Revolut y Nu lideran competencia fintech que va tras depósitos y nóminas en México

Las fintech llevan años apuntando a los mexicanos que no tienen acceso a bancos ni a créditos. Ahora su atención se dirige a clientes que se encuentran en sectores más consolidados de la economía.

La regulación fintech en Latinoamérica: ¿qué países llevan la delantera?
Por Maria Clara Cobo
28 de noviembre, 2025 | 07:32 AM

Bloomberg — Una nueva ola digital se cierne sobre los bancos mexicanos, impulsada por fintechs con nuevas licencias bancarias que van tras los valiosos depósitos de nómina de la clase media.

Se prevé que Revolut y Banco Plata comiencen a operar en la primera mitad del próximo año, mientras que la brasileña Nu Holdings Ltd. aspira a convertirse en banco entrando el 2026 y la división fintech de MercadoLibre, Mercado Pago, espera la aprobación de los reguladores. La startup mexicana Klar tomó un camino más rápido, al acordar la compra de la unidad digital Bineo del Grupo Financiero Banorte para adquirir su licencia directamente.

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Juntos, están revolucionando uno de los mercados financieros más competitivos de América Latina y presionando a los mayores prestamistas de México —BBVA SA, Banco Santander SA y Banorte— para que se modernicen y reduzcan las comisiones. Sin duda, el rápido crecimiento de Nubank y Revolut los ha convertido en gigantes financieros en otros lugares, pero México no será dinero fácil para los recién llegados. Se enfrentarán a reguladores más estrictos, infraestructuras más deficientes y una feroz competencia por parte de la poderosa banca tradicional y las fintech locales, lo que apunta a una dura batalla por delante.

“El capítulo más emocionante en la historia de la banca digital a nivel mundial se escribirá aquí, en México, en los próximos años, con la transformación de los actores tradicionales y la llegada de los atacantes digitales”, dijo Juan Miguel Guerra, director ejecutivo de la operación mexicana de Revolut. Tendrán las mismas oportunidades, añadió Guerra, “pero, como suele suceder en los productos digitales, el ganador se lleva la mayoría”.

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Las fintech llevan años apuntando a los mexicanos que no tienen acceso a bancos ni a créditos. Ahora su atención se dirige a clientes que se encuentran en sectores más consolidados de la economía, pero que siguen sin recibir la atención que necesitan por parte de los prestamistas tradicionales.

Lo están haciendo con una intensa campaña de marketing y persiguiendo las cuentas de nómina, aquellas en las que se depositan automáticamente los cheques de pago de las personas. Estas cuentas, que solo están disponibles para los bancos regulados, se consideran la joya de la corona de la banca minorista porque alimentan los productos de préstamo, ahorro e inversión”.

Las entidades digitales apuestan por la creciente clase media mexicana, cómoda en tecnología, como Mitzi Martínez. Esta residente de Ciudad de México, de 31 años, abrió una cuenta en Nubank hace año y medio, añadiéndola a sus dos cuentas bancarias existentes para ahorrar e invertir parte de su sueldo.

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“Abrí una cuenta de Nubank justo por el tema de que era muy fácil invertir”, explica Martínez. “Tener rendimientos por tu dinero teniéndolo ahí guardado, todo en un solo sistema”. Para algunos novatos en fintech, afirma, “la oferta de servicios puede resultar abrumadora a lo mejor, no siempre tenemos la información para saber cuál es la mejor opción. Simplemente nos vamos por el que te la vende mejor”.

Finnovista, una empresa de capital de riesgo especializada en empresas fintech, estima que hay más de 1.000 proveedores en línea en México. No hay una estimación pública fiable de su valor o de los activos que poseen, pero el sector está creciendo a un ritmo de casi el 20% anual, según la Asociación Fintech México.

Entre todas las empresas financieras, el número de cuentas de depósito ascendió a 162,6 millones a finales de 2023, con un saldo medio de MXN$48.672 pesos (unos US$2.650), frente a los aproximadamente 126 millones de cuentas en 2020, según informó la Comisión Nacional Bancaria y de Valores del país. Cerca del 70% de esas cuentas se encuentran en bancos comerciales, y el resto en entidades de crédito para el desarrollo y empresas de tecnología financiera.

Esas cifras han atraído a empresas como Revolut, con sede en Londres, una de las startups más valiosas de Europa, que eligió a México como su primer mercado con licencia completa en América Latina. Plata, dirigida por el exejecutivo de Tinkoff Bank Neri Tollardo, obtuvo la aprobación de una licencia bancaria en diciembre y tiene previsto añadir productos de débito y vinculados a nóminas.

La fintech argentina Ualá compró ABC Capital, con sede en Monterrey, en 2021, y la mexicana Kapital adquirió Banco Autofin en 2023, operaciones que permitieron a ambas eludir el lento y arriesgado proceso de solicitar una licencia desde cero. México solo cuenta con 52 licencias bancarias activas, y conseguir una puede llevar años: Ualá tardó aproximadamente dos en comprar una licencia, mientras que Revolut tardó casi cinco años en obtener la aprobación.

“El proceso regulatorio es largo, lento y costoso”, afirmó Gustavo Méndez, líder de servicios financieros de Deloitte Latam. “Por otro lado, es más seguro tanto para la empresa como para el consumidor”, añadió, ya que el resultado suele ser una institución más sólida.

México, la segunda economía más grande de América Latina, ofrece un mercado muy distinto al de Brasil, el caso de éxito de la tecnología financiera en la región. Allí, los prestamistas digitales como Nubank prosperaron gracias a unas normas más flexibles que les permitían ofrecer tarjetas de crédito, pagos y algunos tipos de cuentas sin necesidad de tener licencias completas. Esto contribuyó a que la inclusión financiera de Brasil pasara del 68% en 2014 al 84% en 2021, según datos del Banco Mundial.

Por el contrario, el acceso a los servicios financieros en México sigue siendo muy desigual. En el noreste del país, más próspero, cerca del 85% de los residentes tienen una cuenta bancaria, en comparación con solo el 68% en los estados sureños de Chiapas, Guerrero y Oaxaca, según un estudio realizado por NTT Data.

Nubank, actualmente el mayor prestamista digital de América Latina, obtuvo la aprobación preliminar para operar en México en abril y está a la espera de una segunda luz verde para convertirse en banco. El cambio le dará a Nu la oportunidad de establecer vínculos más fiables y rentables con sus clientes que con las tarjetas de crédito, donde las pérdidas tienden a ser mayores.

“Apostar por convertirnos en banco en México es un paso natural en nuestra estrategia a largo plazo”, afirmó Armando Herrera, director ejecutivo de las operaciones de Nu en México, en una declaración por escrito. “México es un pilar fundamental de nuestra estrategia global, al ser uno de los mercados más dinámicos y con mayor potencial de inclusión financiera de la región”.

En la práctica, la inclusión significa persuadir a los consumidores para que adopten los préstamos sobre nómina en lugar de las tarjetas de crédito, que pueden ser más propensas al impago. En México, las tarjetas no se utilizan simplemente como herramienta de pago, sino que a menudo son un recurso para obtener préstamos, según Gilberto García, director de inteligencia de la consultora Miranda Partners. Este riesgo es evidente en datos publicados por el regulador en septiembre, donde el indice de morosidad ajustado de algunos de los mayores emisores de tarjetas fintech supera los promedios del sector bancario: alrededor del 21% en Nu y el 31% en Klar.

Los prestamistas tradicionales siguen dominando —solo BBVA México posee alrededor del 22% de los depósitos de México y tiene más de 27 millones de clientes digitales— y están contrarrestando el auge de las fintech. Recientemente, BBVA renovó su aplicación móvil para hacerla más fácil de usar, mientras que Santander y Banregio lanzaron filiales totalmente digitales, Openbank y Hey Banco, para atraer a clientes más jóvenes.

“Nosotros abrazamos la innovación y hemos sido impulsores del ecosistema digital”, afirmó Hugo Nájera, director de banca minorista de BBVA. “Nos sentimos parte de la revolución fintech y creemos que esta competencia es buena para el sistema porque nos obliga a ser mejores”.

También están las grandes empresas de consumo. Walmart México lanzó su cuenta digital bajo la marca Cashi en agosto, y el gigante minorista y distribuidor de Coca-Cola, Fomento Económico Mexicano SAB, o Femsa, lanzó Spin by Oxxo en marzo de 2021. Pero, a diferencia de la nueva ola de bancos digitales con licencia completa, estas plataformas no han solicitado licencias bancarias y, en su lugar, operan con permisos más limitados que no les permiten conceder préstamos. Esto ha dificultado su expansión, especialmente en un mercado en el que los productos crediticios suelen ser el principal motor de nuevos clientes e ingresos.

“A pesar de la escala de sus empresas principales, tanto Cashi como Spin han enfrentado dificultades, lo que demuestra lo difícil que puede ser crecer sin actividad crediticia”, dijo García.

Incluso la aplicación china de transporte Didi está entrando en este espacio, ofreciendo tarjetas de débito y crédito. A medida que más actores se aglomeran en el mercado con diferentes modelos de negocio y estrategias regulatorias, la competencia se intensifica cada vez más.

“Cada uno va a competir en un mercado más fragmentado y habrá ganadores y perdedores en ambos bandos”, afirma Méndez. “Los ganadores van a ser los que logren tener una buena oferta digital y atraer a nuevos clientes”.

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