Ciudad de México — La Asociación de Bancos de México (ABM) celebró la prórroga de Estados Unidos contra tres entidades mexicanas pese al impacto que el anuncio de las medidas ha tenido sobre las instituciones señaladas y el sistema financiero.
La organización que representa al sector bancario en el país llevó a cabo su conferencia de prensa bimestral la tarde del miércoles, la primera desde que el Departamento del Tesoro señaló a dos de sus miembros, CIBanco e Intercam, como preocupación en materia de lavado de dinero relacionada con el tráfico ilícito de opioides.
Emilio Romano, presidente de la ABM, dijo que la prórroga es “un gran logro” del que ellos participaron al solicitar, junto con Secretaría de Hacienda, la extensión de las medidas que prohibirán a las instituciones estadounidense realizar transferencias que incluyan a los dos bancos y la casa de bolsa Vector.
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Los banqueros se reunieron en una comida previo a la conferencia con autoridades de Hacienda, Banco de México y Comisión Nacional Bancaria y de Valores, quienes declinaron dar declaraciones o evitaron a la prensa.
Tomás Ehrenberg, vicepresidente de la ABM y director general del banco Ve por Más, coincidió con Romano y afirmó que la extensión otorgada por la Red de Control de Delitos Financieros (FinCEN) del Departamento del Tesoro debe verse como “una muy buena noticia”.
Romano consideró que la prórroga dará el tiempo suficiente para resolver la transición del negocio fiduciario de las entidades financieras señaladas a la banca de desarrollo e incluso les dará oportunidad de “rehacer su operación para poder salir adelante”.
Pero el optimismo de los banqueros sobre la prórroga choca con las perspectivas de analistas consultados por Bloomberg Línea, mientras algunos clientes están retirando sus depósitos o en proceso de cambiar la administración de sus fideicomisos.
“El efecto que tenemos con 21 días o 45 días es un efecto igual de dañino para la operación de las empresas”, dijo Ángel García, director ejecutivo senior de Instituciones Financieras en la calificadora de riesgo HR Ratings. “Pone más incertidumbre de cuándo van a poder o no reactivar sus operaciones normales”.
García mencionó que alrededor de la mitad de los ingresos de estos bancos provienen de su línea principal de negocio que es la intermediación, mayormente cambiaria.
Álvaro Vertiz, socio de la firma de consultoría DGA Group, mencionó que “el daño y el impacto a la reputación ya fue dado”, lo que vuelve complejo el proceso de recuperación de las entidades.
“Cuando tú pones en entredicho la integridad de un sistema que se basa en gran medida en la confianza y la credibilidad, prácticamente pones en jaque su completo modelo de negocio”, comentó en entrevista.
Sin embargo, el especialista señaló que la ampliación brinda oxígeno en tres sentidos, ya que permite el diálogo entre autoridades de ambos países, que los clientes de las instituciones evalúen lo que harán con sus operaciones y que las entidades planteen la continuidad de sus negocios, ya sea que decidan seguir operándolos o consideren alguna venta.
Efecto inmediato
Incluso sin entrar en vigor, las órdenes de Estados Unidos han impactado a las tres entidades financieras y al sistema en su conjunto desde que se emitieron el 25 de junio.
Los bancos y la casa de bolsa comenzaron a tener problemas para acceder a líneas de crédito tras el anuncio y las autoridades mexicanas decretaron su intervención de manera temporal a nivel administrativo para evitar disrupciones en el sistema financiero y proteger a inversionistas y ahorradores.
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Las entidades perdieron el grado de inversión con calificadoras como HR Ratings, Fitch y S&P.
El 4 de julio, la Secretaría de Hacienda, determinó escindir el negocio fiduciario de los bancos y su transferencia temporal a la banca de desarrollo. La medida tendrá un efecto mayor sobre CIBanco, líder en este rubro.
Para la banca, que ha reiterado en numerosas ocasiones su solidez y medidas antilavado, las medidas de Estados Unidos significaron un duro golpe.
En un análisis publicado el 8 de julio, la calificadora Fitch Ratings indicó que las órdenes del Tesoro representan un “importante factor de estrés para las instituciones financieras bancarias y no bancarias de México, dado el potencial de sanciones continuas y riesgos de contagio”.
La prórroga otorgada por FinCEN es inusual para casos vinculados con el lavado de dinero y recuerda a las acciones de Estados Unidos en temas como los aranceles.
El comunicado de la agencia estadounidense señala que el Tesoro seguirá colaborando con el Gobierno de México y “considerará cuidadosamente todos los hechos y circunstancias al considerar cualquier extensión adicional a la fecha de implementación de las órdenes”.
Pero Emilio Romano dijo que la banca está operando bajo el supuesto de que no habrá una extensión. “Consideramos que este tiempo es un tiempo suficiente para poder administrar los riesgos que se han dado”.
Con información de Jimena Tolama
