México navega la pausa arancelaria de Trump con incertidumbre y acuerdos a cuentagotas

La presidenta Sheinbaum busca un acuerdo global con EE.UU. que abarque seguridad, migración y comercio, a fin de que en el corto plazo “no haya sorpresas” arancelarias.

La ciudad fronteriza entre Estados Unidos y México, sacudida por Trump, sigue sufriendo las consecuencias de los aranceles.
09 de julio, 2025 | 08:33 AM

Ciudad de México — México se salvó de los aranceles recíprocos de Donald Trump gracias al vapuleado Tratado de Libre Comercio con EE.UU., pero no se ha librado de una incertidumbre que aumenta cada día que se prolonga la pausa arancelaria para la imposición de las tarifas a decenas de países.

El Gobierno de Claudia Sheinbaum ha navegado los últimos tres meses de pausa arancelaria con acuerdos a cuentagotas, derivados del dialogo y visitas exprés a Washington de su enviado Marcelo Ebrard, secretario de Economía.

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Al mismo tiempo, Estados Unidos negociaba los aranceles recíprocos con países sujetos a los gravámenes, en una suerte de juego de ajedrez estratégico de carácter global.

México busca esquivar un jaque mate en las jugadas cruzadas de Trump, pero inevitablemente la economía está resintiendo los efectos de la incertidumbre con estancamiento de la actividad económica, pérdida de empleos formales y una menor inversión pública.

Ver más: Economía de México inicia con riesgo de estancamiento prolongado el segundo semestre de 2025

“La incertidumbre es el nuevo normal en las relaciones comerciales de Estados Unidos con el resto del mundo y México no es la excepción”, dijo a Bloomberg Línea Diego Marroquín, investigador senior en el Center for Strategic and International Studies (CSIS).

“La incertidumbre es el nuevo normal en las relaciones comerciales de Estados Unidos con el resto del mundo y México no es una excepción”

Diego Marroquín, investigador senior en el Center for Strategic and International Studies

Marroquín cree que la amenaza de los aranceles recíprocos se mantendría más allá del nueve de julio porque es una estrategia de negociación de Trump.

Aunque hay avances en las conversaciones bilaterales entre ambos países, la incertidumbre prevalece, dijo Marroquín en entrevista realizada en la víspera del fin de la pausa arancelaria, que ahora finalizará el 1 de agosto y no el 9 de julio como estaba originalmente previsto.

Estados Unidos actualmente mantiene el arancel de 25% sobre las importaciones procedentes de México que no cumplan con las disposiciones del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), además de los gravámenes a determinados productos como automóviles, autopartes, y productos de acero y aluminio.

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En abril entró en vigor un arancel de 25% a las exportaciones mexicanas de automóviles y en mayo uno de 25% a autopartes, mientras que en junio entró en vigor un arancel al acero recargado del 50%.

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Una planta de piezas de acero a la vanguardia de las cifras de fabricación.

Las tarifas a los autos, autopartes y acero entraron en vigor al mismo tiempo que Trump concedió la pausa de 90 días en la imposición de aranceles recíprocos a varios países.

El paquete de aranceles recíprocos incluye una tarifa base de 10% a todos los países y aranceles superiores para 50 naciones.

El Gobierno de Sheinbaum consiguió en mayo que el Gobierno de Trump decretara descuentos en el cobro de aranceles a la industria automotriz que están bajo el T-MEC. Es decir, se logró un tratamiento preferencial a los automóviles y autopartes que se exporten a territorio estadounidense desde México.

Sin embargo, la presidenta no quedó satisfecha y ha pujado por ir hacia la firma de un acuerdo global con Estados Unidos que abarque seguridad, migración y comercio, a fin de que en el corto plazo “no haya sorpresas” y se regrese a la certidumbre.

Pero la propuesta del acuerdo global quedó en espera. Sheinbaum pretendía llegar a un acuerdo con Trump en el G7, pero el mandatario tuvo que dejar la reunión para atender el conflicto entre Israel e Irán, por lo que se frustró el encuentro bilateral entre ambos mandatarios.

“Incluso si México y Estados Unidos logran negociar un acuerdo general que disminuya el nivel de aranceles que México tiene que pagar para exportar a Estados Unidos, la incertidumbre no se iría dado que Trump puede volver a poner aranceles unilateralmente”

Diego Marroquín, investigador senior en el Center for Strategic and International Studies

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Afectación económica

Para el Gobierno mexicano es urgente calmar la marea de las aguas arancelarias rápido porque en octubre iniciarán las consultas rumbo a la revisión o renegociación del T-MEC, y porque la economía mexicana está resintiendo los efectos de esta incertidumbre provocada.

El nearshoring está perdido en el mapa, la economía mexicana atraviesa por un estancamiento, los empleos formales se están perdiendo y la inversión está deprimida.

Por su parte, las empresas en el sector exportador han atravesado un periodo de cambios internos para poder cumplir la nueva realidad.

México registró tres meses consecutivos de pérdida de empleos formales, con lo que cerró un segundo trimestre de 2025 con el empleo en zona de contracción.

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La inversión privada en México disminuyó 1,7% mensual en abril, mientras que en el acumulado de enero a mayo el gasto público en inversión física cayó 29,1% anual real, siendo la mayor caída desde 1995, de acuerdo con estadísticas oficiales.

El equipo económico de Banamex califica de “abrupto” el cambio que sufrió la composición de las importaciones mexicanas en Estados Unidos a partir de marzo. Mientras que en febrero el 45% de las importaciones mexicanas entró libre de arancel vía T-MEC, dicho porcentaje disminuyó a 9,9% en marzo y 7% en abril.

Los analistas esperan que el segundo trimestre registre un nulo crecimiento, luego de un primer trimestre en el que el Producto Interno Bruto creció 0,2% trimestral con respecto al trimestre anterior, evitando caer en recesión técnica.

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