Ciudad de México — México inició la ruta para ir hacia la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas a la semana, una demanda de un sector de trabajadores que la presidenta Claudia Sheinbaum decidió adoptar el pasado 1 de mayo en el Día del Trabajo, en medio de la desaceleración económica del país y la incertidumbre por los aranceles de Donald Trump.
El Gobierno de Sheinbaum busca la instauración de la semana laboral de 40 horas en México, pero de forma paulatina y gradual a lo largo del sexenio, a fin de dar espacio para la discusión de la reforma laboral.
Ver más: México anuncia instauración gradual de semana laboral de 40 horas
El objetivo es reducir de manera gradual la semana laboral para pasar de 48 horas vigentes en la Ley Federal del Trabajo (LFT) hasta llegar a 40 horas semanales a más tardar en enero del año 2030.
Este jueves 19 de junio inició el primero de seis foros que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) organiza para que se discuta la reducción de la jornada laboral y los sectores patronal y sindical hagan sus propuestas para la implementación de la semana de 40 horas.
El primer foro se organizó en Ciudad de México, y seguirán en Monterrey, Guadalajara, Tijuana, Querétaro y Cancún.
Las primeras propuestas
Los actores del mundo del trabajo lanzaron las primeras propuestas para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales. El titular de la Secretaría del Trabajo, Marath Bolaños, dijo que a partir de los foros se construirá un plan de forma colaborativa que sirva como base para la implementación gradual de esta medida.
“Habrá quienes consideren que la reducción de la jornada laboral a 40 horas debería de aplicarse de manera inmediata y habrá otras posiciones que sugieren que no es un buen momento para avanzar hacia la reducción”, dijo el secretario del Trabajo.
Bolaños agregó que la gradualidad de la reducción de la jornada laboral es porque se trata de un cambio “profundo” que exige tiempo y para el cual será necesario realizar adecuaciones y cambios significativos.
Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), dijo que la reducción de la jornada a 40 horas es un objetivo legítimo para mejorar la calidad de vida de los trabajadores, parta lo cual sugirió un plan de acción integral.
Propuso la implementación gradual iniciando con la reducción de una primera hora, lo que puede beneficiar en 77% e implicaría un impacto manejable.
El líder empresarial dijo que una reducción progresista de la jornada debe ir acompañada de medidas complementarias, ya que es la vía más responsable y efectiva para ir dando el debido cauce y evitar impactos negativos a la economía que pudiera caer en -6.7% o la inflación pudiera subir 3,3% ante más costos de producción y desabasto por personal para producir y distribuir.
Cervantes planteó que la aplicación de la semana de 40 horas sea diferenciada por sector, función, tamaño de empresa y región, asimismo, propuso la creación de una comisión tripartita que supervise y evalúe periódicamente la implementación de la reforma.
Añadió que será importante incentivar este proceso de reducción permitiendo la deducibilidad de prestaciones sociales y mantener la excepción para trabajadores o jornada autorregulada.
Saúl Escobar, profesor investigador en Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), recomendó aumentar la inversión en maquinaria y equipo en las empresas y revisar incentivos fiscales para que puedan adquirir activos fijos que permitan aprovechar las tecnologías y lograr una producción más eficiente.
Alfredo Kupfer, representante de la Cámara de Comercio Americana (Amcham, por sus siglas en inglés), dijo que para reducir la jornada laboral basta con una reforma legal a la Ley Federal del Trabajo (LFT) y no es necesario modificar la Constitución.
Planteó que haya flexibilidad para poder distribuir la jornada de trabajo dependiendo de la industria e incluir el pago por hora y ajustar el sistema de cotización ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Kupfer coincidió con la gradualidad de la reforma y que se implemente una prueba piloto el primer año de vigor de la reforma porque “vamos a entrar a terreno desconocido”.
Gabriel Padilla, director general de la Industria Nacional de Autopartes (INA), planteó la reducción de la jornada laboral de una hora por año y de forma gradual, a fin de tener mayor claridad del panorama económico y cuando se retome el crecimiento.
Apuntó que en la industria de la manufactura se están atravesando cambios repentinos con relación a la política comercial de Estados Unidos y la próxima revisión del T-MEC.
Indicó que en la industria de autopartes hay tres turnos continuos y en vista de la reducción de la jornada laboral se tiene que revisar la manera en cómo se va a computar la jornada, por lo que planteó que se añada este análisis en la discusión de la reforma.
Martín Esparza, secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), propuso que la reducción de la jornada sea gradual por sectores y comience con empresas de mayor estabilidad y con una prueba piloto.
Alejandro Avilés, representante del Sindicato de Trabajadores de la UNAM, planteó la necesidad de hacer un análisis por sector, entidad y rama de producción para ver en donde se puede operar la reducción de la jornada laboral de forma inmediata.
Recordó que la jornada laboral de 40 horas ya existe desde hace 52 años para los trabajadores al servicio del Estado y dijo que en la UNAM incluso hay jornadas de 32 horas.
Eric Castillo, representante de la Cámara de Comercio Suiza, apuntó que una reforma como la de reducir la jornada laboral requiere un periodo de preparación, mientras que Joyce Sadka, académica del ITAM, cuestionó cómo será el tratamiento de las horas extras con la reducción de la jornada laboral.
