Español — La salida de Iberdrola de México es otro paso de Cox, una empresa de origen español que gestiona activos de energía y agua, para crecer en México y tener más poder entre sus competidores con un plan de inversión alineado con los esfuerzos del Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.
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La compañía presidida por Enrique Riquelme planea inversiones en México por US$10.700 millones hacia 2030 que incluye otros proyectos además de los de Iberdrola, según un comunicado.
“Esta transacción es transformacional para la compañía, elevando a Cox a un nuevo nivel en cuanto a tamaño y posicionamiento estratégico, y consolidándola como una utility integrada con un liderazgo sólido y reconocido en el mercado eléctrico mexicano”, señaló la empresa en el documento.
Las 15 centrales eléctricas en funcionamiento de Iberdrola México la colocan en el quinto lugar de los generadores privados de electricidad más grandes en México —sin considerar a la empresa estatal CFE— de acuerdo con una presentación a inversionistas de Cox.
Estos activos le darían a Cox lugar entre los cinco jugadores más relevantes, encabezados actualmente por el Fideicomiso de Inversión en Energía México (Fiemex), Saavi Energía, Valia Energía e Iberdrola en el segmento de producción de energía en el país.
Además de la compra de Iberdrola México por US$4.200 millones, que incluye la mayor suministradora de México con el 25% de cuota de mercado a través de 500 grandes clientes, la inversión de Cox contempla nuevos activos de energía por más de US$4.000 millones, según un comunicado de la firma.
Cox también prevé invertir en activos concesionales de agua en México por hasta US$1.500 millones, además de un Polo de Desarrollo para el Bienestar, un proyecto de parques industriales impulsado por el Gobierno mexicano para atraer inversiones y generar desarrollo económico en la región sur del país con significativos índices de pobreza.
La compañía prevé inversiones con la empresa estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) en nuevos proyectos de generación eléctrica.
El Gobierno de México reconoció en un comunicado el interés de Cox por invertir en el país en una operación apoyada por las instituciones bancarias Citi, JP Morgan, Bank of America, BBVA y Santander.
“Nos congratulamos por la inversión en nuestro país de Cox, empresa española especializada en energías renovables y agua, cuyo perfil se alinea con los planes de expansión del sector eléctrico y las metas del Plan México”.
La operación fue calificada como positiva por el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, en declaración a medios.
Hoy Cox, a través de diversas filiales, tiene presencia en múltiples continentes en países como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Panamá pasando por España, Francia y Marruecos, hasta la India y Sudáfrica.
La firma posee 13 GigaWatts en proyectos de generación eléctrica, más de 30.000 kilómetros de líneas de transmisión y gestiona el 10% de los activos instalados de desalinización y tratamiento de agua a nivel mundial.
La compañía de origen español surgió de la empresa fundada por Enrique Riquelme en 2014, Cox Energy Solar, y comenzó a crecer principalmente en el mercado español y chileno.
Su filial en México inició actividades en 2015 y dos años después obtiene un permiso del regulador para comercializar energía a usuarios calificados que demandan potencia superiores a 1 MegaWatt.
En julio de 2020, durante la pandemia de Covid-19, tras una reestructura como Cox Energy America, la firma comenzó a cotizar en la Bolsa Institucional de Valores de México (BIVA), la primera compañía solar en salir a un mercado de valores en Latinoamérica.
En 2023, la empresa compró los activos de Abengoa e integró sus capacidades en Coxabengoa para finalmente convertirse en Cox en septiembre de 2024.
El fondeo de esta nueva operación con Iberdrola será una combinación de 25% equity (acciones) y 75% deuda. La conclusión será entre el último trimestre de este año y el primero de 2026.
Las acciones de Cox Energy America en BIVA cerraron este jueves 31 de julio en MXN$29,29 por cada título, una caída de 8,4%. La capitalización de mercado es de EUR$828 millones (US$945 millones), según datos de Bloomberg.
El mercado mexicano
México es el segundo mercado eléctrico más importante de Latinoamérica y ofrece, según Cox, un amplio potencial para una mayor penetración y crecimiento del sector eléctrico.
El crecimiento de la demanda de energía en México se estima en 2,4% anual, según estimaciones de la Secretaría de Energía (Sener).
Cox mencionó que los fundamentos macroeconómicos de México son “sólidos” con una economía con calificación de grado de inversión.
Pero la economía mexicana pasa por un momento de desaceleración y estancamiento con un crecimiento que no supera el 1% del Producto Interno Bruto en medio de una crisis arancelaria con Estados Unidos, su principal socio comercial.
Además, desde 2018, el interés del Gobierno mexicano ha sido controlar el sector energético a través de su empresa estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE), luego de una apertura a la inversión privada en 2013.
Esta política, implementada con cambios administrativos y de leyes secundarias, ocasionó un tsunami de recursos legales de empresas en contra del Gobierno mexicano que incluyó a Iberdrola, posteriormente acusada de vender energía ilegalmente a través del modelo de sociedades de autoabasto.
El extinto regulador mexicano, la Comisión Reguladora de Energía, incluso multó a Iberdrola con MXN$9.145 millones en mayo de 2022, unos US$500 millones, por la venta ilegal de electricidad, una sanción que sigue en tribunales.
Un año después, Iberdrola decidió vender el 55% de sus activos de generación eléctrica al Gobierno de México en abril de 2023. La operación se realizó través de un complejo vehículo financiero que incluyó a un fondo federal, banca de desarrollo gubernamental y bancos privados.
Aunque el Poder Judicial frenó al Gobierno mexicano en sus intentos administrativos y legales para controlar el sector eléctrico, la aplastante victoria electoral en 2024 del partido gobernante Morena permitió modificar la Constitución para cambiar a los representante del poder judicial por elección popular, además de darle prevalencia a las empresas estatales CFE y Pemex por encima de las empresas privadas, aunque mantuvo esquemas para inversión conjunta.
Cuestionada sobre la posible venta de los activos restantes de Iberdrola en el país, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, declaró que las reglas son claras y no veía razones para la salida del gigante español.
Iberdrola detalló en un comunicado que la venta de activos en México responde a sus expectativas de inversión orgánica de EUR$55.000 millones en redes eléctricas de transporte y distribución en sus filiales de los Estados Unidos, Reino Unido, Brasil y España.
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El presidente de la Asociación Mexicana de Empresas Eólicas, Gerardo Pérez, comentó previamente que la salida de Iberdrola del país, según “gente interna” de la firma española, responde a su enfoque en el negocio de redes eléctricas, el cual carece de potencial en México porque es una actividad exclusiva del Gobierno, y no por la certidumbre jurídica del país.