Bloomberg — El presidente destituido de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, tendrá su última oportunidad de defenderse ante los jueces mientras estos concluyen un juicio para decidir si le apartan permanentemente del cargo por su desafortunada declaración de la ley marcial.
Yoon tiene previsto presentar sus argumentos finales ante el Tribunal Constitucional el martes por la tarde, poniendo fin a un juicio de seis semanas centrado en si infringió la Constitución al declarar la ley marcial. Los jueces decidirán entonces si confirman la decisión del Parlamento de destituirlo en diciembre.
“El presidente está preparando su testimonio final”, dijo a los periodistas uno de los abogados de Yoon, Yoon Kab-keun, en un mensaje de texto el domingo.
Si el tribunal respalda la moción del Parlamento, Yoon será apartado inmediatamente del poder, lo que desencadenará unas elecciones presidenciales en un plazo de 60 días. Si se rechaza la moción, Yoon sería restituido en la presidencia, pero sus tribulaciones legales aún estarían lejos de terminar, ya que el presidente se enfrenta a una causa penal separada por cargos de insurrección.
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En anteriores casos de destitución presidencial, el tribunal emitió su veredicto a las dos semanas de la vista final.
La decisión de Yoon de declarar la ley marcial ha sumido a Corea del Sur en su peor crisis constitucional en décadas. Poco después de su destitución, el primer ministro también fue suspendido, dejando al frente al ministro de Finanzas, Choi Sang-mok. Este vacío de liderazgo ha debilitado la capacidad de la nación, dependiente de las exportaciones, para negociar eficazmente con el presidente Donald Trump, que amenaza con imponer aranceles.
A lo largo de 10 comparecencias, Yoon negó haber actuado mal y se calificó a sí mismo como un firme creyente en la democracia. Yoon, de 64 años, también rebatió los testimonios de sus mandos militares según los cuales ordenó a las tropas que desalojaran a los legisladores reunidos en el Parlamento para votar sobre el levantamiento de la ley marcial.
Yoon fue destituido por el parlamento, controlado por la oposición, en diciembre tras imponer brevemente la ley marcial, la primera orden de este tipo en Corea del Sur en más de 40 años. El decreto de ley marcial fue una apuesta de alto riesgo que, según Yoon, pretendía evitar que el principal partido de la oposición, el Partido Democrático, intentara paralizar su administración.
Las últimas encuestas muestran al líder del PD, Lee Jae-myung, como el favorito si se celebran unas elecciones anticipadas, mientras que varios miembros del Partido del Poder Popular de Yoon compiten por ser el candidato presidencial de su partido.
Sin embargo, Lee se enfrenta a sus propios problemas legales, ya que un tribunal de apelaciones celebrará esta semana una vista final sobre su caso de violación de la ley electoral. Se enfrenta al riesgo de quedar descartado de cualquier elección presidencial si se confirma la condena en un tribunal inferior en los próximos meses.
Una encuesta de opinión semanal de Gallup del pasado viernes mostró que el 60% de los encuestados apoyaba la destitución de Yoon, con un 34% en contra.
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