Bloomberg — El presidente Donald Trump ordenó un ataque contra un barco de presuntos narcotraficantes frente a la costa de Venezuela, matando a seis personas, el último de una serie de ataques que la Casa Blanca dice que son necesarios para proteger a los estadounidenses, pero que han suscitado dudas de los juristas.
Trump dijo en una publicación en las redes sociales que la embarcación estaba afiliada a una organización terrorista que no identificó. Un vídeo de 33 segundos incluido en el post mostraba una toma aérea de un barco que es alcanzado por un misil y explota en una bola de fuego.
Trump dijo que el barco estaba en aguas internacionales y que ninguna fuerza estadounidense resultó dañada en el ataque.
La administración ha atacado ya media docena de barcos en el sur del Caribe desde principios de septiembre, afirmando que las embarcaciones transportaban drogas con destino a EE.UU. Los ataques se han sumado a la tensión con el líder venezolano, Nicolás Maduro, que ya iba en aumento después de que la administración Trump enviara buques de guerra al sur del Caribe en agosto.
El jefe del Comando Sur de EEUU, el almirante Alvin Holsey, visita esta semana países clave del Caribe mientras la administración Trump envía fuerzas a la región en un intento de cercar a Venezuela. Holsey se reunirá con los líderes de Antigua y Barbuda, así como de Granada, a partir del martes, según la embajada estadounidense en Barbados.
Trump canceló recientemente el compromiso diplomático de EE.UU. con Venezuela, según personas familiarizadas con la decisión, lo que favorece el enfoque de línea más dura del secretario de Estado Marco Rubio y puede conducir a una mayor escalada. Trump ha sugerido que podría ordenar al ejército estadounidense que intensifique los ataques golpeando la infraestructura del cártel en tierra, una medida que también podría implicar arriesgados ataques contra objetivos militares venezolanos.
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Los ataques han sido criticados por demócratas, juristas y organizaciones no gubernamentales. Los demócratas del Senado forzaron la semana pasada una votación para intentar bloquear que la administración Trump lleve a cabo los ataques sin una autorización explícita del Congreso. Aunque el senador Rand Paul, republicano de Kentucky, patrocinó la medida y otro republicano votó a favor, no consiguió el apoyo suficiente de su partido para ser aprobada.
La Casa Blanca ha declarado que Estados Unidos se encontraba en un “conflicto armado no internacional” con los cárteles de la droga que inundan el país con drogas ilegales como el fentanilo. Aunque Venezuela es una nación de tránsito para la cocaína, la mayoría de los expertos creen que el fentanilo, más mortífero, procede de México.
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