Bloomberg Línea, de Washington DC — En los pasillos del Kennedy Center de Washington D.C., tras el sorteo de grupos para la Copa Mundial de la FIFA 2026 este viernes (5), había un sentimiento común entre muchos de los presentes: la fiesta carecía de sabor latino.
Para un torneo con México como coanfitrión, además de la relevante y creciente población latina, casi transversalmente en Estados Unidos, el evento se asemejaba más a una presentación del movimiento “Make America Great Again” del presidente Donald Trump.
La ceremonia fue vista por muchos observadores como una extensión de un mitin político de Trump, lo que explicaría la escasa cobertura de la prensa local: este sábado (6), periódicos de relevancia y prestigio como el New York Times y el Washington Post dedicaron notas a pie de página en su portada y artículos críticos a lo que consideraron un exceso de política en el evento.
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El sorteo culminó con un homenaje al invitado de honor de la fiesta, preparado por la FIFA, con los acordes de YMCA de Village People, el himno no oficial que acompañó a Trump durante su campaña electoral de 2024.
La estética, el ritmo y los protagonistas gritaron “USA”, lo que dejó a la delegación mexicana con la tarea de recordar al mundo que una parte fundamental del alma del torneo reside al sur del Río Grande (o al norte del Río Bravo para los mexicanos).
La publicación del calendario completo este sábado (6), con los partidos y sus respectivas ciudades, reforzó la sensación, ya que, a pesar del récord de 36 partidos de los equipos cabezas de serie en la primera fase, las ciudades mexicanas albergarán solo un partido —Uruguay vs. España, en Guadalajara—, esto sin contar, obviamente, los partidos de los anfitriones y los de EE.UU. y Canadá en sus respectivos territorios. La sensación de desconexión cultural fue resumida por Pablo Lemus Navarro, gobernador del estado de Jalisco, sede de una de las capitales futbolísticas más importantes del continente: Guadalajara.
En una entrevista con Bloomberg Línea tras el sorteo, en un evento en el Instituto Cultural Mexicano en Washington D.C., el gobernador expresó su valoración del evento.
“A quien organizó el sorteo, le digo con todo respeto que faltó un mexicano”, dijo Lemus. Para el gobernador, la ausencia de íconos mundiales de México habría sido un error de cálculo en la narrativa del evento.
“¿Dónde estaba [el boxeador mexicano] ‘Canelo’ Álvarez? ¿Dónde estaba [el piloto de Fórmula 1] ‘Checo’ Pérez abriendo alguna de las bolas? ¿O en la música, alguien como Alejandro Fernández?”, cuestionó Lemus. Los atletas elegidos para sacar los balones de los bombos de la FIFA fueron todos estadounidenses o canadienses: el exmariscal de campo de la NFL Tom Brady, la leyenda de la NBA Shaquille O’Neal, el beisbolista Aaron Judge de los Yankees de Nueva York y el canadiense Wayne Gretsky, considerado el Pelé del hockey sobre hielo.
Además, el evento no contó con la participación de ningún artista mexicano importante en los segmentos musicales de las festividades del viernes.
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Por otro lado, Lemus reconoció el valor diplomático del día, destacando la imagen de unidad proyectada por la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, junto a Donald Trump y el primer ministro de Canadá, Mark Carney.
“Es una imagen que proyecta unidad, trabajo en equipo y que somos pueblos hermanos”, dijo Lemus, quien enfatizó que, si bien el protocolo fue, en rigor, correcto, “ganó el grito de México” en la sala de conciertos del Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas, sede del sorteo de grupos del Mundial 2026.
Contraofensiva: infraestructura y sabor local
Tras un sorteo predominantemente al estilo estadounidense, los líderes de las tres ciudades anfitrionas mexicanas (Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey) presentaron su catálogo de atracciones prometidas para asegurar que, cuando el balón comience a rodar en junio de 2026, la experiencia sea inconfundiblemente mexicana.
La presentación del país como destino para turistas de todo el mundo se llevó a cabo inicialmente en un evento llamado Fiesta de México, celebrado poco después de la ceremonia organizada por la FIFA, a pocos kilómetros de distancia.
Samuel García, gobernador de Nuevo León, la región que alberga a la ciudad anfitriona Monterrey, llegó con un discurso centrado en la modernidad y la infraestructura, sin perder el toque norteño.
García destacó la construcción de las líneas de metro más largas del continente, diseñadas para conectar el aeropuerto directamente con la FIFA Fan Fest y el Estadio BBVA, conocido como El Gigante de Acero.
“Estamos construyendo la Torre Rise, que será la más alta de Latinoamérica”, dijo García, describiendo un Monterrey cosmopolita listo para recibir a equipos como Japón y Túnez, del Grupo F, como se confirmó posteriormente.
El gobernador no perdió la oportunidad de ofrecer un toque de humor gastronómico, prometiendo una fusión cultural única para los visitantes asiáticos: “Tendremos Japón: sushi con chicharrón de la Ramos y chiles toreados en salsa de soya para darle un toque picante”, bromeó, garantizando que el ambiente en el estadio será inigualable.
Por su parte, Jalisco apuesta por la tradición y la magnitud turística.
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Pablo Lemus destacó que su estado ofrecerá no solo fútbol, sino una experiencia integral que abarca desde la modernidad de Guadalajara hasta la tradición de sus Pueblos Mágicos, como Tequila y la región del río Chapala.
Con una previsión de 2.5 millones de visitantes durante los 39 días del evento, Jalisco se prepara para ser el epicentro de las festividades.
“Somos el único país del planeta que albergará una tercera Copa Mundial”, recordó un representante de turismo, enfatizando que para México esto no es solo un negocio, sino un legado histórico.
Ciudad de México: Una celebración más inclusiva
En medio de las críticas a la “americanización” del protocolo de la FIFA, la Ciudad de México “alzó la mano” con un discurso que enfatizó la autenticidad del torneo.
En entrevista con Bloomberg Línea, Alejandra Frausto, Secretaria de Turismo de la Ciudad de México, abordó directamente las preocupaciones sobre la falta de representación latina en el sorteo.
“En 188 días, los esperamos en la Ciudad de México y vivirán la celebración más mexicana de todas”, dijo la funcionaria que lidera las iniciativas turísticas de la capital mexicana en preparación para la Copa Mundial.
Frausto desestimó la frialdad del evento en Washington D.C. y prometió un ambiente radicalmente diferente: “Hoy estamos aquí con tacos al pastor, con mariachi, con sonidero, con el ambiente mexicano”, dijo, contrastando el ambiente corporativo de la FIFA con la calidez cultural de la capital.

El funcionario destacó un hecho histórico y político clave: la presencia de Claudia Sheinbaum.
“Nos sentimos muy representados por ella, la primera presidenta de nuestra historia”, declaró la Secretaria de Turismo de la Ciudad de México, quien agregó que la presidenta posee el conocimiento necesario para liderar al país durante un evento de esta magnitud.
La capital del país se está posicionando no solo como una sede deportiva, sino como una potencia turística capaz de absorber la demanda global.
Según ella, con 1.200 vuelos diarios y una oferta de 62.000 habitaciones de hotel (y más de 60 restaurantes con estrellas Michelin), la Ciudad de México se prepara para ser un importante centro logístico para el Mundial.
“Somos la ciudad con más museos, el principal destino urbano para el turismo LGBT+”, añadió Frausto, señalando que la ciudad tiene la capacidad de transformar el Mundial en un festival masivo con 30 eventos futbolísticos gratuitos.
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“El balón regresa a casa”
El mensaje de la delegación mexicana fue unánime: el dinero y los estadios gigantescos pueden estar en el norte, pero la pasión reside en el sur.
Como se mencionó en los discursos oficiales de la delegación, México apela a una historia que precede a la FIFA por milenios. “Hace más de 3.000 años, en México había un fuego sagrado: el fútbol americano”, recordó uno de los representantes de la Ciudad de México.
La narrativa para los próximos meses es clara.
Mientras Estados Unidos ofrece eficiencia y espectáculo al estilo del Super Bowl, la final de la NFL (Liga Nacional de Fútbol Americano), México promete el poder blando de su cultura, su gastronomía y su historia.
Como concluyó la delegación de la capital mexicana: en 2026, no solo se jugará fútbol americano; “La pelota regresa a casa”, una referencia al juego de pelota mesoamericano creado por el pueblo olmeca hace más de 3.400 años.









