Bloomberg — A pesar de los miles de millones invertidos en iniciativas de blockchain que prometen remodelar las finanzas, la idea de colocar activos tradicionales como bonos, fondos y créditos privados sobre raíles de blockchain aún no ha convencido a los grandes inversores institucionales.
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El mercado de los activos del mundo real tokenizados -promocionado durante mucho tiempo como el puente de las criptomonedas hacia las finanzas convencionales- sigue siendo pequeño, con un valor total de sólo US$25.000 millones, según JPMorgan Chase & Co (JPM). Y la mayor parte de esa cifra, según el banco, está impulsada por empresas criptonativas más que por los operadores tradicionales de Wall Street.
A pesar de todo el bombo, la base total de activos tokenizados sigue siendo “bastante insignificante”, escribieron en una nota reciente los estrategas de JPMorgan dirigidos por Nikolaos Panigirtzoglou. Entre los principales obstáculos se encuentran la fragmentación de la regulación transfronteriza, la inseguridad jurídica y la confianza limitada en la aplicabilidad de los contratos inteligentes, o programas informáticos basados en blockchain.
“Este panorama bastante decepcionante sobre la tokenización también refleja que los inversores tradicionales no ven hasta ahora la necesidad de ello”, escribió el equipo. “También hay pocas pruebas hasta ahora de que los bancos o los clientes pasen de los depósitos bancarios tradicionales a los depósitos bancarios tokenizados en blockchain”.
La tokenización -el proceso de crear representaciones basadas en blockchain de activos del mundo real como acciones o letras del Tesoro- se ha promocionado como una forma de hacer que los mercados financieros sean más rápidos, baratos y transparentes. En teoría, los fondos tokenizados podrían ofrecer una liquidación casi instantánea y desintermediar la infraestructura heredada. Pero esa visión sigue siendo en gran medida teórica.
Algunas empresas están experimentando. Fidelity Investments solicitó este año una clase de acciones “en cadena” de su fondo del mercado monetario del Tesoro. El gestor de ETF y fondos de inversión VanEck lanzó su fondo tokenizado VBILL con una exposición similar a la deuda pública. El fondo de liquidez digital de BlackRock Inc (BLK), BUIDL, alcanzó un máximo de US$2.900 millones en activos en mayo, antes de caer a US$2.300 millones a fecha de 6 de agosto, según el rastreador rwa.xyz.
Washington también está prestando atención. La Comisión del Mercado de Valores de EE.UU. lanzó recientemente el “Proyecto Crypto”, una nueva iniciativa bajo la presidencia de Paul Atkins para explorar cómo los mercados estadounidenses podrían adoptar la liquidación basada en blockchain.
Pero hasta ahora, la adopción en el mundo real sigue siendo escasa y poco profunda. La actividad del mercado secundario en bonos tokenizados y activos privados es mínima. Incluso los US$15.000 millones en créditos privados tokenizados citados por JPMorgan están muy concentrados entre un puñado de actores.
Aún así, los defensores argumentan que la tokenización está siguiendo una curva de adopción lenta pero inevitable, reflejando los primeros días de Internet o los ETF. Si mejora la claridad normativa y madura la infraestructura, algunos dicen que la tecnología podría acabar remodelando la fontanería de los mercados financieros.
Por ahora, los inversores tradicionales siguen viendo una utilidad limitada. El sistema financiero existente sigue haciéndose más rápido y eficaz, lo que socava la necesidad de un cambio radical, mientras persisten las preocupaciones sobre la claridad jurídica, el riesgo operativo y la fragmentación del ecosistema.
“Queda por ver cómo de efectivas serían las regulaciones a la hora de abordar los obstáculos y las preocupaciones de los inversores institucionales”, escribió JPMorgan, añadiendo que el interés institucional por las criptomonedas sigue limitándose en gran medida a la exposición al Bitcoin.
--Con la colaboración de Olga Kharif y Denitsa Tsekova.
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