Bloomberg — En medio del renacimiento mundial de la energía nuclear, España está por primera vez dando señales de que está dispuesta a reconsiderar el cierre de sus centrales durante la próxima década.
Aunque ese no es el plan acordado con los operadores de centrales nucleares, y correspondería a ellos presentar propuestas concretas, no se descartan prórrogas, dijo en entrevista la ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen.
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“La energía nuclear sigue estando presente en nuestro mix energético, por lo menos hasta 2035”, pero podría prolongarse más si las empresas proponen prórrogas, lo que aún no ha ocurrido, afirmó antes de la cumbre de la Agencia Internacional de la Energía sobre el futuro de la seguridad energética. “No nos estamos planteando nada porque no hay ninguna propuesta concreta encima de la mesa”.
Este tono más flexible supone un cambio significativo para un gobierno socialista ampliamente percibido como antinuclear. La oposición de centro-derecha española pidió una revisión de la eliminación gradual a cambio de apoyar medidas para mitigar el impacto de los aranceles estadounidenses. Empresas de servicios públicos como Iberdrola SA también piden que se reconsidere el plan acordado en 2019.
Países de todo el mundo están reactivando la energía nuclear en su búsqueda de una mayor independencia energética, mientras que los parques solares y eólicos aún requieren el desarrollo de una infraestructura de baterías a gran escala para convertirse en una fuente de electricidad más estable.
Desde 2023, 31 países acordaron triplicar la capacidad nuclear para 2050, con respecto a los niveles de 2020. Solo China está construyendo 28 nuevos reactores, mientras que Canadá, Reino Unido y Estados Unidos prevén que los reactores avanzados entren en funcionamiento a finales de la década, según BloombergNEF. Bélgica, por su parte, retrasó el cierre de sus dos plantas más nuevas hasta 2035.
El plan de España de cerrar sus siete reactores nucleares, que actualmente aportan el 20% de su mix energético, se acordó con empresas eléctricas como Iberdrola, Endesa SA, Naturgy Energy Group SA y EDP SA. Desde entonces, las empresas han cambiado de postura.
“La situación requiere un análisis profundo para ver cuál sería el impacto de un posible cierre”, declaró en febrero José Ignacio Sánchez Galán, CEO de Iberdrola, durante una conferencia sobre resultados. “Lo que puedo decir es que el parque nuclear español es seguro, eficiente y fiable”. El grupo industrial Foro Nuclear también ha pedido una reducción de la “asfixiante carga fiscal”.
Aagesen afirmó que los incentivos que transfieren los costos a los contribuyentes o a los consumidores, incluidos los pagos por la gestión de residuos, están fuera de discusión.
“Quien contamina, paga”, afirmó. “Es un coste intrínseco de la energía nuclear y cubrirlo por parte de los consumidores, de hecho, sería una ayuda de Estado para una tecnología concreta”.
La hoja de ruta energética del Gobierno tiene como objetivo impulsar la producción de energía renovable para compensar la eliminación gradual de la energía nuclear, al tiempo que se reduce la dependencia de los combustibles fósiles. Los objetivos de España de reducir las emisiones de carbono en línea con el Acuerdo de París, que Aagesen ha defendido con firmeza, no han cambiado tras la retirada de EE.UU.
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“No hay vuelta atrás, no hay camino de retorno”, dijo. “Europa siempre ha demostrado mucho liderazgo y va a seguir mostrándolo”.
Por otro lado, China será clave para apoyar los objetivos del acuerdo, junto con otros países como Brasil y Sudáfrica, que se reunirán en la cumbre COP30 en noviembre, afirmó.
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