Bloomberg — Las letras de canciones que alaban al narcotráfico están bajo escrutinio en México, donde funcionarios del gobierno buscan convencer al gobierno de Donald Trump de que son aliados en la lucha contra los grupos criminales del país.
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A principios de este mes, el subsecretario de Estado, Christopher Landau, anunció en redes sociales que Estados Unidos había cancelado las visas de trabajo y turismo a los miembros de una banda mexicana que exhibió imágenes de un conocido líder de un cártel de la droga durante un concierto.
Desde entonces, políticos de diferentes partes de México han presionado para prohibir la música en conciertos públicos que, según afirman, promueve la delincuencia, la violencia y el narcotráfico.
Líderes como el gobernador del estado de Michoacán han argumentado que tales prohibiciones ayudarían a promover la paz.
La controversia llegó a las altas esferas del gobierno mexicano esta semana, cuando la presidenta Claudia Sheinbaum declaró que, si bien los municipios tienen la libertad de tomar sus propias decisiones sobre eventos, se opone a cualquier prohibición federal y que el gobierno no puede regular lo que la gente escucha en casa.
“No hay censura”, declaró Sheinbaum a la prensa el miércoles 16 de abril, añadiendo que es mejor dejar que “la sociedad misma decida dejar de lado este tipo de contenido musical, en lugar de imponer una prohibición”.
La música popular regional mexicana, con sus melodías cargadas de metales, ha ganado fama en el extranjero, con estrellas modernas como Peso Pluma y Natanael Cano acumulando miles de millones de visitas en redes sociales y encabezando las listas de Billboard al renovar estilos históricos.
Pero los artistas ahora se encuentran atrapados entre los fans que quieren escuchar sus canciones más populares y las autoridades, los organizadores de eventos y la administración Trump, que ha designado a algunos cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras y ha presionado al gobierno de Sheinbaum para que combata el tráfico de fentanilo y otras drogas a través de la frontera estadounidense.
El cantante Luis R. Conríquez fue abucheado recientemente al salir de un estadio tras negarse a cantar algunos de sus éxitos, incluyendo canciones con descaradas referencias a “Los Guzmanes”, de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Los medios locales difundieron videos que mostraban a los asistentes destrozando instrumentos en el evento.
Conríquez evitó la letra para cumplir con una orden de los organizadores, quienes amenazaron con “apagar la música”, según declaró en una entrevista reciente con Radio Fórmula.
Sheinbaum ha buscado fomentar alternativas, convirtiendo al gobierno en un entusiasta defensor de la composición musical y tratando de desviar la atención de la indignación.
Su gobierno está planeando su propio concurso musical abierto a mexicanos de entre 18 y 34 años.
En un video reciente de TikTok, Sheinbaum instó a los posibles participantes a promover canciones sobre el amor, el desamor y temas distintos a las drogas y el crimen.
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