Ciudad de México — Enrique Riquelme Vives, presidente de la empresa Cox, se enteró después de Navidad que un grupo de inversionistas en el mercado buscaba un socio minoritario para adquirir los activos de Iberdrola en México. Tras ver el potencial, él y su equipo hicieron una oferta por el paquete mayoritario, incluso un esfuerzo por el 100% que concluyó el 31 de julio de 2025 con una operación valuada en US$4.200 millones.
En entrevista con Bloomberg Línea, el empresario detalla que aunque compitió con grupos de inversión de primer nivel mundial, su experiencia en el mercado mexicano desde 2012 le permitió hacer una oferta más competitiva, además de que Barclays, el banco de Iberdrola, también había trabajado con Cox.
Riquelme, quien vivió la transición energética del país desde la década pasada, considera que hay seguridad jurídica y se siente cómodo con las nuevas reglas, la banca internacional también confía en esta regulación y por eso han financiado el 75% de la compra.
“La vemos muy bien. Si no, no hubiésemos invertido”, expresa durante una reunión virtual.
El país realizó profundas reformas en materia energética y jurídica con nuevas leyes secundarias que reordenan al sector eléctrico, dándole prevalencia al Estado mexicano a través de CFE, luego de la apertura al capital privado de 2013 y múltiples disputas legales entre las autoridades y el sector privado que provocaron la venta del 55% de los activos de Iberdrola al Gobierno mexicano durante abril de 2023.
Bajo el nuevo marco jurídico implementado este año, Cox anunció la compra de los 15 activos restantes del gigante español con una capacidad operativa por 2,6 GigaWatts mediante el financiamiento de gigantes bancarios como Bank of America, Barclays, BBVA, Citi, JP Morgan y Santander, el pasado 31 de julio de 2025.
México es el segundo mercado eléctrico más grande de Latinoamérica con una demanda que crece al 4% anual. La adquisición posicionará a Cox como uno de los cinco jugadores privados más grandes de generación eléctrica en el país con más del 25% del mercado de suministro eléctrico para 500 grandes consumidores de energía.
“Eso nos permite ser uno de los principales actores en energía”.
Bajo la gestión de Riquelme, Cox ha desarrollado múltiples proyectos de tecnología renovable en México desde más de 10 años, incluso una filial empezó a cotizar en la Bolsa Institucional de Valores (BIVA) desde 2020 durante la pandemia de Covid-19, pero también ha diversificado sus inversiones por todo el planeta, desde Argentina, Brasil y Colombia, pasando por España, Francia hasta la India, Marruecos y Sudáfrica.
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Inversión alineada con Plan México
El plan de Cox en México va más allá de la compra a Iberdrola con una inversión que supera los US$10.000 millones hacia 2030, una de las más grandes anunciadas en esta década.
Riquelme habló personalmente con la presidenta Claudia Sheinbaum y su equipo sobre la estrategia de crecimiento para crear valor, alineado con el Plan México, un proyecto gubernamental que persigue inversiones que generen desarrollo económico, además de su confianza en la nueva regulación energética.
“La entendemos muy bien, somos conscientes y estamos muy cómodos con ella y también los bancos que han financiado la operación. Hay una gran seguridad jurídica donde hay una regulación justa para invertir en el sector de infraestructura, especialmente en el mercado energético”.

Un día después del anuncio, Sheinbaum calificó la operación como positiva porque muestra certiumbre y confianza para que las empresas sigan invirtiendo en México.
El plan también contempla inversiones por US$4.000 millones adicionales en proyectos aún por desarrollar de energía renovable con almacenamiento, un ciclo combinado e incluso espacio para proyectos conjuntos con CFE.
El grupo analiza una serie de proyectos de desalinización de agua por hasta US$1.500 millones en las costas este y oeste del país.
Cox también prevé participar en uno de los parques industriales promovidos por el Gobierno, conocidos como Polos de Desarrollo para el Bienestar en el estado de Veracruz, que abastecerá a un centro de datos por US$490 millones de inversión.
Consultado sobre el pago de impuestos sobre la operación, Riquelme dijo que ese tema corresponde a Iberdrola.
Bloomberg Línea consultó a la compañía, pero no obtuvo respuesta.
Redes eléctricas
Cuestionado sobre los retos en redes eléctricas ante la saturación en algunos puntos del país, el directivo menciona que es algo común que la mayoría de mercados eléctricos sean operados por el Estado, y agregó que en el caso mexicano, hay claridad de un plan público de inversión que permitirá el crecimiento.

CFE prevé inversiones que han oscilado entre US$2.300 y US$7.500 millones hacia el final del sexenio.
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“En México, por alguna extraña razón, se le da bastante bombo a ese tema, pero pero realmente es un común denominador en la mayoría de mercados en el mundo”.
La explicación de Iberdrola sobre su salida de México se basó en sus planes de inversión en proyectos de redes eléctricas en países de Europa, una actividad que en México es exclusiva del Estado.
En ese contexto, la salida de Iberdrola del país sorprendió al sector porque la compañía presidia por Ignacio Sánchez dijo que invertiría en México US$6.000 millones en proyectos de energía renovable tras la venta de sus activos.
Katya Somohano, CEO de Iberdrola México, incluso dijo en exclusiva a Bloomberg Línea que alistaba inversiones por US$1.000 millones en los primeros dos años del Gobierno de la presidenta Sheinbaum, durante octubre de 2024.
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Actualmente, ambas compañías están a la espera de las aprobaciones regulatorias para concluir la operación entre el último trimestre del año y el primero de 2026.
El 25 de septiembre de 2025 , durante su Investor Day, Cox dará más detalles sobre su plan de inversión en México.
Esta historia fue precisada en el primer párrafo y se agregó la reacción de la presidenta de México sobre la operación a las 9:03 horas tiempo de la Ciudad de México.