Bloomberg Línea — La producción ilegal de cocaína alcanzó las más de 3.708 toneladas en el 2023 en el mundo, un 34% más que el año inmediatamente anterior y con ello ha alcanzado un nuevo récord, alertó la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
El mundo está experimentando un nuevo ‘boom’ de la cocaína impulsado por el alarmante aumento de la producción y la extensión de las redes que trafican con esta droga, según el informe Mundial sobre las Drogas divulgado este jueves.
De acuerdo a cifras de UNODC, las incautaciones mundiales de cocaína alcanzaron un récord de 2.275 toneladas, un aumento del 68% con respecto al período 2019-2023.
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“No se trata solamente de un aumento de las hectáreas sembradas con hoja de coca, sino que también hay un aumento de la productividad de esas hectáreas”, respondió a Bloomberg Línea en la presentación virtual del informe Leonardo Correa, coordinador regional de Análisis, monitoreo e investigación de la UNODC.
Correa se refirió al fenómeno del traslado de los cultivos de coca a zonas con mejores condiciones, donde es más fácil conseguir insumos químicos y enviar la cocaína al exterior.
Entonces, “el componente de producción está en una fase también de expansión, está en una fase de mejora, no solamente con más hectáreas, sino unas hectáreas en las cuales se puede producir más hoja, unas hojas que tienen más alcaloide y un aumento en la capacidad para extraer ese alcaloide”, comentó Correa.
En el reporte, UNODC asoció el aumento récord de la cocaína con la evolución del área cultivada con arbusto de coca en Colombia y a una actualización de los datos de rendimiento, que “llevó a una estimación de producción para ese país aproximadamente un 50% mayor que la calculada el año anterior”.
Asimismo, se refiere a un incremento de la concentración de la producción de hoja de coca y de la fabricación de cocaína en zonas de alto rendimiento en Colombia.
En cambio, explicó que el área dedicada a la producción de hoja de coca en Bolivia se estabilizó en 2023, en tanto que en Perú disminuyó ligeramente.
La violencia relacionada con el tráfico de cocaína ha sido especialmente visible entre los grupos criminales que operan en las Américas.
En Ecuador, por ejemplo, explican que la violencia se ha disparado: la tasa de homicidios pasó de 7,8 por cada 100.000 habitantes en 2020 a 45,7 por cada 100.000 en 2023.
Uno de los hallazgos es que cerca de la mitad de las incautaciones en Colombia y Perú no son de clorhidrato de cocaína, sino que se identifican como bases o pastas.
“Existen unas condiciones que hace que las bases se puedan camuflar mejor. Ahora hay unas tendencias en camuflaje químico en el cual esa sustancia se transforma y su detección es más difícil por parte de los puertos”, dijo Leonardo Correa.
Alerta por el consumo de drogas

En el mundo, el consumo de cocaína creció de 17 millones de usuarios en 2013 a 25 millones en 2023.
Una de las preocupaciones es el aumento en la prevalencia del consumo de cocaína entre personas de 15 a 64 años, pasando del 0,36% al 0,47% en ese mismo periodo.
De acuerdo a UNODC, Norteamérica, Europa Occidental y Central, y Sudamérica siguen siendo los principales mercados de cocaína, tanto por el número de consumidores en el último año como por los datos obtenidos del análisis de aguas residuales.
Se calcula que solo una de cada 12 personas con trastornos por consumo de drogas recibió algún tipo de tratamiento en 2023.
Además, en la última década, los países con mayores mercados de cocaína han visto un aumento en las muertes causadas directamente por su consumo.
En 2023, cerca de 316 millones de personas consumieron alguna droga (excluidos el alcohol y el tabaco); es decir, 6% de la población entre 15 y 65 años, frente a 5,2% de la población en 2013.
Con 244 millones de usuarios, el cannabis continúa siendo la droga más utilizada, seguido de los opioides (61 millones), las anfetaminas (30,7 millones), la cocaína (25 millones) y el éxtasis (21 millones).
El negocio de la droga se diversifica

El informe da cuenta de que los principales flujos de tráfico de cocaína siguen siendo desde los países andinos hacia Norteamérica y Europa, ya sea de forma directa o, en menor medida, a través de África Occidental y Central.
UNODC evidenció que la violencia y competencia que caracterizan el ámbito ilícito de la cocaína, “antes confinado a América Latina, se está extendiendo a Europa Occidental a medida que los grupos de delincuencia organizada de los Balcanes Occidentales aumentan su influencia en el mercado”.
Explicó que hay reportes de laboratorios destruidos casi que en toda Sudamérica, pero también en varios países de Europa.
También se reporta una dinámica de cultivos de coca en países de Centroamérica, a medida que la transformación de la planta ocurre cada vez más fuera de Sudamérica.
Esa diversificación de mercados abre espacios para nuevos actores criminales.
Del lado de la oferta, hay indicios de que la oferta de cocaína ya ha aumentado significativamente en regiones donde antes la demanda era limitada, como África o Asia.
Esto incluye países donde el consumo de cocaína solía ser bajo, como China y Japón.
Según el reporte, el tráfico ilícito de drogas genera cientos de miles de millones de dólares al año para los grupos del crimen organizado.
En este marco, las organizaciones criminales innovan constantemente para aumentar la producción, encontrar nuevas formas de tráfico, utilizar la tecnología para encriptar comunicaciones y potencializar la distribución.
Por lo tanto, desde UNODC sugieren que las instituciones encargadas de aplicar la ley requieren invertir en tecnología y formación altamente especializada para enfrentar los retos contemporáneos que presenta la cadena de suministro de drogas.
Los tentáculos del fentanilo

El coordinador regional de análisis de la UNODC, Leonardo Correa, señaló que el último informe global sobre drogas pone énfasis en el fentanilo, reconociendo su evolución de adulterante a producto con mercado propio.
“Inicialmente, el fentanilo se utilizaba más para cortar otras drogas y después, solo recientemente, comienza a aparecer un mercado específicamente dirigido al tema de fentanilo”, dijo.
Correa destacó la importancia de Centroamérica como zona de tránsito y producción, con implicaciones directas para toda la región.
Explicó que la reducción de la cantidad de muertes en Norteamérica, contrasta con un incremento en México asociadas a esta droga. “Entonces, es un problema que se va expandiendo y para el cual toda la región necesita mejorar sus capacidades”.
Advirtió además sobre la existencia de laboratorios en Centroamérica y los graves riesgos que implica el consumo del fentanilo.
Respecto a Sudamérica, aclaró que no hay evidencia de producción local, aunque sí uso como adulterante.
“Lo que predomina en términos de consumo de fentanilo en la región es que se utilice como sustancias de corte. Y dado que la dosis letal es tan baja, pues esto es un riesgo gigante”, dijo Correa.
Detalló que los accidentes que se han reportado en la región están más asociados con este fenómeno, antes que con el hecho de que se esté demandando como tal fentanilo en Sudamérica, como sí ocurre en Norteamérica.
Actualmente, el fenómeno del fentanilo en Latinoamérica está relacionado principalmente con el desvío de dosis provenientes del sector médico hacia el consumo ilícito.
En el informe, se explica que debido a los bajos costos de operación y reducidos riesgos de detección en las rutas de tráfico, el mercado de drogas sintéticas también se expande velozmente a nivel mundial, predominando los estimulantes de tipo anfetamínico (ETA) como la metanfetamina y la anfetamina (incluido el «captagón»).
Precisamente, las incautaciones de ETA alcanzaron un máximo histórico en 2023 y representaron casi la mitad de las incautaciones globales de las drogas sintéticas, seguidas de los opioides, incluido el fentanilo.
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