En 2026, JPMorgan cree que América Latina ofrecerá lo que el mundo necesita

El banco identifica a la región como eje estratégico en el nuevo orden comercial, por su abundancia de minerales críticos, recursos energéticos y capacidad de integración con Estados Unidos y China.

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24 de noviembre, 2025 | 10:43 AM

Bloomberg Línea — La discusión global sobre seguridad, energía y nuevos flujos comerciales marcará la agenda económica de 2026. JPMorgan (JPM) Private Bank plantea que la región que concentra los insumos clave para esta transición será América Latina, especialmente Suramérica.

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El banco destaca que una combinación de recursos, ubicación y vínculos comerciales coloca a la región en el centro de portafolios globales que buscan adaptarse a un orden fragmentado.

La lectura del banco, publicada en sus proyecciones para 2026, sostiene que el abastecimiento de minerales, energía y productos agroindustriales será un eje estructural para los inversionistas. La tensión entre Estados Unidos y China abre espacio para que los países suramericanos ocupen posiciones estratégicas en cadenas de suministro, por lo que, para la entidad financiera, la región es dueña “de lo que el mundo necesita”.

América del Sur desempeña un papel fundamental. Posee muchos de los insumos críticos de los que depende la economía mundial y, en particular, la revolución de la inteligencia artificial”, dice el informe.

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JPMorgan sostiene que la reorganización del comercio mundial no reduce la importancia de la región, sino que la transforma en un punto de anclaje para sectores vinculados a tecnología, industria, energía y alimentos.

Suramérica en la nueva arquitectura económica

El informe sostiene que la región tiene un rol central por los recursos que aporta a la economía mundial y por su capacidad de integrarse con los dos grandes polos comerciales.

JPMorgan recuerda que los países suramericanos mantienen vínculos con Estados Unidos y China en un entorno de competencia geopolítica. El banco señala que la balanza comercial de varios países de la región muestra déficit con Estados Unidos, mientras China se consolida como su principal socio. El informe añade que esta relación responde a una década de mayor cercanía política entre varios gobiernos y Beijing.

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No obstante, afirma que, dejando a un lado la ideología, “Sudamérica posee los recursos críticos que requiere la economía global. La región representa el 40% de la producción mundial de cobre y el 38% de las reservas mundiales”.

Dentro de esta estructura, Chile destaca con 27% de la producción mundial del metal rojo y capacidad para abastecer sectores cuya demanda se intensifica por la proliferación de tecnologías basadas en IA. Perú complementa este panorama al albergar las mayores reservas de plata del planeta, mientras que México se sitúa como el principal productor, lo que amplía el mapa de insumos estratégicos asociados a manufacturas avanzadas y tecnologías de precisión.

El informe también remarca la relevancia del lito y su papel en el almacenamiento energético. En este campo, Chile y Argentina ocupan el primer y tercer puesto mundial en reservas económicamente explotables, lo que les otorga un rol central en el suministro para baterías, vehículos eléctricos y sistemas de soporte para centros de datos.

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JPMorgan destaca que en Argentina existe un renovado interés por Vaca Muerta, en un momento en el que Estados Unidos busca diversificar sus fuentes de energía y reforzar la seguridad de abastecimiento, frente a un escenario internacional cada vez más fragmentado.

En materia petrolera, la región exhibe una heterogeneidad que el documento considera estratégica. Venezuela posee las mayores reservas probadas de crudo del mundo, mientras que Brasil es el mayor productor de petróleo de América Latina, además de ubicarse como segundo exportador global de hierro.

El informe destaca que todos estos materiales adquieren un valor mayor por el crecimiento de la demanda energética derivada de la inteligencia artificial. “Esta abundancia de recursos es especialmente importante, ya que la revolución de la inteligencia artificial acelera la demanda de energía y semiconductores, lo que aumenta la necesidad de minerales críticos”, plantea el documento.

Piscinas de salmuera en una mina de litio de SQM en el salar de Atacama, en el desierto de Atacama., Chile.

El banco agrega que inversiones en puertos, carreteras y ferrocarriles amplían la capacidad exportadora, mientras el nearshoring y la ampliación de rutas logísticas refuerzan el papel de la región en el comercio con Asia y Norteamérica. El texto cita la expansión del Canal de Panamá y la modernización de puertos en Brasil como ejemplos de esta tendencia.

El dólar y el oro en un mundo fragmentado

El informe sostiene que el proceso de fragmentación global modificará múltiples variables, pero no alterará el papel del dólar. El documento afirma que “la moneda estadounidense sigue siendo el sistema operativo de las finanzas mundiales, y creemos que su posición es segura”.

El banco explica que el dólar mantiene cerca de 60% de las reservas globales, casi la mitad de los pagos vía SWIFT y una amplia mayoría de las transacciones cambiarias del mundo. Este dominio persiste incluso en un entorno donde algunos gobiernos buscan reducir su exposición a sanciones o tensiones geopolíticas.

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Aun así, JPMorgan prevé que los inversionistas continuarán revisando fuentes alternativas de reserva. El informe indica que el uso del dólar como un arma de sanciones “incentiva la diversificación” y recuerda que la congelación de reservas rusas impulsó compras masivas de oro por parte de los bancos centrales.

Precisamente, el interés por el metal responde a su condición de activo que no depende de contrapartes emisoras. El banco señala que “el oro ha subido más del 50% en lo que va de 2025, alcanzando su máximo histórico ajustado a la inflación” y proyecta que el metal podría registrar otro avance relevante en 2026.

El documento también menciona la expansión de las criptomonedas en este contexto. JPMorgan afirma que “la capitalización bursátil de las criptomonedas supera ahora los US$4 billones, frente a los US$2 billones de principios de 2024” y explica que un entorno regulatorio más estable en Estados Unidos facilita su uso como reserva de valor marginal.

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El banco sugiere que no se anticipa el fin de la hegemonía del dólar, pero sí una creciente demanda marginal por diversificación vía oro, bitcoin, stablecoins y exposición a monedas no estadounidenses mediante inversión en acciones globales sin cobertura cambiaria.

Inversión, acciones y estrategia para 2026

El informe de JPMorgan sostiene que la fragmentación global impulsa tres ejes de inversión: resiliencia, seguridad y alineación regional. Según el análisis, estos ejes permiten identificar sectores con capacidad de aprovechar el reordenamiento de cadenas de suministro.

El documento explica que la reorganización industrial abre espacio para sectores como infraestructura, transporte, servicios públicos, energía, semiconductores y minerales críticos.

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Para los portafolios globales, el banco propone ampliar la exposición a regiones con activos ligados a estas tendencias. El informe sostiene que América del Norte concentra oportunidades por la relocalización industrial, mientras Europa y Japón enfrentan precios energéticos más altos. En paralelo, Asia mantiene un papel clave en manufactura, tecnología y comercio intrarregional.

En paralelo, el documento afirma que los recortes de tasas de la Reserva Federal pueden “impulsar activos de riesgo como las acciones globales y el crédito”. JPMorgan indica que un entorno de tasas de corto plazo más bajas y un crecimiento económico estable favorece otra fase positiva para los portafolios multi-activos, incluso después de un año en el que los mercados ya acumularon avances sólidos.

El documento resalta que “las acciones tecnológicas siguen impulsando las ganancias del mercado”, a la vez que descarta señales que indiquen la proximidad de una burbuja.

Traders At The New York Stock Exchange As Wall Street On Hold In Run-Up To Nvidia, Jobs Data

JPMorgan describe un entorno en el que la consolidación del avance tecnológico refuerza la posición de las grandes compañías vinculadas al desarrollo y la infraestructura de IA, lo que incide de manera directa en los sectores de mayor peso dentro del mercado estadounidense.

“Sí, las acciones tecnológicas siguen impulsando las ganancias del mercado, pero no, no creemos que haya una burbuja a punto de estallar”, dice el informe.

Por otro lado, el análisis identifica a los bancos como uno de sus sectores de preferencia al señalar que una curva de rendimientos más empinada puede favorecer sus resultados.

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Además, para los analistas, la búsqueda de alternativas al dólar también impulsa estrategias con exposición selectiva a oro, energía y activos de cobertura ante riesgos geopolíticos. El informe añade que “el capital privado en petróleo y gas, el oro y las materias primas energéticas podrían servir como valiosas coberturas frente al riesgo geopolítico”.

JPMorgan sostiene que la diversificación regional dentro de portafolios de acciones es un componente central en la estrategia de largo plazo. El texto indica que la combinación de inversiones en infraestructura, energía, logística, tecnología y minerales refleja los retos de un mundo que redefine rutas comerciales y capacidades productivas.

32 lingotes de oro de un kilo reposan sobre una mesa en la tienda y sala de exposición de lingotes Sharps Pixley, en Londres.

Para los analistas, 2026 se perfila como un periodo en el que la fragmentación abre riesgos, pero también nuevas oportunidades para inversionistas que busquen exposición a regiones con recursos estratégicos y capacidad de integrarse a múltiples esferas económicas.

En ese mapa, América Latina figura como un ancla para el abastecimiento global y como un componente relevante en los portafolios que intentan anticipar la próxima fase del ciclo económico.

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