Bloomberg — El plan de reconversión de Petróleos Mexicanos (Pemex) no aborda los mayores retos operativos que aquejan a la petrolera, según los analistas.
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La hoja de ruta de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, para hacer que Pemex sea financieramente autosuficiente en los próximos dos años, incluida una inyección de US$13.000 millones para aliviar su tensión financiera, no aborda plenamente los problemas de los campos petroleros envejecidos, una plantilla inflada y refinerías que pierden dinero, dijeron expertos en energía.
“El gobierno proporcionó casi US$100.000 millones de apoyo financiero durante la pasada administración sin ninguna mejora significativa que pudiera señalar”, dijo John Padilla, director gerente de IPD Latinoamérica, una consultora energética. “El apoyo financiero no resolverá las deficiencias operativas y técnicas subyacentes que siguen aquejando” a la empresa.
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Sheinbaum hizo de la reactivación de la petrolera nacional, profundamente endeudada, una prioridad. Tras años de inversiones insuficientes y mala gestión, Pemex arrastra la asombrosa cifra de más de US$100.000 millones en obligaciones y su producción de crudo se ha desplomado a aproximadamente la mitad de lo que era en su punto álgido hace 20 años.
Lo que dice Bloomberg Intelligence
“Incluso si se alcanza el objetivo de deuda de US$77.000 de dólares para 2030, dejaría a la petrolera estatal con un ratio de apalancamiento superior a 5x, basado en un Ebitda para 2024 de US$14.000 millones. Muchos pares de la industria tienen ratios de 2x o menos. Combinado con US$20.000 millones de proveedores y US$66.000 millones de obligaciones de prestaciones a empleados, el apalancamiento total aún se situará por encima de 10x.”
-Spencer Cutter, Bloomberg Intelligence
En su lugar, Pemex debería racionalizar cerrando refinerías envejecidas -algunas de las cuales tienen casi un siglo de antigüedad- y vender activos de forma muy similar a lo que hizo la brasileña Petrobras hace una década, según los analistas. La empresa también necesita reducir su plantilla de 130.000 empleados, que es más del doble de la de Exxon Mobil Corp. a pesar de que esta última bombea el doble de petróleo, dijeron.
“El plan en sí no da a Pemex una salida para dejar de perder dinero”, dijo Alejandro Schtulmann, jefe de investigación de Análisis de Riesgo Político de Mercados Emergentes en Ciudad de México. “Sabemos que la empresa puede ganar dinero haciendo extracción y desarrollo, pero la parte que pierde dinero es la refinación”.

Pemex no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios. Los inversionistas mostraron poco entusiasmo por el plan, con los bonos de Pemex con vencimiento en 2050 deslizándose alrededor de 2 centavos por dólar a unos 84 centavos el miércoles, según datos de Trace.
Para estar seguros, cubrir los aproximadamente US$19.000 millones en pagos de deuda de Pemex que vencen el próximo año, así como unos US$20.000 millones adeudados a contratistas, son sólo los primeros pasos. La empresa también pretende asociarse con el sector privado para impulsar la producción de petróleo y gas natural y resucitar la producción de yacimientos explotados por primera vez hace décadas.
Pemex dijo el martes que está en conversaciones con socios potenciales para desarrollar 21 proyectos conjuntos que impulsen la producción, sin ofrecer más detalles sobre las conversaciones. La empresa también planea reactivar pozos antiguos, explotar recursos en alta mar, incluidos los yacimientos masivos de Zama y Trión, y aumentar la producción en activos clave como los campos de Ixachi, Quesqui y Bakte, según el plan.
Hasta ahora, Pemex ha anunciado asociaciones con el Grupo Carso, del multimillonario mexicano Carlos Slim, y con Woodside Energy Group Ltd., de Australia, para desarrollar activos de gas en alta mar.
Pero el plan no ofrece respuestas claras sobre cómo Pemex conseguirá otros socios. Puede ser difícil de vender para algunos, dados los recientes cambios en las leyes energéticas de México que delegan en el sector privado el estatus de socio minoritario en cualquier empresa conjunta, según Pablo Zárate, analista de energía de FTI Consulting en Houston.
“Una cosa es atraer la atención y el interés de las empresas del mundo del petróleo y el gas”, dijo Zárate. “Otra cosa muy distinta es conseguir compromisos firmes que lleven a una decisión final de inversión en proyectos que muevan la aguja y aumenten la producción”.
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