La mujer más rica de México traza plan de sucesión para su fortuna de US$8.000 millones

María Asunción Aramburuzabala se vio sumida en una crisis hace tres décadas tras la muerte de su padre, la multimillonaria mexicana se está asegurando de que la historia no se repita. 

Operations At the Corona Brewery Plant As Company Expands
Por Benjamin Stupples - Daniel Cancel
30 de junio, 2025 | 07:02 AM

Bloomberg — María Asunción Aramburuzabala se vio sumida en una crisis hace tres décadas, cuando su padre falleció antes de ultimar los planes para transferir una de las mayores fortunas de Latinoamérica.

Tuvo que compaginar la crianza de dos hijos pequeños con las batallas en la sala de juntas, mientras los oportunistas buscaban hacerse con una parte de su herencia a través del Grupo Modelo, la cervecera Corona fundada hace un siglo.

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Ahora, al acercarse a la edad que tenía su padre cuando murió, la multimillonaria mexicana de 62 años se está asegurando de que la historia no se repita.

A medida de que se va retirando de las tareas cotidianas, Aramburuzabala ha contratado a ejecutivos con décadas de experiencia en finanzas para que la ayuden a dirigir la oficina familiar, Tresalia Capital.

Su fortuna se ha disparado bajo su dirección hasta alcanzar los US$8.200 millones, lo que la convierte en la segunda mujer más rica de América Latina, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg, que valora su patrimonio neto por primera vez.

Hace tres años, contrató a Rodolfo Pérez, procedente de Goldman Sachs Group Inc., para que la sucediera como director general de Tresalia, mientras ella seguía ocupando la presidencia. Durante la pandemia, incorporó al veterano de Credit Suisse Antonio González Anaya, como director de investigación, y el año pasado sumó a Bruce Zimmerman, exdirector de inversiones de la oficina familiar de Ray Dalio, como nuevo CIO.

Estas contrataciones de alto perfil allanan el camino para que Aramburuzabala transfiera su patrimonio a la siguiente generación, al tiempo que les ayudan a evitar las presiones que ella enfrentó tras la muerte de su padre. Una encuesta reciente a 317 clientes de oficinas familiares de UBS Group AG reveló que casi la mitad aún no cuenta con un plan de sucesión, a menudo porque los beneficiarios no lo consideran una prioridad. Pero ese no es el caso de la multimillonaria conocida comúnmente como “Mariasun”.

“No quiero ser ese típico líder que hace todo esto, y entonces sabes, de repente se crea un hueco y todo va muy mal”, declaró Aramburuzabala en una entrevista en un pódcast en 2021. “Parte de mi misión es que la transición sea superganadora”.

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Sus hijos, Pablo y Santiago Zapata Aramburuzabala, tienen ahora unos 30 años, una edad similar a la de su madre cuando tomó las riendas del imperio familiar. Pero, a diferencia de ella, tienen tiempo para ganar su lugar en el mundo de los negocios antes de dirigir Tresalia.

En febrero, Pablo y Pérez, director general de Tresalia, se unieron a Santiago en el consejo de administración de la filial española de la empresa de fitness Barry’s Bootcamp, que recaudó capital adicional sin revelar la fuente. Pablo, el mayor, también es director general de Tresalia y ayuda a supervisar la división de capital privado, según su perfil de LinkedIn.

“No se trata de una pequeña oficina familiar, sino de una pequeña empresa de gestión de inversiones”, afirma Christina Wing, cofundadora de Wingspan Legacy Partners, firma asesora para familias ultrarricas. “Si las personas que contrató encajan con su estrategia, la configuración es perfecta”.

Aramburuzabala declinó hacer comentarios para este artículo, al igual que su hijo Pablo. Santiago no respondió a una solicitud de comentarios.

“Se derrumbó”

Aramburuzabala se convirtió en el centro de atención cuando su padre, Pablo, murió de cáncer en 1995 a los 63 años. Al no tener un hijo varón como heredero, su muerte dejó un vacío de liderazgo en una cultura empresarial tradicionalmente dominada por hombres.

“El mundo se nos derrumbó”, declaró al New York Times en 2002. “Amigos, enemigos, novios... todos querían el control. Menos de un mes después de la muerte de mi padre, empezaron a venir personas a decirnos que él los había dejado a cargo y que iban a gestionar las cosas por nosotros”.

Lo que estaba en juego era la participación familiar en Grupo Modelo, la cervecera con sede en Ciudad de México que el abuelo de Aramburuzabala cofundó en 1925. La empresa creció con rapidez, adquiriendo competidores y lanzando nuevas marcas. En 1979, introdujo Corona en el mercado estadounidense, donde se convirtió en la cerveza importada más vendida.

Anheuser-Busch, fabricante de Budweiser, comenzó a comprar acciones de Grupo Modelo en los años noventa hasta alcanzar cerca de la mitad. Aramburuzabala demostró enseguida su habilidad como negociadora y lideró las conversaciones para vender esa participación. En 1996, año en que fundó Tresalia, fue nombrada vicepresidenta de Grupo Modelo.

Tras la adquisición de Anheuser-Busch por parte de InBev, el grupo combinado compró el 50% restante de Grupo Modelo en 2013, transacción por la que pagó cerca de US$20.000 millones. Aramburuzabala ayudó a convencer a los accionistas para aceptar la oferta mejorada de Anheuser-Busch InBev SA.

Aunque se desconoce el porcentaje exacto que tenía su familia, fue uno de los tres principales grupos beneficiados. Aramburuzabala utilizó parte de las ganancias para comprar acciones de AB InBev y se incorporó a su consejo junto con Valentín Díez Morodo, otro descendiente de los fundadores.

En total, la familia Aramburuzabala recibió al menos US$3.000 millones con la venta, según el índice de riqueza de Bloomberg.

Tres aliadas

Aramburuzabala, licenciada en Contabilidad por una de las universidades más prestigiosas de México, forma parte de un grupo creciente de mujeres ultrarricas que han fundado family offices, aunque pocas con tanta trayectoria.

Tresalia —acrónimo de Tres Aliadas, en referencia a su madre, su hermana y ella misma— ha invertido a lo largo de los años en empresas como Grupo Televisa SAB, la marca Tory Burch y el operador de centros de datos Kio Networks, de los que luego se ha desprendido.

También se ha mantenido cercana al sector de consumo, invirtiendo en Kraft Heinz Co. y en el negocio del café, junto a otros accionistas multimillonarios de AB InBev como Alejandro Santo Domingo, cabeza de la familia más rica de Colombia.

Aramburuzabala dejó el consejo de AB InBev en 2023, tras una década como directora. También renunció a su cargo en Coty Inc. a inicios de este año, quedando sin posiciones en empresas cotizadas.

Hoy dedica más tiempo a sus pasatiempos: los viajes, la fotografía de animales y el buceo en aguas profundas, pasión que ha transmitido a sus hijos, quienes se definen como exploradores oceánicos.

“No sé si es porque mi padre murió joven o porque las mujeres de nuestra familia tampoco viven mucho”, dijo en el pódcast. “Pero las cosas que quieres hacer, hay que hacerlas lo más rápido posible”.

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