Bloomberg Línea — El desarrollo humano de América Latina y el Caribe está bajo presión, según el más reciente informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Mientras los avances sostenidos durante décadas en materia de desarrollo humano comenzaron a desacelerarse en 2010, la creciente incertidumbre en torno a la volatilidad económica y las tensiones geopolíticas plantean un reto a la región.
A ello se suman tres “nuevas amenazas” identificadas por el PNUD: una fragmentación social cada vez más profunda, un clima cada vez más cambiante y tecnologías en rápida evolución, que, de no ser afrontadas desde la “resiliencia” y una transformación en los enfoques de política, ponen en duda la capacidad de América Latina y el Caribe para avanzar en el desarrollo humano.
“Sin la resiliencia, el desarrollo será lento en el mejor de los casos y, en el peor de ellos, se revertirá”, advierte el informe. “La región necesita nuevas herramientas que estén alineadas con los desafíos de nuestros tiempos".
Desaceleración en el desarrollo humano
El PNUD documenta que el índice de desarrollo humano (IDH) en la región “disminuyó de un 0,7% constante entre 1990 y 2015, a un 0,3% en el quinquenio anterior a la pandemia, y a un 0,2% desde entonces, dando cuenta de un estancamiento en los avances“.
El IDH evalúa tres dimensiones clave: una larga vida y saludable, el acceso a la educación y un nivel de vida digno.
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La región, por ejemplo, redujo la población en condición de pobreza del 48% al 25% de 2000 a 2023, “pero no ha logrado consolidar una clase media estable”, según el reporte.
El 31% de la población se clasifica como vulnerable, es decir, que se encuentra justo por encima del umbral de la pobreza. Y la población en vulnerabilidad incrementó del 28% al 31% en las dos últimas décadas.
“El pensamiento tradicional sobre el desarrollo en la región asumía implícitamente una trayectoria lineal de movilidad social: una vez que las personas salían de la pobreza, avanzaban naturalmente hacia una clase media estable”, dice el informe. “Sin embargo, esta promesa ha quedado en gran medida incumplida en muchos países de la región”.
La incertidumbre se disparó en la región
El PNUD también evidencia el incremento de la incertidumbre mundial en enero de 2025 —que coincidió con el comienzo del segundo periodo presidencial de Donald Trump—, relacionada con la volatilidad económica y las tensiones geopolíticas. Sin embargo, el aumento en América Latina y el Caribe fue mayor.
Mientras que la incertidumbre global creció en un 77% en comparación con 2024, en la región se “disparó drásticamente al 101%”.
“Estos elevados niveles de incertidumbre ponen en evidencia la gran sensibilidad de la región frente a las amenazas globales“, dice el documento.

La sensibilidad no solo está relacionada con las denominadas “nuevas amenazas”, sino con amenazas estructurales subyacentes, como la desaceleración del crecimiento y la desigualdad, que confluyen en lo que se denomina una “policrisis”, ejerciendo presión en los tomadores de decisiones.
“Más de la mitad de la población de América Latina carece de mecanismos adecuados para enfrentar eventos adversos moderados sin sufrir repercusiones de largo plazo en su bienestar”, sostiene el reporte. “La incertidumbre genera miedo, un estado que es incompatible con la libertad”.
Tres amenazas que “presionan” el desarrollo
Tres amenazas están “presionando” el desarrollo de Latinoamérica y el Caribe, aunque su impacto regional dependerá de cómo se gestionen, de acuerdo con el PNUD: las tecnologías en rápida evolución, la profundización de la fragmentación social y un clima cada vez más cambiante.
1. Tecnologías en rápida evolución
El informe reconoce que la región ha estado avanzando en la expansión de infraestructura digital básica. No obstante, plantea que hay un rezago en infraestructura sofisticada y competencias digitales avanzadas en comparación con las “economías avanzadas”.
Para muestra, un botón: en América Latina y el Caribe solo el 2% de sus habitantes tiene acceso a redes 5G, mientras que en las economías avanzadas la cifra incrementa al 28%.
“Las diferencias en el acceso a internet son significativas, tanto entre los países de la región como al interior de cada uno. Los hogares con ingresos altos tienen, en promedio, casi el doble de probabilidades de tener acceso a Internet que los hogares más pobres (85% frente al 46%)”, dice el informe.

Pero hay más. Solo el 45% de los pobladores tienen habilidades digitales básicas, rubro que en las economías avanzadas asciende al 80%.
Una agravante de la brecha respecto a las economías avanzadas y los hogares con ingresos altos es que, en pleno auge de la inteligencia artificial (IA), “podría profundizar las desigualdades en el mercado laboral”, por ejemplo, en lugar de promover un crecimiento económico más inclusivo, según el PNUD.
2. Profundización de la fragmentación social
La fragmentación social, una característica propia de las sociedades de América Latina y el Caribe, comúnmente relacionada con la desigualdad económica, se acrecentó por cuenta de la incertidumbre y las crisis más recientes en sus países, según el reporte. ¿Cómo es visible? En fenómenos como la polarización política, entre otros.
“La confrontación entre grupos sociales, que antes era sutil y latente, se está volviendo explícitamente política”, dice el reporte.
Lo preocupante es que dicha fragmentación dificulta la gobernanza y, por ende, impacta las políticas relacionadas con los procesos de desarrollo humano.
“Puede incentivar que los gobiernos den prioridad a medidas de corto plazo orientadas a mejorar su aprobación pública a costa de realizar inversiones a largo plazo”, plantea el PNUD. “Además, puede intensificar las divisiones políticas, lo que dificulta cada vez más la construcción de acuerdos y limita la capacidad de respuesta a las demandas de los ciudadanos”.

Una muestra de la fragmentación social es que Latinoamérica y el Caribe es la región con mayor índice de polarización política del mundo (3,3 en una escala de 4).
Le siguen Asia-Pacífico (2,9), Europa Oriental y Asia Central (2,9), Oriente Medio y Norte de África (2,7), Europa Occidental y América del Norte (2,7).
La fragmentación también mina la confianza en el Gobierno, que en la región pasó del 43% en 2008 al 30% en 2023, y en la comunidad, que disminuyó del 60% al 54% en el mismo lapso.
El descontento con las instituciones gubernamentales sustentado en cifras desencadena otro fenómeno: que los latinoamericanos y caribeños “abandonen a los partidos políticos tradicionales y, a menudo, apoyen a líderes personalistas que se presentan como figuras antisistema”.
3. Un clima cada vez más cambiante
El cambio climático, del que se ha estado hablando desde hace décadas, es una realidad en la región, no en vano, en 2024 completó los cinco años más calurosos de toda su historia.
“En 2024, la temperatura promedio de la superficie en todo el continente americano fue 2,3°C mayor al valor promedio del período 1951-1980″, documenta el PNUD.
Las percusiones no solo son el número de muertes asociadas al calor, que en los últimos diez años incrementaron 140%, sino en la economía: la baja en la productividad relacionada con las altas temperaturas en América Latina y el Caribe provocó pérdidas de ingresos por un valor de US$1.780 millones en 2022, de acuerdo con el informe.
Lo desalentador, sin embargo, son las proyecciones en materia climática para la región. Estimaciones consignadas en el reporte apuntan a que el 31% de la población estará expuesta a riesgos asociados a fenómenos meteorológicos extremos agravados como sequías, olas de calor e inundaciones.

“A medida que aumente la frecuencia de los eventos relacionados con el cambio climático, sus impactos serán cada vez más matizados, complejos e interrelacionados”, señala el reporte. “La variabilidad climática y los fenómenos extremos ya amenazan la nutrición y la seguridad alimentaria e hídrica”.
Por cuenta de los fenómenos meteorológico asociados al cambio climático, el 28% de los habitantes de América Latina y el Caribe lidió con una inseguridad alimentaria moderada en 2023, mientras que otro 9% afrontó problemas graves en esta materia.
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