Bloomberg — Nicolás Maduro se postulará para un tercer mandato consecutivo como presidente de Venezuela, anunció el presidente de la Asamblea Nacional, descartando a otros candidatos socialistas
Maduro, de 60 años, llevará la bandera del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela en las elecciones, dijo Jorge Rodríguez a los legisladores el jueves. La autoridad electoral aún no ha fijado una fecha, pero el Gobierno de Venezuela ha acordado con la oposición que el país acudirá a las urnas en el segundo semestre de 2024.
“Con observadores internacionales o sin observadores internacionales en Venezuela, en 2024, habrá elecciones presidenciales”, dijo Rodríguez, “si no quieren venir, que no vengan”.
La celebración de una votación libre y justa es una condición clave para un acuerdo que Maduro y la oposición firmaron el año pasado en Barbados. Poco después de que se anunciara el acuerdo en octubre, la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, alivió temporalmente las sanciones del país a las industrias petrolera y aurífera de Venezuela, lo que llevó a una modesta reactivación de la economía.
La campaña será la primera disputada por los principales partidos de oposición desde 2013. Pero Estados Unidos ha dicho que necesita ver más compromisos de parte de Maduro si quiere que continúe el alivio de las sanciones.
Un paso clave es permitir que los candidatos prohibidos se presenten después de una revisión de sus casos por parte del poder judicial. María Corina Machado, que ganó de manera abrumadora las primarias de la oposición, todavía está esperando una decisión judicial sobre su prohibición de postularse para cargos públicos.
Sin nombrarla, Rodríguez descartó la posible candidatura de Machado a la presidencia. “No hay forma de que esta mujer sea candidata a nada en ninguna elección en Venezuela”, afirmó.
La popularidad de Maduro ronda el 25%, según la encuestadora Delphos con sede en Caracas, cerca de un mínimo histórico de cara a la campaña.
Para agitar el sentimiento nacionalista antes de las elecciones presidenciales, Maduro ha reavivado una disputa latente desde hace mucho tiempo con Guyana sobre el territorio rico en petróleo del Esequibo. El cuerpo de seguridad de Venezuela también ha aumentado la presión sobre miembros de la oposición y críticos del Gobierno, citando supuestas conspiraciones y complots contra el régimen.
Desde que asumió la presidencia después de que su mentor Hugo Chávez murió en 2013, Maduro ha recibido la condena pública de líderes extranjeros y organizaciones de derechos humanos. Se le acusa de ganar elecciones mediante fraude, llenar las instituciones estatales con aliados, encarcelar a críticos e impedir que opositores políticos se postulen para cargos públicos.
Durante su mandato, unos 7,1 millones de venezolanos han huido de la economía en crisis y de una inflación crónicamente alta en una de las peores crisis humanitarias del mundo. El colapso de la industria petrolera, columna vertebral de la economía y principal fuente de ingresos del Gobierno, se vio agravada por las sanciones impuestas por la Administración del expresidente de Estados Unidos Donald Trump. El miembro fundador de la OPEP bombea actualmente casi 800.000 barriles diarios de petróleo, una pequeña parte de su producción de hace una década.
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