Bloomberg — Una aplicación “compra ahora y paga después” que se ha convertido en una herramienta imprescindible en Venezuela para para adquirir todo tipo de productos, desde ropa hasta neumáticos, está dando un nuevo impulso a la moribunda bolsa del país, al tiempo que busca aliviar la carga financiera de sus socios comerciales.
La aplicación, llamada Cashea, se ha convertido en una fuente muy utilizada de crédito al consumo en Venezuela, un país azotado por la inflación, donde las severas restricciones impuestas por el gobierno a los bancos y a las entidades emisoras de tarjetas de crédito en los últimos años han asfixiado las formas de financiación más tradicionales. Para llenar ese vacío, Cashea ofrece una plataforma que permite a los consumidores comprar bienes y servicios a plazos sin intereses. La empresa asume el riesgo de impago y cobra una comisión a los minoristas afiliados.
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Cashea, que ha sido descargada en los teléfonos de 8 millones de venezolanos, respalda ahora una iniciativa para agrupar las cuentas por cobrar de los minoristas afiliados que venden productos a través de su plataforma, una forma de trasladar la carga de la concesión de crédito a los clientes. Los denominados certificados de financiación, que se originan a través de un corredor, se venden luego a Cashea con un descuento a través de la Bolsa de Caracas.
Cashea ya ha transferido a la bolsa certificados por un valor de US$40 millones desde que se lanzó la iniciativa en marzo, una cantidad equivalente al 45% del volumen total negociado en la bolsa, según datos recopilados por la empresa.

“Esta es la siguiente etapa de Cashea”, señaló en una entrevista su fundador, Pedro Vallenilla. “Estamos respondiendo al llamado de que la bolsa de valores sea un instrumento para dinamizar la economía”.
Si bien la plataforma ha contribuido a facilitar las ventas, también ha provocado una crisis de liquidez para los comerciantes, que ahora tienen más cuentas por cobrar en un país con una inflación mensual de dos dígitos y una moneda que se deprecia rápidamente. Los certificados están diseñados para aliviar esa presión, ya que Cashea utiliza una combinación de capital propio y financiación privada para comprar la deuda, con una tasa de descuento que oscila entre el 1% y el 5% del valor de las facturas.
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“Nuestra intención es seguir trabajando para construir herramientas financieras y comerciales para convertirnos en esa aplicación para las necesidades de todos los venezolanos”, afirmó Vallenilla.
Los vencimientos pueden ser de tan solo 14 días, el límite de crédito mínimo para los consumidores que utilizan Cashea, lo que aporta liquidez al mercado, y los certificados están vinculados al dólar, pero se emiten en bolívares.
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