Bloomberg — El multimillonario mexicano Ricardo Salinas Pliego, en su actitud desafiante de siempre, planea sus próximos movimientos tras enfrentamientos con el gobierno y la caída de su patrimonio neto.
En entrevista para Bloomberg News, dijo que su plan de deslistar de la bolsa a su empresa insignia, Grupo Elektra SAB, alejará sus negocios de los mercados públicos y le permitirá dirigir el conglomerado como mejor le parezca. Señaló que lo hará alrededor de mayo, en parte porque solo queda un 0,3% de acciones en circulación.
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“A pesar de todos los problemas en México, nuestros negocios van bien”, dijo en entrevista del 26 de febrero en una de sus oficinas en el sur de Ciudad de México. “Ahora soy libre de hacer lo que quiera”.
La privatización puede ser una oportunidad para Salinas, de 69 años, de empezar de nuevo, pero todavía se enfrenta a algunos retos persistentes.
El empresario está enfrascado en una batalla legal con el gobierno por una deuda tributaria, en tanto que busca recuperar el dinero perdido como víctima de un supuesto fraude. Sigue de cerca las negociaciones comerciales de México con Estados Unidos, y se expresa de forma positiva sobre cómo la nueva presidenta, Claudia Sheinbaum, lidia con los planes arancelarios de Donald Trump.
“Han pasado un par de meses y de repente se enfrenta a una situación muy difícil con estas amenazas de Trump”, dijo. “Está tratando de apaciguar las demandas del Sr. Trump de que se controle la frontera y el flujo de drogas. Así que creo que se está esforzando, pero es una posición difícil”.
El año pasado, Elektra pidió a la bolsa de valores que suspendiera la negociación de sus acciones para impedir que un depositario de Salinas vendiera títulos que había ofrecido como garantía para un préstamo. Más tarde, Salinas presentó pruebas ante los tribunales de que había sido engañado por el prestamista, que había tomado posesión de unas acciones por valor de US$400 millones y no las había devuelto. Ahora culpa a un asesor por no investigar adecuadamente al prestamista (el prestamista niega haber actuado de mala fe).
Al reanudarse la cotización a finales del año pasado, las acciones de Grupo Elektra se hundieron un 70%, lo que borró unos US$5.000 millones de la fortuna de Salinas Pliego. El índice Bloomberg Billionaires sitúa actualmente su patrimonio neto en US$5.800 millones.
Los casos pendientes ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación también son un dolor de cabeza para Salinas. El gobierno mexicano afirma que sus empresas tienen una deuda tributaria de 63.000 millones de pesos (US$3.000 millones). Salinas argumenta que se le ha cobrado dos veces y que no debería tener que pagar las sanciones acumuladas en las que ha incurrido mientras impugna el caso.
“Voy a seguir peleando”, dijo. “Estoy dispuesto a pagar una u otra. No voy a pagar dos veces”.
Salinas es una figura reconocida en México tanto por sus enfrentamientos públicos y batallas legales como por su destreza empresarial. Tomó el negocio establecido por su abuelo y lo convirtió en un imperio al extender el crédito a tasas de interés que podían superar los tres dígitos para que los compradores de bajos ingresos pudieran comprar artículos de alto precio como refrigeradores y grandes televisores. Adquirió una cadena de televisión, realizó inversiones en telecomunicaciones y fundó un banco a través de la red de tiendas Elektra.
Las ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización de Grupo Elektra aumentaron un 57% el último trimestre con respecto al año anterior, impulsadas por mayores ventas en la unidad bancaria y menores costos. La empresa tuvo que asumir un cargo no monetario para reflejar la disminución del valor de los derivados vinculados al precio de sus acciones, lo que provocó una pérdida neta.
El escenario no cambiará mucho cuando Elektra deje el mercado público, dijo Salinas. Si necesita recaudar dinero, buscará socios en lugar de aumentar la deuda o el capital.
“Simplemente reorganizaremos el grupo en diferentes unidades, y si vemos la oportunidad de hacer una empresa conjunta con alguien o aportar dinero nuevo para algún programa específico, lo haremos. Pero no ahora mismo. No lo necesito”, dijo.
Salinas se mostró optimista sobre la habilidad de Elektra para sortear la competencia de la avalancha de fintechs que se expanden en México, entre ellas Nu Holdings Ltd., el banco digital que ha arrasado en el mercado brasileño, pero que aún no ha alcanzado el punto de equilibrio en México.
“Somos los reyes de los préstamos chiquitos”, dijo. “Tengo un dicho de hace mucho tiempo que dice que cualquier idiota puede conceder un préstamo. Lo difícil es cobrarlo”.
Aparte de las empresas que posee, entre las que se incluyen la cadena de televisión TV Azteca y el proveedor de internet Total Play Telecomunicaciones, Salinas prefiere invertir en lo que él llama los activos más sólidos: el bitcoin y el oro.
“Tengo alrededor de un 70% en exposición relacionada con el bitcoin y un 30% en oro y mineras de oro”, dijo. “No tengo ni un solo bono y no tengo ninguna otra acción excepto las mías”.
El bitcoin es uno de sus temas favoritos en las redes sociales, donde ha logrado amasar un séquito de más de dos millones de seguidores en X, lo que lo convierte en una de las pocas superestrellas de derecha de México.
El “Tío Richie”, como se le conoce en redes sociales, posee una personalidad ostentosa que presume de su yate y su helicóptero y lanza invectivas cargadas de blasfemias contra los de izquierda, funcionarios públicos y periodistas. Para Salinas, esto forma parte de su lucha por el futuro de México, donde el partido gobernante fundado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador ha derrotado en las urnas a los partidarios de centro y de derecha.
“Soy muy consciente de que la oposición es ineficaz y no tiene un propósito real, así que hay que hacer algo”, dijo. “Estamos pensando en eso”.
La personalidad de Salinas en las redes sociales pasó de ser una cuenta corporativa corriente a ser imprescindible durante lo más duro de la pandemia, cuando se rebeló contra los cierres del gobierno y ordenó a sus empleados que siguieran trabajando. Se mantuvo cerca de López Obrador al principio de su mandato, pero la relación se deterioró cuando la administración siguió adelante con sus reclamos fiscales.
“El gobierno y el Estado son un obstáculo para todo tipo de acciones individuales”, dijo Salinas. “Y creo que debemos deshacernos de todos esos obstáculos y de todas esas trabas y dejar que la gente sea, y dejar que la gente sea libre de hacer lo que tenga que hacer, que es seguir con su vida y producir valor”.
Salinas ha fundado escuelas en algunas de las ciudades más grandes de México para ofrecer a más jóvenes una educación de calidad. En 2023, su Universidad de la Libertad abrió sus puertas, ofreciendo cursos sobre habilidades empresariales y liderazgo.
Su principal petición es que el gobierno mejore “el Estado de derecho y la seguridad y la justicia para la gente común”. Señaló que la tasa de homicidios de México es inaceptable y propuso adoptar el enfoque de línea dura del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, que encarceló a decenas de miles de presuntos miembros de bandas, redujo la tasa de asesinatos y se ha convertido en uno de los líderes más populares del mundo.
“Aplicaría el modelo de Bukele. Los designaría como terroristas”, dijo. “Y cualquiera que sea sorprendido formando parte de una banda recibirá 40 años de cárcel”.
Elogió de manera efusiva al presidente argentino, Javier Milei, como el tipo de outsider que el país necesitaba para iniciar el cambio. “Era un académico, es casi un acto de Dios que esté allí. Me ha inspirado”, dijo.
Aun así, dijo que era demasiado pronto para tomar decisiones sobre si podría presentarse a las próximas elecciones presidenciales en México en 2030. “Sería un gran cambio en mi vida y no estoy seguro de querer ir por ese camino”.
Además, hay otras formas de influir en la sociedad, comentó.
“Soy una persona 100% política porque vendo ideas, promuevo las buenas y critico las malas”, dijo.
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