Bloomberg Línea — Las economías de América Latina atraviesan distintos niveles de desequilibrio fiscal y externo, con algunas excepciones, en un momento en que varios países se preparan para elecciones presidenciales en el mediano plazo.
En este contexto, la consultora Black Toro —con presencia en Argentina y Estados Unidos— elaboró un diagnóstico país por país, enfocado en los desbalances macroeconómicos y las oportunidades que podrían surgir ante eventuales cambios políticos.
El análisis fue presentado, en el marco de una reunión con clientes en la que se abordaron temáticas de economía global, por Fernando Marengo, economista jefe de la firma, quien estructuró la comparación regional en base a un gráfico de cuatro cuadrantes.
En el eje horizontal ubicó el resultado fiscal y en el eje vertical la cuenta corriente. A partir de esa matriz, explicó cómo se ubica cada economía entre los extremos de superávit y déficit, y advirtió que no siempre estar en el cuadrante “ideal” —el de superávit fiscal y externo— es señal de solidez.
“Todos quieren estar en ese cuadrante, pero no necesariamente es tan bueno. Yo puedo tener un superávit de cuenta corriente por una gran de salida de capitales”, planteó. En esos casos, el gasto interno cae, bajan las importaciones y mejora artificialmente la cuenta corriente. Por eso, sostuvo Marengo, los datos hay que leerlos con contexto.
Con ese enfoque, repasó la situación de cada país, los factores que explican los desequilibrios actuales y los movimientos que podrían darse en el escenario político y económico del próximo año. A continuación, el diagnóstico y las señales que dejó en cada caso:
Los países con posibles trades electorales

Marengo trazó un hilo conductor entre cuatro de los países analizados. “Brasil, Chile, Colombia, Perú y Bolivia tienen elecciones presidenciales entre 2025 y 2026. Hoy todos tienen gobiernos de centroizquierda y el mercado espera que puedan girar hacia opciones más promercado. Si eso ocurre, las valuaciones deberían empezar a subir”, planteó.
En ese sentido, consideró que puede haber oportunidades de inversión anticipándose a ese giro político. “Quizás hay un trade electoral en la región”, resumió.
Luego, analizó la situación de cada uno de ellos:
Brasil: desequilibrio con colchón
Brasil mostró un deterioro en sus cuentas fiscales y externas.
Según expuso Fernando Marengo, el país pasó de tener un déficit fiscal de menos de 8 puntos del PBI en 2023 a más de 8 en 2024, mientras que el desequilibrio externo trepó de 1 punto a 3.
Parte de este deterioro se explica por la persistencia de la inflación, que obligó al Banco Central a subir la tasa de política monetaria del 10% al 15% en el último año, lo que a su vez encarece el financiamiento del gobierno.
Marengo destacó que de los más de 8 puntos de déficit fiscal, casi 7 corresponden al pago de intereses de deuda.
Por otra parte, subrayó que Brasil cuenta con un colchón clave: el Banco Central tiene un alto nivel de reservas internacionales, lo que le permite intervenir en el mercado de cambios cuando es necesario. “Ningún país es flotador puro. Todos intervienen cuando el tipo de cambio se deprecia”, afirmó el economista.
Colombia: credibilidad en juego
Marengo señaló que el país tenía un déficit fiscal de 4 puntos del PBI en 2023, pero que superó los 7 puntos en 2024. Este desajuste, según su óptica, generó preocupación en los mercados y obligó al presidente Gustavo Petro a tomar medidas.
Entre ellas, reemplazó al ministro de Economía y lanzó un nuevo programa fiscal con el objetivo de recuperar credibilidad ante los inversores.
Chile: fuga silenciosa
En el caso de Chile, el cambio más evidente apuntado por Marengo está en el clima de negocios. En ese sentido, explicó que, desde el estallido social de 2019, muchos empresarios sienten que el país ya no ofrece las mismas certezas que antes. Esto se ha traducido en una caída de la inversión y en una creciente salida de capitales.
“Cuando uno va a Chile, lo que encuentra es desazón”, describió. El fenómeno también se refleja en las consultas que recibe la oficina de su consultora en Miami, donde chilenos preguntan por primera vez cómo abrir cuentas bancarias en Estados Unidos.
Bolivia: sin reservas ni gas
Marengo calificó la situación boliviana como una de las más delicadas de la región. El país ya partía de desequilibrios gemelos —fiscal y externo— y en el último tiempo se agravaron aún más. Según detalló, en 2023 Bolivia tenía un déficit fiscal de 11 puntos del PBI y un déficit externo de 3, y hoy ambos son incluso mayores. El diagnóstico fue directo: Bolivia se quedó sin reservas internacionales y sin gas.
Ante esta situación, Marengo contó que algunos empresarios bolivianos están buscando asesoramiento de economistas argentinos para entender cómo fue la salida de la convertibilidad 1 a 1 con el dólar en Argentina, temiendo atravesar una crisis de características similares. “Cuando explota, quiere decir que hiciste una corrección muy violenta. Y cuando eso pasa, también aparecen oportunidades. En Argentina, después de la convertibilidad, estaban por todos lados las oportunidades".
Los casos de México y Argentina

Más allá de los Gobiernos que afrontarán elecciones en el próximo año calendario, el economista jefe de Black Toro también analizó a la segunda y a la tercera economía de América Latina. Sobre ellas, reflexionó:
México
En primer lugar, aclaró que México hoy no está entre los más desbalanceados, pero enfrenta otros desafíos. “Es de las economías más directamente afectadas por la incertidumbre en torno a la política comercial de Estados Unidos”, dijo. Esa incertidumbre frena decisiones de inversión y afecta las proyecciones de crecimiento.
A eso se suman otros factores “negativos”: esfuerzos de consolidación fiscal que enfrían la demanda, una política monetaria aún restrictiva y el ruido generado por las reformas judiciales. “Todo eso lleva a esperar un año de recesión o, como mucho, crecimiento muy bajo”, explicó. Aun así, consideró poco probable un nuevo rebrote inflacionario. El mercado espera que la inflación cierre el año en torno al 4%, dentro del rango del Banco Central.
Argentina
Marengo recordó que, en 2023, Argentina estaba en el cuadrante de doble déficit: 5 puntos de rojo fiscal y 3 de déficit externo. En 2024, pasó al cuadrante de los superávit gemelos. “¿Cómo hizo? El sector público hizo un ajuste de más de 5 puntos del producto. Cuando ese sector pasó a superávit, toda la economía se volvió superavitaria”, sostuvo.
Sin embargo, aclaró que el primer semestre de 2025 muestra un nuevo déficit de cuenta corriente, de US$5.191 millones. Pero remarcó que, a diferencia de otras épocas, esta vez ese déficit no lo genera el Estado sino el sector privado. “Históricamente, el déficit externo en Argentina venía del sector público: el Estado emitía, el mundo financiaba, hasta que un día le decían ‘no te presto más’, y la economía volaba por los aires. Ahora el déficit lo está generando el sector privado. Es algo completamente distinto a lo que vimos en la historia reciente del país”.