de la compañía brasileña, lo que representa el 45% de sus exportaciones de aviones comerciales y el 70% de sus exportaciones de jets ejecutivos.
El fabricante de aviones brasileño Embraer, considerado el tercero más importante del mundo, ha invertido US$3.500 millones en Estados Unidos en los últimos 45 años.
En sus centros de entrenamiento y fábricas en EE.UU., emplea a unos 2.500 trabajadores, según cifras de la propia marca.
Otro reto para EE.UU. será poder cubrir la demanda de celulosa, de la cual Brasil es uno de los mayores productores mundiales. En 2024, Brasil exportó a EE.UU. celulosa y pasta de madera por unos US$1.500 millones.
Analistas de Citi señalan que Suzano (SUZ), mayor productor de pulpa de celulosa a nivel mundial, destina cerca del 15% de sus ventas al mercado estadounidense.
Aunque podría enfrentar fricciones a corto plazo, la empresa tiene escala global, bajos costos y capacidad de redireccionar exportaciones, posiblemente hacia Europa.
Según Citi, en el caso del acero, los aranceles específicos ya están sustituidos por los establecidos bajo la Sección 232, que ya impone un 50%.
Es decir, que si EE.UU. quisiera encontrar un sustituto, estos posibles mercados también están golpeados por los aranceles, como ha sido el caso de Colombia y México.
De acuerdo a cifras oficiales, en 2024 el sector industrial brasileño registró ventas récord a Estados Unidos, al alcanzar los US$31.600 millones en 2024, un aumento del 5,8% en comparación con el ejercicio anterior.
Caminos que se abren en café

Aunque EE.UU. tiene opciones para sustituir el café de Brasil, mayor productor mundial, los analistas advierten que se requiere de todo un planeamiento que toma tiempo y que EE.UU. probablemente pagará más.
Néstor Meneses, subgerente técnico en el Instituto Hondureño del Café (Ihcafé), dice que, si bien los países de esa región podrían tener cierta ventaja, no cree que estos vayan a suplir toda la demanda.
Aunque “es posible que los cafés centroamericanos inferiores sí sean más demandados” por EE.UU., dijo Meneses.
Más que oportunidad, Colombia, considerado el mayor productor mundial de café arábigo suave lavado, ve retos en el actual contexto.
“El anuncio de imponer un arancel del 50% a Brasil para la importación de café tiene mucha relevancia en el mercado, considerando que es el principal origen de importación en volumen hacia EE.UU.”, dijo el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros colombiana (FNC), Germán Bahamón.
Según el líder de esa Federación, el mercado de café generalmente ha estado determinado por el comportamiento de la oferta de los grandes productores como Brasil y Vietnam.
Sin embargo, actualmente hay un elemento adicional desde la perspectiva de la demanda consistente en el bajo nivel de los inventarios mundiales, lo que afecta la disponibilidad inmediata del producto para atender las necesidades de la industria.
“Así, desde el punto de vista de la oferta, los pronósticos de producción de Brasil para 2026/2027 y el comportamiento climático de esta mitad de año serán determinantes en materias de precios”, dijo Bahamón.
Sustituir la carne brasileña tampoco es opción

Con el rebaño ganadero estadounidense en su nivel más bajo desde la década de 1950, las medidas adoptadas por Trump podrían significar un golpe para la economía estadounidense ante la dependencia a Brasil en esos rubros.
Alejandro Arroyo Welbers, analista de la Universidad Austral (Argentina), ve complejo que los países del Cono Sur como Argentina puedan posicionarse como sustitutos de la carne brasileña.
En términos comerciales, Brasil exportó alrededor de US$1.400 millones en carne en 2024 a Estados Unidos, una cifra que, si bien no es menor, no representa el núcleo de la relación bilateral.
“La carne es simplemente unas hojas, unas páginas de un capítulo de un libro entero en la relación entre Brasil y Estados Unidos”, dijo.
Consultado sobre si Argentina podría beneficiarse de este giro en la política comercial, el experto es cauteloso. “Parcialmente. Primero porque no tiene una gran capacidad de producción para suplir a Brasil y segundo porque tampoco puede salir a tapar agujeros que deje esa relación, porque te contrapone, te pone en una posición brava, complicada con Brasil”.
Incluso si Argentina pudiera asumir ese rol, agregó, “políticamente no es aconsejable”.
En cambio, el especialista cree que esta coyuntura representa una oportunidad para que Argentina refuerce su relación con Brasil, que va a tener buscar mercados alternativos.
“Si Argentina maneja esto inteligentemente, puede comprarle mucho más a Brasil, puede venderle lo que le vendemos normalmente más a Brasil para compensar esa relación”.
Además, planteó que el contexto podría acelerar acuerdos del Mercosur con otros bloques, como EFTA, Emiratos Árabes Unidos, Singapur y Unión Europea.
“No cabe duda que Donald Trump, al meter estos tarifazos, está en contra del Mercosur. No te quepa la menor de las dudas. Trump quiere relaciones bilaterales en donde pueda manejar las relaciones con los países, no con bloques. Entonces, tener un Mercosur débil y peleado le conviene a Trump”, dijo el analista.
Cacao no sería un problema

En el caso del cacao, grandes países productores como Ecuador podrían verse marginalmente beneficiados, aunque el impacto sería acotado dependiendo también de los aranceles que Trump les imponga.
Eddie José Encalada, director de la Asociación de Productores de Cacao de Ecuador, explicó que Brasil tiene un mercado interno de chocolate muy robusto, lo que incluso antes limitaba sus envíos al exterior.
“Estuve en São Paulo en marzo y pude ver de cerca su mercado de chocolate. Tienen un tremendo consumo interno: 3,6 kilos per cápita”, dijo el líder de la Asociación de Ecuador, el principal productor de cacao en Latinoamérica.
De hecho, las exportaciones brasileñas de cacao en grano a ese país rondan apenas las 10.000 toneladas anuales, indicó.
En contraste, Ecuador exportó en 2024 alrededor de 450.000 toneladas de cacao en grano, consolidando su posición como uno de los principales proveedores mundiales.
En ese contexto, si EE.UU. encarece los chocolates brasileños con aranceles, “es probable que busquen otros mercados como el Cono Sur”, sostiene Encalada. Sin embargo, recalca que para Ecuador “eso puede ser una oportunidad limitada”.