¿Hasta dónde caerá el dólar en América Latina? Los riesgos locales pesarán aún más en 2026

Las monedas de América Latina brillaron en 2025 gracias a tasas reales elevadas y condiciones externas favorables, pero el nuevo ciclo electoral y los desequilibrios fiscales amenazan con revertir la tendencia en 2026.

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U.S. one-hundred dollar banknotes are arranged for a photograph in Hong Kong, China, on Thursday April 23, 2020. Photographer: Paul Yeung/Bloomberg
04 de diciembre, 2025 | 11:18 AM

Bloomberg Línea — El dólar ha atravesado un ciclo de debilitamiento frente a las monedas latinoamericanas a lo largo de 2025, impulsado por condiciones financieras globales favorables, mejora en los términos de intercambio y una expansión sólida de la economía mundial.

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Las divisas de Brasil, México, Chile, Colombia y Perú lograron rentabilidades de dos dígitos, según Deutsche Bank, en un entorno de baja volatilidad cambiaria y creciente atractivo de los rendimientos reales. Sin embargo, 2026 plantea un panorama menos homogéneo.

Los riesgos internos se vuelven protagonistas. El año estará marcado por elecciones presidenciales en Colombia, Perú, Brasil y los efectos de la segunda vuelta y elección presidencial en Chile. Además, México atravesará una revisión crítica del tratado T-MEC, y su Suprema Corte tendrá un papel central en redefinir el entorno institucional.

En este contexto, la atención de los mercados se desplazará del entorno internacional hacia los fundamentos fiscales, externos y políticos de cada país.

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Billetes de dólar estadounidense.

En el caso de Brasil y Colombia, los analistas advierten que las vulnerabilidades macroeconómicas exigen respuestas urgentes. Según Francisco Campos, Carlos Múñoz-Carcamo y Drausio Giacomelli, “el foco de los mercados será particularmente intenso en Brasil y Colombia, donde desequilibrios macroeconómicos relativamente amplios hacen más apremiante la necesidad de políticas correctivas”.

Riesgos fiscales y ciclo electoral

La tendencia de apreciación de las monedas latinoamericanas podría prolongarse si persisten las condiciones externas actuales. No obstante, el margen de protección que ofrecen las tasas altas y el entorno internacional se reduce frente a escenarios de deterioro fiscal o incertidumbre electoral prolongada.

Deutsche Bank sostiene que “las condiciones financieras externas favorables, junto con las elevadas tasas de interés ofrecidas por los países con mayores desafíos fiscales —específicamente Brasil y Colombia— probablemente seguirán ‘comprando tiempo’ para estos países en tanto las operaciones de carry trade conserven su atractivo”.

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Este respiro, sin embargo, no implica sostenibilidad estructural. En el caso brasileño, el déficit fiscal no logró revertirse y la posición externa también se debilitó por un aumento de las importaciones.

“Brasil ya enfrenta un gasto público elevado, y un mayor deterioro fiscal podría desencadenar una nueva volatilidad, en medio de una posición de financiamiento externo que se está deteriorando”, advierte el informe. El episodio de ventas masivas del real en 2024 fue provocado por una expansión tributaria inesperada por BRL$35.000 millones, lo que elevó las expectativas de gasto en pleno ciclo electoral.

La elección presidencial brasileña en octubre representa el principal catalizador de volatilidad. “El resultado altamente incierto, que presenta escenarios binarios para el real, conlleva el riesgo de un aumento del gasto fiscal durante la campaña”, señala el reporte. El banco alemán ve al dólar en BRL$5,2 hacia finales de 2026.

Un cliente retira billetes de reales brasileños en un cajero automático en São Paulo, Brasil.

En Colombia, la situación es igualmente compleja. La política fiscal se ha deteriorado tras la activación de la cláusula de escape de la regla fiscal, y el banco central enfrenta un escenario adverso. Los analistas de la entidad financiera ahora ven al dólar a COP$4.000 para finales del próximo año.

“Las expectativas de inflación desancladas son el principal motor de esta revisión, pero la dinámica inflacionaria en curso, la mayor sensibilidad de las expectativas a las sorpresas, el ritmo de la actividad económica y el deterioro de las cuentas fiscales y externas refuerzan el caso para aumentos de tasas”, afirma Deutsche Bank.

El caso de Chile, Perú y México

El debilitamiento del dólar frente a las monedas regionales en 2025 fue generalizado, pero 2026 introduce matices importantes. Brasil, México y Chile aparecen como candidatos a extender sus ganancias, mientras que Colombia y Perú enfrentan mayores límites.

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“Mantenemos una visión constructiva para las divisas de América Latina en 2026 tras un 2025 estelar que vio rentabilidades totales de dos dígitos para las cinco monedas bajo nuestra cobertura”, escribieron Campos, Múñoz-Carcamo y Giacomelli.

En cuanto al peso chileno, se proyecta una apreciación gradual apoyada por un eventual cambio político. “Una reducción de los impuestos corporativos, desregulación y consolidación fiscal deberían atraer entradas extranjeras y aumentar el crecimiento potencial, lo que a su vez fortalecería el peso”, dice el informe. Los analistas creen que el dólar cerraría 2026 en CLP$870.

La visión sobre Perú es más cauta, dadas las sobrevaloraciones actuales y una pausa en la mejora de la cuenta corriente. Para los analistas, el entorno macro es favorable, pero los niveles alcanzados por el tipo de cambio y el ciclo político introducen límites.

Imagen del sol peruano

El informe considera que “las valoraciones elevadas y una detención en la mejora de la cuenta corriente deberían limitar una mayor apreciación en 2026 y 2027”. El dólar cerraría 2026 en PEN$3,30.

Por último, el peso mexicano sigue siendo uno de los activos más sólidos por su acceso privilegiado al mercado estadounidense. “El país se ha beneficiado de aranceles más bajos en comparación con sus pares y ha aumentado su cuota de mercado en Estados Unidos en industrias clave como maquinaria y automotriz”, destaca el documento.

A ello se suma la continuidad de un entorno de baja volatilidad cambiaria y tasas reales todavía atractivas. Para los analistas del banco alemán, el tipo de cambio cerraría 2026 en MXN$18 por dólar.

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Más allá del dólar

Las proyecciones de Deutsche Bank para América Latina en 2026 trascienden el comportamiento de las divisas. El informe detalla un conjunto de riesgos macroeconómicos vinculados a la inflación, la política monetaria y los desafíos fiscales, que configuran un panorama de elevada heterogeneidad entre países.

En materia inflacionaria, las trayectorias previstas son divergentes. Chile y Perú se aproximan a sus metas de inflación, mientras que México podría mantenerse en el techo del intervalo objetivo.

Brasil enfrenta una combinación de inercia inflacionaria y expansión del consumo debido a estímulos tributarios, mientras Colombia presenta el panorama más complicado.

Imagen del peso chileno

Según el informe, este último país “enfrenta la perspectiva inflacionaria más desafiante debido a una combinación de inercia, un posible aumento sustancial del salario mínimo, expectativas de inflación desancladas y un gasto fiscal persistente”.

Este entorno se refleja en las decisiones de política monetaria. Chile y Perú habrían completado su ciclo de normalización, y México retomaría los recortes tras una pausa en el primer trimestre.

Brasil iniciaría un ciclo de relajación monetaria hacia finales del primer trimestre, condicionado por debilidad económica e inflación contenida. Colombia, en contraste, iniciaría un ciclo de endurecimiento, con un Banco Central que mantendría condiciones restrictivas durante todo 2026.

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“Revisamos recientemente nuestro panorama de tasas y ahora prevemos que el BanRep entre en un ciclo de alzas a más tardar en su primera reunión de 2026”, sostiene el informe.

El segmento de renta fija también refleja estas diferencias. En Brasil, los analistas recomiendan comenzar el año con una estrategia de duración larga, para luego revertir la posición a medida que aumenten los riesgos políticos y fiscales.

Sede del Banco de la República de Colombia, en Bogotá.

En Colombia, el endurecimiento monetario previsto podría generar oportunidades de rendimiento en la parte corta de la curva. “Prevemos que el ciclo comience a principios de año, y el BanRep tendrá que calibrar el volumen del ajuste según el anuncio del salario mínimo y la brecha fiscal”, indica el informe.

Esta combinación de endurecimiento y eventual desaceleración económica permitiría un aplanamiento bajista que favorece posiciones en tramos intermedios.

En el caso de México, las condiciones políticas se consideran estables, y los rendimientos estarían más influenciados por la dinámica inflacionaria de Estados Unidos.

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Los analistas estiman que los bonos soberanos podrían ofrecer ganancias superiores a 150 puntos básicos si se mantienen la consolidación fiscal gradual y la estabilidad del tratado T-MEC.

En Perú, las tasas largas se consideran una opción defensiva ante la volatilidad política. “La deuda de Perú ofrece estatus de activo seguro dentro de la región y entre los mercados emergentes”, afirman los estrategas.

El informe también identifica riesgos externos. Entre ellos, destacan la posible reactivación de tensiones comerciales por parte de Estados Unidos, así como el impacto de las reformas estructurales en China sobre la demanda de materias primas.

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