Bloomberg Línea — El cobre alcanzó un nuevo máximo de 16 meses en la Bolsa de Metales de Londres, impulsado por una sucesión de recortes en las proyecciones de producción minera.
El precio subió hasta un 0,5% para tocar los US$10.815 por tonelada, luego de que Teck Resources recortara su guía de producción para la mina Quebrada Blanca en Chile.
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Los problemas en Quebrada Blanca se suman a una lista creciente de contratiempos operativos que incluye accidentes y conflictos en minas clave de Chile, República Democrática del Congo e Indonesia. El metal rojo acumula una subida del 23% en 2025 por la preocupación de una débil oferta que supera el impacto de la débil demanda en las principales economías industriales.
Desde UBS, el equipo encabezado por Dominic Schnider y Wayne Gordon destaca que los factores de oferta están tomando un rol central en el panorama del cobre. “El crecimiento proyectado de la oferta minera está cada vez más en riesgo debido a los persistentes desafíos de suministro”, afirman.
El banco suizo elevó su proyección para septiembre de 2026 a US$11.500 por tonelada desde los US$11.000 previos y adelantó en un trimestre el resto de sus estimaciones. A corto plazo, reconoce que la actividad manufacturera más débil hacia fin de año plantea dudas sobre la fortaleza de la demanda, pero considera que el mercado ya ha internalizado parte de ese riesgo.

El informe señala como detonante clave la suspensión de operaciones en la mina Grasberg, de Freeport-McMoRan, tras un deslizamiento de tierra en septiembre. “La empresa declaró fuerza mayor en sus contratos y espera que la producción se vea materialmente afectada hasta 2027”, advierte UBS.
Según el nuevo guidance, la producción estimada para 2026 en Grasberg cayó un 35%, lo que implica una reducción de 270.000 toneladas métricas. A esto se suman interrupciones adicionales en Kamoa-Kakula y El Teniente, además de protestas sociales en Perú.
En cuanto al equilibrio del mercado, UBS proyecta déficits de 53.000 toneladas en 2025 y de 87.000 toneladas en 2026, con un crecimiento de la demanda de cobre refinado del 2,2% y 2,9% respectivamente.
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Desde una visión inversora, UBS mantiene su preferencia por estrategias de venta de volatilidad. “Seguimos favoreciendo la venta de riesgos bajistas de precio para obtener un rendimiento adicional, lo cual ofrece una atractiva relación riesgo-retorno en el corto plazo”, argumentan. A largo plazo, sin embargo, apuestan por posiciones largas directas sobre el metal.
Citi anticipa un cobre en US$12.000
En una visión aún más agresiva, Citi (C) revisó al alza sus proyecciones para el cobre, impulsado por la confianza en que el mercado sabrá mirar más allá de los temores coyunturales de demanda.

Según Tom Mulqueen, el banco estadounidense ahora espera que el cobre alcance los US$11.000 por tonelada en un horizonte de 0 a 3 meses frente a los US$10.500 previos y promedie US$12.000 hacia el segundo trimestre de 2026.
Sin embargo, destaca que “varios catalizadores podrían llevar al cobre a los US$12.000 mucho antes”, entre ellos un posible nuevo presidente de la Reserva Federal con sesgo dovish, un acuerdo entre China y EE.UU. alrededor de la cumbre del APEC, una eventual anulación de tarifas por parte de la Corte Suprema de EE.UU., y nuevas medidas fiscales expansionistas del gobierno de Donald Trump.
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Mulqueen explica que su “hipótesis base revisada apunta a un alza inmediata a US$11.000 por tonelada para el cobre”, y añade que esperan "que las preocupaciones sobre la devaluación monetaria y las expectativas futuras de déficits físicos de mercado eclipsen los temores actuales sobre el crecimiento y el empleo en EE.UU.”.
Incluso, el equipo de Citi introdujo el 3 de octubre una operación de compra de cobre a seis meses, apuntando directamente a los US$12.000 como objetivo. Ambos bancos coinciden en que, pese a las dudas de corto plazo, el horizonte hacia 2026 se vuelve cada vez más favorable para este commodity.