Bloomberg — El gobierno de Venezuela ha desatado una nueva ola de represión mientras la oposición planea protestas en todo el país para denunciar la toma de posesión de Nicolás Maduro como presidente esta semana.
Alrededor de dos docenas de personas han sido detenidas desde principios de año, entre ellas un familiar del candidato presidencial opositor Edmundo González y Enrique Márquez, un duro crítico de las políticas de Maduro y ex vicepresidente de la Asamblea Nacional controlada por la oposición.
El régimen socialista se ha movilizado en todo el país a medida que aumentan las tensiones antes del prometido regreso de González a Venezuela el viernes para jurar como presidente, a pesar de las amenazas del gobierno de arrestarlo a su llegada. La represión de Maduro ha irritado incluso a sus aliados ideológicos en América Latina.
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Maduro, quien fue declarado ganador por la autoridad electoral sin presentar pruebas, se prepara para comenzar un tercer mandato consecutivo en la nación sudamericana rica en petróleo a pesar de la condena internacional.
Estados Unidos, la Unión Europea y otros países afirman que González obtuvo claramente la mayoría de los votos en las elecciones de julio, y que el gobierno de Joe Biden lo reconoció como presidente electo en noviembre. El gobierno de Maduro se ha burlado de esto y ha desplegado una cantidad inusual de fuerzas de seguridad en Caracas desde diciembre, incluidos puestos de control en carreteras y avenidas principales.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, dijo el miércoles que no asistirá a la investidura de su homólogo venezolano, citando el arresto de Márquez y otros. El izquierdista andino ha sido el líder mundial que ha visitado a Maduro con más frecuencia, viajando a Venezuela y la frontera para reunirse con él al menos cinco veces desde el inicio de su mandato en 2022.
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“Pedimos, desde nuestra propia lucha por los derechos humanos en Colombia, que se respeten para todos en Venezuela”, dijo Petro al anunciar su decisión de no asistir.
González dijo el martes que su yerno, Rafael Tudares, fue “interceptado por hombres encapuchados y vestidos de negro” y subido a una camioneta cuando llevaba a sus hijos, de 6 y 7 años, a su primer día de escuela.
Unos 10 activistas de Vente Venezuela, el partido que dirige la líder opositora proscrita María Corina Machado, han sido detenidos este mes en el estado de Trujillo. En los últimos días han aparecido en varias localidades del estado occidental pintadas y carteles que dicen “Maduro perdió” y “Edmundo ganó el 28 de julio”.
Machado, quien se encuentra escondida desde principios de agosto, dijo el martes que las fuerzas policiales estaban rodeando la casa y el barrio de su madre en Caracas. Carlos Correa, activista de derechos humanos y director de la ONG Espacio Público, también fue detenido en el centro de Caracas, dijo su esposa Mabel Calderín en una publicación en Instagram.
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Otro partido de oposición, Voluntad Popular, también denunció detenciones ilegales por parte de las fuerzas gubernamentales, diciendo en una publicación en X que 19 personas fueron detenidas solo el martes, incluidos “civiles, activistas y defensores de derechos humanos”.
González, un exembajador poco conocido antes de su campaña presidencial el año pasado, ha estado en plena campaña diplomática antes de la investidura de Venezuela, reuniéndose con Biden en la Casa Blanca, con Javier Milei de Argentina y con Luis Lacalle Pou de Uruguay en la última semana. Llegó a Panamá el martes por la noche para conversar el miércoles con el presidente José Raúl Mulino.
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