Ciudad de México — Moody’s Ratings revisará la calificación crediticia de México en la primera mitad del 2026, cuando espera contar con más información del crecimiento económico, métricas fiscales y rumbo del T-MEC, dijo Renzo Merino, vicepresidente y credit officer senior del Grupo de Riesgo Soberano de la agencia.
México tiene una calificación crediticia de Baa2 con perspectiva negativa, que implica que el país está dos peldaños dentro de lo que se conoce como el grado de inversión.
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La perspectiva negativa indica que hay una probabilidad de que haya una rebaja en la calificación, pero aclaró que eso dependerá de que se materialicen o no ciertos riesgos.
“De momento creemos que no tenemos suficiente información para determinar si podemos estabilizar la perspectiva en el nivel actual o si hay que reconsiderar el nivel de calificación”, sostuvo Merino.
El analista indicó que mucha de la información que será relevante para una acción sobre la nota soberana estará disponible en el transcurso del próximo año, por lo que el flujo de esa información es como la agencia calificadora determinará los tiempos de la revisión y si la calificación se mantiene en su nivel actual o si debiese bajar un escalón a Baa3.
“Sí se debería dar una decisión a más tardar durante el transcurso del primer semestre del próximo año”, proyectó.
El analista no dio una fecha precisa para revisar la nota soberana de México, pero mencionó que estarán atentos a los indicadores de los Pre-Criterios Generales de Política Económica 2027 que se presentan en abril y las negociaciones alrededor del acuerdo comercial y los aranceles.
Una rebaja adicional a la calificación, es decir, a un nivel de Ba1, que implicaría la pérdida del grado de inversión para pasar a grado especulativo, tomaría en cuenta factores como la institucionalidad ligada a las políticas macroeconómicas, la política fiscal, la credibilidad, la transparencia y la capacidad del Gobierno de resolver los desbalances fiscales.
Merino dijo que actualmente el principal riesgo que ven en México es que, si bien Moody’s ya había proyectado un deterioro en las métricas de deuda del Gobierno a raíz del deterioro fiscal que se vio en 2024, existe un contexto de incertidumbre sobre la trayectoria de crecimiento económico y la capacidad del Gobierno de reducir el déficit fiscal.
La agencia calificadora busca entender las medidas que el Gobierno está adoptando para los desbalances fiscales que han surgido, esto en medio de desafíos estructurales por el lado del gasto, ya que hay mayores presiones hacia delante por rigideces en rubros de gasto, uno de ellos es el de pensiones.
“Queremos entender cuál es la estrategia de corto plazo y cuáles son las medidas de largo plazo para que el déficit fiscal se reduzca a niveles de alrededor de 3% o menos, que se estabilicen las métricas del Gobierno”.
La Secretaría de Hacienda proyectó que el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), la medida más amplia de la deuda pública, cerrará con un nivel de 52,3% del PIB en 2025 y se mantendrá en ese nivel en 2026 y los años subsecuentes hasta 2031.
Asimismo, estima un déficit fiscal de 4,1% del PIB para 2026, un nivel mayor del que se esperaba originalmente de 3,5%. En 2024, México registró un nivel récord de déficit fiscal de casi 6% que el expresidente Andrés Manuel López Obrador justificó diciendo que elevó el gasto para concluir obras de su Gobierno.
La presidenta Claudia Sheinbaum se comprometió con avanzar hacia la consolidación fiscal en su sexenio, sin embargo, reconoció en días pasados que la reducción del déficit será más lenta de lo previsto debido a los apoyos a Petróleos Mexicanos (Pemex) para mejorar su perfil financiero.