Bloomberg Línea — La segunda mitad de febrero fue de expectativa para los 1.300 millones de católicos en el mundo y el propio Vaticano. El papa Francisco, que ingresó el 14 de este mes al Hospital Universitario Agustino Gemelli, en Roma, por una crisis respiratoria, continúa internado por un cuadro de neumonía y su pronóstico médico sigue siendo reservado.
Francisco, de 88 años, ha sido hospitalizado otras tres veces desde que se convirtió en el líder del catolicismo, el 13 de marzo de 2013. Sin embargo, nunca permaneció tantos días en un centro médico, de ahí la preocupación de los feligreses en todo el planeta.
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La primera hospitalización fue por cuenta de una colectomía izquierda, cirugía a través de la que se le extirpó parte del colón, en julio de 2021. La segunda obedeció a un episodio de bronquitis, en marzo de 2023, y la tercera fue producto de una intervención quirúrgica de una hernia abdominal, en junio de ese mismo año.
Francisco ingresó al hospital debido a una crisis respiratoria ocasionada por una bronquitis, pero exámenes diagnósticos evidenciaron que padecía neumonía bilateral, es decir, en ambos pulmones. Se trata de una infección en la que los alvéolos se llenan de líquidos o pus, generando una infección.
El papa no ha renunciado, aunque hay una carta firmada
Días después de haber ingresado al hospital, el 22 de febrero, cuando el catolicismo ya estaba alerta por la salud del papa, el Vaticano informó que su estado era delicado y había sufrido una crisis asmática que requirió altos flujos de oxígeno. Además, informó que exámenes de sangre develaron una falla renal inicial leve.
Aunque la Santa Sede ha sido cauta a la hora de informar cómo avanza el estado de salud del papa Francisco al menos una vez al día, algunos medios de comunicación, por ejemplo, plantearon la posibilidad de que renuncie a su cargo, de la misma manera en que lo hizo Benedicto XVI.
En algún momento, tres años atrás, el propio pontífice dejó abierta esa puerta, solo que no por una neumonía, sino por una afección en su rodilla derecha. Acerca de dar un paso al costado, comentó: “Esto, con toda honestidad, no es una catástrofe, se puede cambiar de papa, no hay problema”.
También en 2022, en conversación con ABC, el papa Francisco reveló que recién asumió el cargo entregó su carta de renuncia al cardenal Tarcisio Bertone, otrora jefe de Estado y camarlengo de la Santa Sede.
“Yo ya he firmado mi renuncia. Era Tarcisio Bertone el secretario de Estado. Yo la firmé y le dije: En caso de impedimento por cuestiones médicas o qué sé yo, acá está mi renuncia. Ya la tienen. No sé a quién se la habrá dado el cardenal Bertone, pero se la di cuando era secretario de Estado”, comentó.
Las especulaciones aumentaron el pasado 25 de febrero, cuando el papa recibió al cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, y al monseñor Édgar Peña Parra, sustituto para los Asuntos Generales, para autorizar la canonización del médico venezolano José Gregorio Hernández.
Llamó la atención que ninguno de los cardenales trabajan en asuntos de canonización y, además, sostuvieron una reunión similar con el papa Benedicto XVI antes de que renunciara a su cargo hace 12 años, reseñó The New York Times.
Así han sido los últimos días de hospitalización
Los últimos días de hospitalización han sido más alentadores. El 26 de febrero, el Vaticano dijo que Francisco mostraba una “nueve y leve mejoría”, con otra buena nueva, sumaba cuatro días sin crisis asmáticas, razón por la que se estaba suministrando menos oxígeno en su terapia.
Adicional, una tomografía computarizada (TAC) evidenció “una evolución normal de la inflamación pulmonar”.
En la mañana de este jueves, el Vaticano brindó una nueva actualización sobre la salud del jefe del catolicismo. “El papa durmió bien durante la noche y ahora está descansando”, sostuvo en un comunicado difundido en la opinión pública.
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Pese a sus quebrantos de salud, Francisco no ha dejado de servir a la iglesia: a menudo conversa con un párroco en Gaza. Mientras tanto, en la capilla del hospital en el que reposa, se realiza una misa diaria por su mejoría, lo mismo en la Plaza de San Pedro, donde los creyentes han acudido cada noche a orar por él.
